El nombre definitivo será Vodafone Innovation Hub. El centro de I+D que la compañía de telecomunicaciones presentó a finales de enero en Málaga causó gran revuelo por sus cifras (unos 225 millones de inversión, más de 600 puestos de trabajo), pero su peso a nivel global puede ser mayor todavía de lo imaginado hasta por el más ambicioso.
El responsable de esta sede, el madrileño Jesús Manuel Amores, desgranó este lunes en el IV Encuentro Tecnológico de EL ESPAÑOL de Málaga, con la colaboración de Cervezas Victoria, Limsama, MiColchón y Previsión Médica, las claves del proyecto, desde la lucha por hacer sostenible una apuesta tan grande en una ciudad mediana como el reto de encontrar el talento o el de la localización definitiva.
"Aquí tendremos a los gurús que desarrollen esa nueva era de tecnologías que darán servicios en el 2030 o 2040", afirma Amores, que explica que este centro será el más grande de su tipo a nivel global en todo Vodafone. Un punto de inflexión para el ecosistema tecnológico local que comenzó con una competición de posibles sedes europeas, "como si fuesen unas Olimpiadas".
¿Qué habéis descubierto desde que aterrizasteis que no tuvierais en cuenta en ese proceso de selección?
Uno de los motivos fundamentales por los que se seleccionó Málaga fue precisamente por su ecosistema tecnológico y su capacidad de generar y atraer talento. Cuando empezamos a trabajar, lo que más nos llamó la atención es su proactividad. Se nota en el ambiente que es una ciudad emprendedora, las empresas son absolutamente proactivas a la hora de acercarse a nosotros y proponer formas de ayudarnos con nuestro proyecto. Es fascinante. Esa cercanía entre el ecosistema entre empresas y con la Universidad hace que este proyecto sea conseguible.
Además de con las administraciones públicas, ¿habéis establecido alianzas locales?
Si hablamos de innovación, no podemos pensar que sea cerrada. Es un proceso de congregación con otras empresas e instituciones. Nuestra vocación es ser agente tractor del ecosistema y la idea es empezar a activarlo lo antes posible. Tenemos que nutrirnos de las capacidades, ideas y nuevos proyectos que otros agentes puedan aportarnos. Es por esto que estamos ya trabajando y colaborando con empresas grandes que estamos localizando en Málaga. Estamos moviendo trabajo de otros países europeos hacia Málaga, de tal forma que empecemos a tejer esta malla de colaboradores aquí. La colaboración con la Universidad también es importantísima.
¿Algún reto que no os esperaseis en Málaga?
El reto en sí mismo es el proceso de transformación tremendo que estamos haciendo en Vodafone. Es una revolución. La idea que lanzamos hace año y medio fue transformar la compañía de una puramente de telecomunicaciones, de redes, de conexión, a una puramente tecnológica. Obviamente, sin renunciar a las telecomunicaciones. La transformación es brutal, porque el talento que teníamos en la casa no existía. No era nuestra vocación.
Este es el motivo de estar aquí. Hemos tornado nuestros objetivos y nos queremos convertir en una empresa puramente tecnológica. Esto significa el dotarnos de un talento que hasta la fecha no existía en Vodafone. Primero, tenemos que transformarnos internamente; estamos en ese proceso de búsqueda de esos talentos, de dotarnos de nuevas ideas, de nuevas formas de trabajar. El primer reto es ese, cómo crear una startup, pero de dimensión gigantesca. Vamos aprendiendo cosas, vamos equivocándonos, pero con la vocación de ir pivotando para ir añadiendo lecciones aprendidas a nuestro proceso de transformación.
En cuanto a retos externos, el principal es socioeconómico. Málaga vive un momento álgido, es una ciudad de atracción y esto en sí mismo es un reto. Tenemos que atraer mucho talento, tenemos que dotarles de personas, de espacio de trabajar y de vivienda para la gente que vamos a traer. No es suficiente el talento local para dotarnos de todas las personas que necesitaremos no solo en Vodafone, sino en el ecosistema. Ahí está el reto. Lo tendremos que afrontar las empresas con las administraciones públicas para que Málaga pueda seguir sumando más empresas y más talento.
Son más de 600 puestos de trabajo. ¿Estáis buscando mucho fuera del ecosistema?
Será un centro con una dimensión multinacional. Queremos crear un ecosistema con gente de cualquier nacionalidad. Si son buenos, me valen. Si son muy buenos, a por ellos.
Luego, estamos buscando fundamentalmente a perfiles tecnológicos, pero también necesitamos gente de finanzas, de recursos humanos, de márketing... Que nos permita definir y entender las necesidades de nuestros clientes finales. Aquí vamos a buscar soluciones y tecnologías que podamos llevar a nuestros clientes de negocio. No está dirigido al pequeño consumidor, sino a grandes empresas; y no a las necesidades de hoy, sino a las de dentro 5-10 años.
Ahora mismo somos 80 personas en el centro. El primero se incorporó el 29 de noviembre y espero que en el mes de abril podamos ser los primeros cien. El ratio es de una contratación diaria, y queremos incrementarlo. La estrategia de contratación es empezar por los pilares, la gente con más experiencia, y a partir de ellos empezar a montar los equipos de trabajo. Es un reto.
Vamos a empezar ya los programas de becas dirigidas a estudiantes de grado que conectaremos con nosotros. Esto nos permitirá ir sumando más gente una vez tengamos los pilares.
¿También os planteáis traslados de empleados de Vodafone desde otras sedes?
Ahora mismo, un 50% de los contratados son de Málaga; un 25%, de otras ciudades españolas, y el 25%, de otros países. La política global de Vodafone es ofrecer internamente cualquier posición que ofrecemos y cualquier empleado puede aplicar. La verdad es que mi expectativa respecto a la gente que va a aplicar internamente no es demasiada. El foco es dotarnos de más recursos que nos enriquezcan desde fuera.
Otro de los retos con el que os habéis encontrado es el de las localizaciones. Provisionalmente estáis en el coworking de IH, ¿qué facilidades buscáis para la sede definitiva que todavía no hayáis encontrado?
Primero seleccionamos una ubicación atractiva para formar parte de la sociedad de Málaga. Queríamos tener un lugar representativo para ser identificados, y la actual ubicación nos lo permite. Pensando a futuro, obviamente nos da espacio para arrancar.
Estamos buscando conjugar el desarrollo en equipo, montar nuestros propios laboratorios, combinar el trabajo en interiores y exteriores. Queremos disfrutar este clima. La idea es aprovechar este centro, donde creamos toda nuestra tecnología para que los propios empleados, para que los propios trabajadores puedan ponerlas en práctica. Nuestra apuesta es alinearnos con la sostenibilidad y permitir que los empleados puedan llegar andando, en transporte público, en bicicleta, en patinete. Sobre todo, que sea muy abierto. Es el concepto de ciudad de Vodafone que nos gustaría traer a Málaga.
Ahora mismo hemos lanzado una consulta de mercado para entender qué opciones existen y que los propios empresarios nos planteen sus proyectos. Yo espero que podamos tomar una decisión definitiva para el mes de junio.
¿Buscáis dentro de la propia ciudad o también os planteáis el PTA?
Somos todos oídos. No estamos cerrados a ninguna alternativa; de hecho, nuestro planteamiento es precisamente que el mercado nos ayude a decidir cuál es la mejor opción. Haremos el pertinente análisis y seguro que encontraremos la solución óptima para Vodafone y espero que para la ciudad.
Por hacernos la idea del peso de este centro dentro de la compañía, ¿qué otras sedes puede tener Vodafone equivalentes en cuanto a jerarquía similares a la de Málaga?
Os diría que este es el centro de innovación más grande del que se va a dotar Vodafone a nivel mundial. Existe otro en Dresden, Alemania, pero por escala y objetivos está mucho más focalizado. Existen otros centros de desarrollos de soluciones en países como Egipto o la India, pero están más focalizados a la creación de servicios internos. Como polo de innovación y desarrollo de soluciones y plataformas tecnológicas, la apuesta es Málaga.
¿Qué peso real tendrán las soluciones que se hagan aquí a nivel global?
El planteamiento es que desde aquí nazcan las soluciones en IoT, edge computing, Blockchain... Esas tecnologías las utilizaremos para desarrollar soluciones finales dirigidas a manufacturación, hospitales, agricultura. Todas esas soluciones se van a crear aquí. Aquí identificaremos el talento que va a crear, no sé, ¿el 6G? ¿El 7G? Se va a crear desde Málaga. Aquí tendremos a los gurús tecnológicos que desarrollen esa nueva era de tecnologías que darán servicios en el 2030 o 2040. La relevancia es absoluta. Desde aquí se desarrollarán todas estas plataformas y Vodafone las venderá a todos sus clientes a nivel mundial. Estamos poniendo a Málaga en el centro tecnológico del mundo.
En la presentación, hablabais también de OpenRAM, de comunicaciones unificadas, de computación en el borde. Resulta incluso un poco abrumador. ¿A cuáles de estas tecnologías deberíamos estar más atentos?
Para 2030, a nivel mundial habrá más de 150.000 millones de dispositivos conectados. A nivel mundial, cada uno de los consumidores tendrá a su alrededor 15 aparatitos con los que interactuar él o entre ellos. A nivel europeo, probablemente la escala será mayor: estamos hablando de unos 50 dispositivos con los que interaccionaremos a diario.
El mundo del IoT [Internet de las cosas] y la forma de generar nuevos negocios y servicios en torno a las máquinas (máquina-máquina o máquina-persona) nos permitirá generar una nueva era de servicios. Por ejemplo, que te puedas acercar a una gasolinera y que el grifo de gasolina hable con el coche sepa qué gasolina ponerle, cuánto dinero pagar y con Blockchain. Iremos introduciendo micropagos de forma totalmente transparente, solo acercando al coche a la gasolinera.
A partir de ahí, llévalo al hospital, donde tenemos cientos de dispositivos de control y seguimiento de nuestros pacientes, cómo podemos llevar a enfermos y doctores a cuidar de nuestros enfermos. Pero llévalo a una fábrica: podremos tener controles de calidad de fabricación de los distintos componentes con capacidad de videoanálisis para identificar cuándo se producen pequeños errores en la calidad de los productos que estamos desarrollando. Podremos descartarlos antes de que salgan al mercado; por ejemplo, coches con un defecto del que no se ha detectado en origen.
Hemos hablado de IoT, pero si combinamos las tecnologías somos capaces de tener en una factoría una red propia segurizada con la capacidad de computación edge computing, que es coger un trocito de la nube y llevártela a tu fábrica, para que todos esos dispositivos que tienen que tomar decisiones y hablarse entre ellos lo hagan en micras de segundo. Esa capacidad computacional la teníamos cerca de la factoría. El mundo está lleno de posibilidades, solo tenemos que echarle imaginación y talento.
¿Cuáles serán las primeras noticias que iremos teniendo de Vodafone en Málaga, los próximos hitos?
Me encantaría poder celebrar en corto plazo que ya somos los primeros cien. Seguidamente, me gustaría poder celebrar que hemos llegado a un acuerdo de colaboración con la Universidad de Málaga, que está ya muy avanzado, que nos permitirá dotarnos de talento y, sobre todo, capacidad de innovar. Luego, me gustaría poder celebrar otro acuerdo de colaboración adicional con el Ayuntamiento de Málaga, que seguro que nos van a ayudar en ese proceso de onboarding de este talento que vamos a traer de distintas ciudades y países. A su vez, mi idea es hacer actividades conjuntas para formar a las nuevas generaciones, muy cercanas a las escuelas de formación profesional.
El 13 de mayo tendremos el honor de tener aquí a Yefim Zelmánov, medalla Fields de matemáticas por sus estudios sobre grupos. Ha tenido a bien cambiar su agenda para acercarse a Málaga, conocer a nuestros empleados y haremos un evento público para que la ciudad y sus estudiantes conozcan a esta figura. También espero que para junio podamos decir públicamente cuál es la decisión tomada sobre la ubicación final de la oficina de Vodafone. Seguro, seguro, que haremos muchas actuaciones con la Junta de Andalucía en términos de formación, de capacitación de desempleados. Es muy importante es que formemos a quien tenemos que formar. Es muy difícil dotarnos de nuevo talento en temas como IoT, Blockchain o metaverso si nuestros estudiantes no han podido experimentar estas tecnologías nunca y nadie les ha podido formar. Hay un foco clarísimo de poner tiempo a nuestros profesores para que a su vez puedan enseñar a nuestros alumnos. También, seguro que llegaremos a acuerdos con distintas empresas locales de atracción de talento, formación y elaboración de proyectos de innovación.
¿Cuál crees que será el impacto de Vodafone de Málaga en cuestión de un lustro?
Vodafone como compañía quiere ser parte de la comunidad. Vamos a estar súper abiertos a participar en actos, eventos, campañas, actividades culturales, deportivas... Es lo que nuestros empleados nos están pidiendo. A nivel empresarial, nuestra apuesta es convertirnos en un agente tractor y por eso hemos decidido formar parte del Instituto Ricardo Valle (Innova IRV).
Nosotros iremos desarrollando soluciones y espero y aspiro a que tanto el ecosistema empresarial como la comunidad formativa sea capaz de acompañarnos. Es imposible que como Vodafone desarrollemos todo lo que tenemos en la cabeza si no tenemos suficiente talento. Necesito que la universidad y las escuelas de formación nos acompañen. Tenemos que crear la 2ª y 3ª generación de techies, de frikis, de diseñadores gráficos, de sociólogos, de analistas de datos, que nos permitan construir soluciones que sean entendidas por nuestros consumidores finales.
Todo esto tiene que estar acompañado de una estrategia 360; apoyar a la pequeña empresa y marcar las líneas de investigación, pero a su vez ir formando a las nuevas generaciones para que nos puedan acompañar. Si no, tendremos que ir siempre al mercado y eso no es sostenible en el tiempo. Ahora estamos invirtiendo mucho en atraer talento, pero para hacerlo sostenible tiene que ser la propia Universidad, Málaga y alrededores... Tenemos que ser capaces de atraer y recuperar el talento malagueño que se fue a Madrid y Barcelona porque aquí no había oportunidades. Ahora, aquí van a estar los gurús de la tecnología de la próxima década. Vamos a darles oportunidades para crecer como tecnológos en nuestra compañía.
Lo veo como un entorno súper abierto, en el que trabajemos muy cerca de las universidades y las escuelas de formación. Vamos a apostar por la formación dual para conseguir que dentro de diez años todo este ecosistema sea sostenible y nosotros hagamos un poco de guía tractora.