Uno de los edificios con más historia de Málaga, La Alcazaba, levantada entre los años 1057 y 1063, sigue escondiendo rincones y secretos hasta ahora desconocidos. Una muestra palpable de la necesidad de seguir profundizando en el conocimiento de esta monumental construcción es el descubrimiento realizado por los Bomberos de la capital.
Según ha informado este martes el Ayuntamiento, por medio de sus redes sociales, el grupo de rescate en altura del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga ha informado del acceso a dos pozos del conjunto de La Alcazaba "que no habían sido explorados anteriormente".
Si bien son escasos los detalles aportados desde el Consistorio, sí se precisa que en uno de los recovecos han sido encontrados restos de una vasija, que pasarán a ser documentados por los técnicos municipales.
El hallazgo tiene especial valor en un momento en que La Alcazaba es noticia por su estado de conservación y por las numerosas llamadas al impulso de un plan de intervención general.
De época musulmana, está situada a los pies del monte Gibralfaro donde está el castillo defensivo árabe al que estaba unido por un pasillo resguardado por murallas llamado La Coracha. Los historiadores musulmanes ligan su ejecución a petición del rey de taifas bereber de Granada, Badis.
Posteriormente, llegaron a Málaga los almorávides en 1092 y los almohades en 1146. En el 1279 la conquista Muhammad II Ben al-Ahmar y pasa al reino nazarita. Su reforma le confiere una profunda impronta como edificación nazarí construida sobre la roca.
Conjuga las necesidades de defensa y la belleza de un palacio árabe organizado a base de patios rectangulares y crujías en torno con sus jardines y estanques. Tuvo sucesivas reconstrucciones, algunas hasta en el siglo XX, y actualmente es visitable, incorporando importantes muestras arqueológicas.