El pasado 11 de septiembre, el embalse malagueño de La Viñuela bajó del 11% de su capacidad, el límite que tradicionalmente se ha puesto para considerar que un pantano estaría muerto. A fecha de publicación de este artículo, se encuentra al 10,34% del total. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo podríamos solucionarlo? EL ESPAÑOL de Málaga ha hablado con expertos y protagonistas de la gestión de los recursos hídricos para intentar trazar diagnósticos y posibles soluciones.
Desde la Junta de Andalucía, resaltan para comenzar que "no existe una declaración de embalse muerto como tal": "Se trata de una definición legal que se daría cuando el nivel del embalse estuviera por debajo de los desagües de fondo. Continuamente se realizan análisis del estado de la calidad de las aguas embalsadas para poder realizar un adecuado seguimiento", destacan.
El Delegado Territorial de la Consejeria de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Málaga, Fernando Fernández, subraya en conversación con este periódico que los regantes ya han hecho un esfuerzo "muy importante": cuando el PP y Cs llegaron al Gobierno de la Junta, tenían establecidos unos 3.000 metros cúbicos de agua por hectárea al año, mientras que ahora esa cantidad está a la mitad. "Se han acogido a lo que había, lo que entra un poco en contraposición con las medidas de ahorro que han tomado los pueblos", defiende Fernández.
El gobierno autonómico defiende que sus dos decretos de sequía, en junio de 2021 y marzo de 2022, ya han establecido una serie de actuaciones para conseguir recursos hídricos adicionales para el abastecimiento y riego en la zona de La Axarquía:
"Entre las primeras tenemos la puesta en marcha de los pozos del río Chíllar; el aumento de la capacidad de transferencia a la Axarquía desde la Estación de Bombeo de la Rosaleda; y la mejora de la ETAP del Atabal (estas dos últimas en Málaga capital). En este momento se están enviando alrededor de 260 litros/segundo desde la Rosaleda a la Axarquía.
[Muerte del mayor embalse de Málaga: La Viñuela, por debajo del 11% de su capacidad]
Para riego, ya se han ejecutado los tratamientos terciarios de las EDAR de Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria y otros dos en Torrox, que ya se han entregado a Axaragua para su gestión. Próximamente finalizarán las obras en el terciario de la EDAR de Algarrobo y se iniciarán las obras del tratamiento terciario de la EDAR Peñón del Cuervo.
La Junta de Andalucía envía el agua a la Empresa Municipal de Aguas de la Axarquía, Axaragua, la cual la distribuye entre los municipios. Está previsto conectar la EDAR de Peñón del Cuervo con la EDAR del Rincón de la Victoria, y ésta con la zona regable del Plan Guaro. Con todas las actuaciones incluidas en los decretos de sequía se podrán a disposición de los regantes en torno a 19 hm³ anuales", indican desde la Junta.
Para el Delegado Territorial de la Consejeria de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, todas esta batería de medidas también contrasta con la ausencia de ellas por parte de la administración socialista anterior: "Aunque ahora lloviera sin parar tres semanas y se llenaran los pantanos, nosotros vamos a ejecutar las obras que tenemos previstas. Puede que este ciclo termine y empiece otro, pero va a volver seguro. Nos tiene que coger preparados, cosa que no hicieron los anteriores. Se llenaron los pantanos después de la sequía del 2008 y se echaron a dormir", critica Fernández.
El vicepresidente de la ya mencionada Axaragua es Gregorio Campos. Esta empresa pública pertenece a la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía, y se encarga de repartir el agua que les llega desde la Junta entre las distintas localidades. Desde la perspectiva de Campos, no es cierto que los pueblos no se hayan apretado el cinturón para reducir el consumo de recursos hídricos, sino que ellos han ordenado la reducción "al máximo posible" del mismo y "casi todos los Ayuntamientos lo han seguido a rajatabla".
De acuerdo con los datos facilitados por Axaragua, las "continuas campañas" han reducido en torno a un 15 y un 20% el consumo humano en la comarca... "Pero seguimos teniendo problemas", señala en conversación con este periódico.
"No podemos criminalizar al sector agrícola, que junto al turístico son los primeros motores económicos, pero hemos llegado a un punto en el que no hay marcha atrás. Una parte importante de la poca agua que hay hoy ya no puede ser apta para el consumo", expresa Gregorio Campos.
Para él, algunas de las obras puestas en marchas para paliar la situación "vienen muy bien (a medio plazo), pero no soluciona la problemática que ya tenemos (a corto)".
El Catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga José Damián Ruiz Sinoga aporta una tercera mirada. Desde su perspectiva, la sequía, "aún por muy cíclica que sea, evidencia la circunstancia estructural".
"El diagnóstico ya está más que hecho. Hay que ejecutarlo, así de simple: dejar de marear la perdiz, por utilizar un dicho expresivo, y actuar en consecuencia. ¿Se puede incrementar la disponibilidad del recurso si se regenera el agua o si se utiliza desalación? Por supuesto. Regeneración, desalación, optimización; por supuesto. Todo eso está muy bien, pero tiene que haber un criterio de ordenación de esos recursos hídricos y ponerle a tope al uso de esos recursos", argumenta Ruiz Sinoga.
Para el catedrático, desde la sequía de 2008, "no es que no se haya hecho lo suficiente, es que se ha hecho lo contrario". "Se ha seguido ampliando la superficie de regadío, se ha seguido incrementando la opción turística en la zona...", relata. Ahora, toca actuar para "que la siguiente sequía no nos pille igual".