Málaga

¿Cómo se moverá Málaga en el plazo de dos o tres años? De una manera bien distinta a como lo hace ahora. La llegada del Metro a la Alameda Principal y la creación de una Zona de Bajas Emisiones, filtrando de manera clara el tráfico que transita por el entorno del Centro, son elementos suficientes para prever una transformación clara a corto plazo. 

Y en este nuevo escenario, que queda condicionado parcialmente a las ayudas que pueda aportar el Gobierno central, gana en relevancia la configuración de una red de aparcamientos disuasorios en el extrarradio de la capital. Un conjunto de infraestructuras que forma parte de la estrategia municipal desde hace más de una década pero que sigue sin ver la luz.

Sin embargo, parece que los responsables municipales pretenden reactivar esta vieja aspiración en el marco de reducción de la circulación rodada en la zona Centro. El propio concejal de Movilidad, José del Río, habla de la necesidad de avanzar en esta línea, que es objeto de estudio, relacionando su desarrollo con la apuesta por reducir el tráfico privado y por potenciar el uso del transporte público.

Una muestra de la importancia que el equipo de gobierno da a estas instalaciones es que forma parte del listado de casi 90 proyectos que el alcalde, Francisco de la Torre, presentó ante un selecto grupo de inversores y promotores. 

Uno de los trenes del Metro de Málaga a su paso por el campus de la Universidad.

La referencia a los aparcamientos disuasorios es clara, subrayando la necesidad de "evitar que los ciudadanos acudan con su vehículo particular a las zonas más céntricas y congestionadas de la ciudad". La alternativa pasa por utilizar "medios de transporte más sostenibles, como el Metro y el autobús urbano". 

La finalidad de estos parking es que el ciudadano deje su vehículo particular estacionado en alguno de estos aparcamientos intermodales que se implantarían en las entradas de la ciudad y utilizará para sus desplazamientos el transporte público

Cuatro son las infraestructuras que se ponen sobre la mesa. Uno en el acceso a Málaga desde la Costa del Sol occidental, ubicado en el entorno del Palacio de Deportes José María Martín Carpena. Esta localización permitiría un enlace sencillo y rápido con Metro y el autobús. El segundo estaría en la entrada por la zona del Guadalhorce. Para ello se propone un terreno junto al Hospital Clínico Universitario

El tercero, permitiría mejorar el acceso por la zona Norte, estando situado el aparcamiento en Ciudad Jardín-Virreinas. En este caso, la conexión se haría por medio de la red de autobuses urbanos. Y el cuarto, por la zona Este, estaría localizado en el entorno de La Araña-Peñón del Cuervo.

La voluntad del Ayuntamiento por avanzar en esta línea de acción parece clara. A finales del pasado mes de septiembre anunció la presentación ante el Gobierno de una serie de proyectos de movilidad para los que dispone de casi 40 millones de fondos europeos.

Entre ellos, la creación de la Zona de Bajas Emisiones en el entorno del Centro Histórico de la ciudad. Un espacio en el que se limitará el tráfico de paso. Esta iniciativa tiene un coste de casi 5,2 millones, abarcando un área de 4,3 kilómetros cuadrados. Los planes municipales pasan por activar esta iniciativa en marzo de 2022, quedando completado en octubre de 2023.

Al margen de los fondos reclamados al Gobierno, la llegada del Metro a la Alameda, lo que se espera para finales del año que viene, abre la puerta a la idea municipal de suprimir el tráfico de paso en este eje, que quedaría sólo para transporte público, residentes y vehículos de movilidad personal (MVP). Es en este esquema en el que se maneja la creación de una plataforma reservada para bicis y patinetes en el centro de la calzada actual.

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