A Muelle Uno, el centro comercial del puerto de Málaga que ha adquirido ya la condición de referente comercial de la capital de la Costa del Sol, le empiezan a salir los números. Lejos de los malos primeros años, en los que los resultados al final de cada ejercicio se pintaban en rojo, y superado el frenesí negativo de la pandemia de la Covid, el complejo ha presentado al cierre de 2022 unos beneficios superiores al millón de euros.
En concreto, atendiendo a las cuentas anuales de Unicaja Banco, que es el principal accionista de la entidad explotadora del espacio comercial, con un 39,74%, han sido 1.037.000 euros los conseguidos el año pasado. Para ser precisos, este parámetro está fijado a fecha del 30 de noviembre, según se precisa en el documento contable de la entidad financiera.
El valor de este dato es elevado. Por un lado, es el mejor dato económico de un proyecto comercial que echó a andar de manera un tanto accidentada a finales de 2011 (recordar la inauguración del complejo) y marcada a fuego por la crisis económica que se arrastraba en aquellos momentos. Y por otro, porque si bien 2022 se ha visto libre del efecto de la Covid, en contraste con lo ocurrido en 2020 y 2021, ha sido un ejercicio afectado por la Guerra de Ucrania.
A esto hay que sumar el hecho cierto de que en los ya once años de trayectoria del centro, apenas dos han cerrado con valores favorables: 2019 y 2022. En el caso del ejercicio más reciente, es de destacar la reducción de los gastos a 6.883.000 euros, por debajo de los algo más de 6,9 millones de 2021, que hasta el momento había sido el valor más bajo.
Aunque sin llegar a los ingresos de 2019, cuando se superaron los 8,6 millones de euros, en 2022 alcanzó los 7.920.000 euros de ingresos, casi un 18% más que los 6.725.000 euros logrados por la entidad en 2021, según los documentos de Unicaja Banco.
Las expectativas que se abren para este 2023 son ciertamente halagüeñas para Muelle Uno. A diferencia de lo ocurrido durante su corta historia, por vez primera empieza a sacar rendimiento económico a la bautizada como esquina de oro de los muelles 1 y 2, donde en su día se planteó la instalación de un supermercado. La operación, finalmente, no fue autorizada por la Autoridad Portuaria. Ahora ya se explota como espacio coworking gestionado por Monday, de Urbania.
A este primer elemento hay que sumar el efecto atracción que ya empieza a generar la marina de megayates que explotan Igy Marinas y Ocean Capital Partners, aumentando el número de visitantes al centro.
Atendiendo a los valores acumulados de estos once años de explotación del complejo comercial del puerto (hay anualidades en las que los datos financieros son previos al cierre de los ejercicios), las pérdidas siguen por encima de los 12,5 millones de euros. De todos los periodos en rojo, 2012 fue el peor, con 5.108.000 euros, seguido de 2013, con otros 2.445.000 euros.
Inicios complicados del proyecto
El origen de Muelle Uno está marcado por la controversia y por el fiasco. El fiasco de Udisa, la entidad que se hizo en 2005 con la concesión por parte de la Autoridad Portuaria para la construcción y explotación comercial del centro comercial. Los problemas económicos que lastraron a la entidad le obligaron a desprenderse de su participación en el mismo.
La marcha de Udisa dejó en manos de Edipsa y Miramar el mando de la iniciativa empresarial. Sin embargo, Unicaja fue aumentando de manera paulatina y continuada su peso dentro de la entidad, hasta disponer actualmente de una participación cercana al 40%.