Los edificios que integran el proyecto inmobiliario de La Térmica, dibujado hace casi 15 años en el extremo oeste del litoral de Málaga capital, serán bastante más bajos de lo inicialmente planteado. Según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga de fuentes conocedoras de la operación, la propuesta que ha realizado el Ayuntamiento a los promotores privados del sector pasa por rebajar el número de plantas en vertical.
Un movimiento con el que, se deduce, el Consistorio busca sortear el "efecto pantalla" que desde hace años viene utilizando la Dirección General de Costas para poner reparos a esta iniciativa y avanzar en la aprobación definitiva del Plan Especial de Reforma Interior (Peri) mediante el que se ordena esta parcela.
Conforme a los detalles conocidos por este periódico, el ajuste puesto sobre la mesa situaría en 11 plantas la cota máxima de los inmuebles, alterando las dimensiones originales de la propuesta diseñada por el arquitecto François Leclercq.
La maniobra se conoce meses después de que el organismo estatal emitiera un nuevo informe contrario al desarrollo propuesto. Y aunque este pronunciamiento no es vinculante, el artículo 30 de la Ley de Costas advierte sobre la necesidad de "evitar la formación de pantallas arquitectónicas o acumulación de volúmenes, sin que, a estos efectos, la densidad de edificación pueda ser superior a la media del suelo urbanizable programado o apto para urbanizar en el término municipal respectivo".
Elemento suficiente que podría motivar, como incluso se llega a apuntar en el informe de Costas, un recurso judicial que afectaría aún más a un proyecto que hunde sus raíces en 2008.
Llama la atención, no obstante, que el impacto apreciado por los técnicos estatales sobre la operación de La Térmica no es aplicable al vecino desarrollo de las tres torres de 21 plantas que ya ejecutan Metrovacesa y Sierra Blanca. De hecho, otras fuentes consultadas han vuelto a llamar la atención sobre esta circunstancia, recordando que esas edificaciones van a superar con creces la nueva altura que ahora se plantea.
No es la primera ocasión en la que esta ambiciosa intervención se ve obligada a retocar sus alturas. Ya a mediados de 2020 se supo que la aplicación de las nuevas servidumbres del aeropuerto de la Costa del Sol exigió la fijación en 57 metros de altura de la cota máxima de La Térmica. Esta circunstancia obligó a una reducción de al menos tres de los bloques dibujados: el previsto para albergar un hotel, que alcanzaba los 68,5 metros, y otros dos que llegaban a los 62 metros.
A la espera de los movimientos oficiales, tanto por parte de la Gerencia de Urbanismo como del Nueva Marina Real Estate, empresa encabezada mayoritariamente por el fondo Ginkgo, todo hace pensar que la medida planteada por el Ayuntamiento tiene el aval de su socio privado en la operación.
Ambos se reparten casi al 50% los aprovechamientos que asigna el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) al sector. Los mismos se vieron claramente alterados en 2008, tras la firma de un convenio entre el Consistorio y la entonces propietaria del terreno, una filial de Endesa.
Detalles de la operación
El planeamiento vigente autoriza un máximo de 870 viviendas, 273 de ellas protegidas. No parece, en cualquier caso, que la intención de los promotores sea alcanzar estos números, en una clara apuesta por incrementar las superficies de los pisos futuros.
A estos parámetros hay que sumar más de 16.826 metros cuadrados de techo para uso hotelero y otros 14.755 metros de techo para oficinas. Del sector, hay otros 59.524 metros que se destinarán a zonas verdes; 6.377 metros serán para equipamiento. Dentro de esta última pastilla, se establece una superficie máxima a construir de 19.366 metros para servicios sociales, administrativos y deportivos.
La intervención también incluye 580 plazas de aparcamiento sobre la vía pública, un mínimo de 2.317 plazas de aparcamiento en las parcelas de titularidad privada y otras 315 bajo las parcelas destinadas a equipamiento, lo que supone un total de 3.212 estacionamientos.
La propuesta de ordenación aprobada recoge como carga externa al sector el trazado y la prolongación del bulevar Pilar Miró y calle Villanueva de Algaidas, de manera que se conecte la barriada de Parque Litoral con esta nueva centralidad y a ésta con la futura prolongación del paseo marítimo de Poniente. A esto se suma la demolición de la actual subestación eléctrica.
Es igualmente relevante la necesidad de respetar la chimenea de la antigua central térmica, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Para ello, se genera un importante espacio público con una distancia mínima de 70 metros al edificio más cercano.
Entre las actuaciones más significativas que incluye esta nueva ordenación es la reubicación y renovación de la subestación eléctrica existente, que será demolida; así como la continuidad del paseo marítimo y la ejecución de importantes espacios libres públicos entre las edificaciones.
El coste aproximado de las obras de urbanización e implantación de los servicios en el sector se estima en 13,8 millones de euros (IVA no incluido). Un presupuesto al que habrá que añadir una serie de cargas complementarias valoradas en 14,8 millones de euros, tales como el traslado de la subestación eléctrica, el refuerzo o reforma de redes eléctricas y la adecuación del espigón de La Térmica, entre otras.