"La dulzura de mi precioso hijo se apagó. Seguirás siendo el último recuerdo inmortal y distinguido en mi vida. Mi ángel alzó el vuelo con los ángeles al paraíso. Duerme tranquilo mi niño". Así de emocionado se ha mostrado el tío de José Luis Carmona Solís, el joven de Málaga que ha muerto por coronavirus con 20 años, en un mensaje de Facebook donde se ha despedido del querido sobrino.
Cholo, conocido así entre su familia desde pequeño, falleció este lunes tras pasar más de un mes ingresado en la UCI del Hospital Regional Universitario. El joven llegó al complejo hospitalario de Carlos Haya el pasado 21 de julio con serios problemas respiratorios que iban en aumento. Finalmente, tras confirmase que estaba contagiado y se administrara tratamiento, falleció al empeorar su situación.
Este vecino muy querido en su barrio, Palma-Palmilla, no tenía ninguna patología previa y tampoco estaba inmunizado porque no le dio tiempo a vacunarse, asegura su hermana Evelyn en una conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. El joven de 20 años se contagió a mediados de julio, antes de que los sanitarios administraran la primera dosis a las personas nacidas en 2001.
Su hermana recuerda que lo llevaron al hospital un 16 de julio. "Empezó con mucha fiebre. Mi madre lo dejó en la puerta y fue a aparcar el coche. Estaba desorientado. Le encontraron una mancha en el pulmón y salió positivo. Lo mandaron a casa con Paracetamol, Nolotil y un corticoide", relata la joven de 27 años. Ese fin de semana seguía con fiebre alta. "El niño habla, está bien", le dijeron los sanitarios por teléfono en vista de que no venía ninguna ambulancia a por él.
La madre notó que las uñas del joven se la habían puesto moradas. Buscó en internet y leyó que tenía que ver con la falta de oxígeno. En seguida lo llevo al hospital. José Luis fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Regional el 21 de julio porque había llegado con un 30% de oxígeno en sangre, pero no lo intubaron. "El 18 de agosto le dieron 24/48 horas de vida. Aguantó una semana más", explica su hermana. Murió este lunes tras una dura lucha contra el virus.
"Estamos muy mal. Era el más bueno de mi casa. Un niño muy inocente que no salía de casa. Se ha llevado lo mejor", se lamenta su hermana durante la conversación telefónica en la que, por momentos, se le quiebra la voz.
Una de sus mayores aficiones hasta hace no mucho era el fútbol. Su padre lo llevaba a ver partidos de equipos humildes junto a los demás chiquillos del barrio de Palma-Palmilla y lo apuntó a clubes. El joven estuvo jugando en el C. D. 26 de febrero; y en el Carlinda. Su hermana, socia del Málaga C. F., lo lleva a ver partidos del conjunto blanquiazul junto a su admirado tío.
"Había jugado aquí desde los trece años. Es conocido del barrio", señalan al teléfono fuentes del C.D. 26 de febrero. El club malagueño lamentó este lunes el fallecimiento de su exjugador con un mensaje en las redes sociales: "Cholo, siempre te recordaremos y estarás presente en nuestro club. Mucha fuerza a la familia y amigos". El joven era un chaval muy querido en su barrio.
Estuvo en al menos tres equipos hasta que a los 17 años dejó de jugar. Tampoco siguió estudiando la ESO. Desde que dejó el fútbol y el instituto, reconoce su hermana, había perdido amistades. Fue entonces cuando se aficionó a la Play Station. "Han preguntado por su móvil de todas lados. Hablaba con un montón de personas gracias a los videojuegos", destaca. José Luis tenía en mente hacer un viaje a México para conocer a un amigo que había hecho jugando.
Lejos del perfil fiestero
Lejos del perfil fiestero y descuidado que se le ha asignado a los jóvenes esta pandemia, José Luis era un chaval muy tranquilo y casero. "No bebía, no fumaba. No salía de fiesta. De vez en cuando venía a la plauya con la familia", afirma la joven, que no sabe cómo su hermano cogió el coronavirus. "Semanas antes fuimos al Chorro y también a la playa. A mí madre se le metió en la cabeza que ahí lo había pillado. Casi todos los hermanos lo hemos pasado menos mi padre y mi padre", relata.
Este malagueño era el segundo de cuatro hermanos (Evelyn con 27 años, él con 20, otra hermana de 21 y la de 13, que cumple años justo este miércoles). De pequeño, hace memoria su hermana, "era un torbellino, un niño muy nervioso". Evelyn destaca lo buena persona que era: "Te daba el corazón si hacía falta. Era muy bueno, no tenía maldad ninguna". "No ha disfrutado su vida lo suficiente. Le queda mucho por vivir. Tenía toda la vida por delante. Era demasiado joven", se despide emocionada.
Su tío, que fue como un padre para él, le ha dedicado unas tiernas palabras en un post de Facebook: "Mis sueños viajaron en un mundo desconocido lleno de tristeza y tragedias en tu ausencia. Mis ojos derramaron sus últimas lágrimas, llevo dentro de mí el ardor de la añoranza por ti. Mi vuelo al cielo no se cuando será, pero tengo un reencuentro cercano contigo y confío que así será mi querido niño que fuiste y seguirás siendo el último recuerdo inmortal y distinguido en mi vida".