Casi una década después de que el Pleno del Ayuntamiento de Málaga solicitase por unanimidad el inicio del expediente para la concesión del título de Hija Adoptiva de la Ciudad a título póstumo a María Zambrano, la deuda está punto de ser saldada.
Con este objetivo, la concejala de Cultura, Noelia Losada, lleva a la Comisión de Derechos Sociales y Cultura la propuesta de concesión del citado título a la escritora y filósofa nacida en Vélez-Málaga. Una distinción que va acompañada de la concesión de la Medalla de la Ciudad.
Este movimiento se produce apenas una semana después de que la jefa de Sección del Servicio Jurídico de gestión de centros culturales y museísticos del área de Cultura y responsable de la tramitación de este expediente haya informado de la conclusión de los trámites necesarios para otorgar este reconocimiento.
"Con la entrega de esta distinción, la ciudad de Málaga quiere reconocer todos los méritos y destacar el importante trabajo literario y la excepcional labor que realizó esta filósofa, en sus diferentes ámbitos de actuación y líneas de trabajo", apunta Losada en la propuesta que será objeto de debate en comisión.
El gesto de la institución municipal busca reconocer la trayectoria de Zambrano como filósofa, ensayista y "una de las figuras más influyentes de la Generación del 27". Calificada por Emilio Prados como "la ideóloga de la Generación del 27", nació en Vélez-Málaga en el año 1904. Tuvo también especial vinculación con la Imprenta Sur, símbolo del dinamismo cultural que se vivió en Málaga durante el siglo XX.
Desde 1924 y hasta 1927 cursó estudios de Filosofía en Madrid asistiendo a las clases de José Ortega y Gasset, de Manuel García Morente, Julián Besteiro y de Xavier Zubiri. Un periodo en el que participó en movimientos estudiantiles y colaboró con diversos periódicos.
Desde 1931 ejerció como profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central, y en 1932 colaboró en publicaciones como la Revista de Occidente, Cruz y Raya y Hora de España. En estos años que precedieron al exilio entabló amistad con los miembros de la Generación del 27: Luis Cernuda, Emilio Prados, Miguel Hernández y Jorge Guillén.
Al estallar la guerra regresó a España para colaborar con la República; residió en Valencia y Barcelona hasta 1939, año en que cruzó la frontera francesa hacia el exilio. Tras pasar por ciudades como París, Nueva York o La Habana, se instaló en México, donde impartió clases de Filosofía en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo de Morelia y conoció a Octavio Paz y León Felipe.
Después de pasar por la Universidad de Puerto Rico, viajó en 1946 a París, donde conoció a Albert Camus y a René Char. De 1948 a 1953 reside en La Habana y posteriormente en Roma, donde escribió algunas de sus obras más importantes, como El hombre y lo divino, Los sueños y el tiempo y Persona y democracia, entre otras. En 1980 se instaló en Ginebra y el 20 de noviembre de 1984 regresó a España tras 45 años de exilio.
Entre otras distinciones se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades en 1981, al año siguiente fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Málaga; en 1985 recibió el título de hija predilecta de Andalucía y en 1988 le fue concedido el Premio Cervantes. Murió en Madrid el 6 de febrero de 1991, a los 86 años de edad.