![José Manuel García-Margallo tras la entrevista concedida a EL ESPAÑOL de Málaga.](https://s1.elespanol.com/2025/01/28/malaga/vivir/919918992_252709620_1024x576.jpg)
José Manuel García-Margallo tras la entrevista concedida a EL ESPAÑOL de Málaga.
Margallo: "Tenemos que seleccionar la inmigración. Es peligroso exportar talento e importar baja cualificación"
El exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo habla claro en una jornada ante empresarios en Málaga sobre qué se puede esperar del todopoderoso "mercader Trump 2.0" y la posición de España.
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José Manuel García-Margallo fue ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación con el gobierno de Rajoy entre 2011 y 2016, exdiputado del Parlamento Europeo y ha desarrollado una amplia carrera política siendo, por ejemplo, miembro de la UCD en la Transición. Ha sido además diputado en las Cortes por Melilla, Alicante y Valencia.
A sus 80 años sigue en la cresta de la ola impartiendo conferencias y escribiendo libros. La última ha sido en Málaga, donde ha participado en la jornada Diálogos para el Desarrollo junto al exvicepresidente económico de Portugal y exministro de Exteriores, Paulo Portas.
A este evento, organizado por Management Activo y que ha contado con la colaboración de Crédito y Caución, Cajamar y BCD Travel, han asistido más de un centenar de empresarios y miembros de la sociedad malagueña, encabezada por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, coetáneo de Margallo.
![Un momento de la jornada empresarial junto a Paulo Portas.](https://s1.elespanol.com/2025/01/28/actualidad/919918993_252677961_1024x576.jpg)
Un momento de la jornada empresarial junto a Paulo Portas.
EL ESPAÑOL de Málaga ha sido invitado a este acto y previa a su apertura José Manuel García-Margallo nos ha concedido esta entrevista en exclusiva.
Donald Trump y su política es ahora un tema habitual en cualquier tertulia política. ¿Qué cree usted que hará?
El triunfo de Trump en las elecciones americanas confirma una tendencia que se apuntaba hace ya algún tiempo. Y es que estamos en una ruptura del orden liberal internacional sujeta a reglas que nos dimos en 1945. Fue muy esclarecedora la audiencia para su confirmación de Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado, que explicó que a partir de 1945 ha habido dos fases. Hasta la Guerra Fría, que le hizo bien a los intereses de los Estados Unidos, les permitió aumentar su riqueza y establecer alianzas tanto en Europa como en Asia que garantizaban la estabilidad. Y después de la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín, donde la globalización se ha vuelto en contra de los intereses de los Estados Unidos.
A partir de este momento el único criterio para tomar una decisión de política exterior, comercio, etcétera es si esa medida hace más fuerte, más seguro y más próspero a los Estados Unidos. Si la respuesta es no, los Estados Unidos no van a intervenir. Es decir, a partir de este momento, yo creo que los americanos van a entrar solo en aquellas áreas geográficas en que sus intereses estén en juego. Esto ya se apuntaba cuando Obama no entró en Libia, se retiró de Siria, cuando se retiraron de Afganistán, etcétera.
"Las consecuencias de no incrementar la cuota de España en la OTAN como exige Trump pueden ser extraordinariamente graves para nosotros estando en el Estrecho y con Marruecos enfrente. Hillary Clinton ya me dijo que habían pensado llevarse Rota y Morón a Marruecos"
Por otra parte, Trump va a exigir un aumento de las cuotas de cada socio en la OTAN y eso a España le va a afectar enormemente. España solo tiene por detrás a Bélgica y Luxemburgo. El compromiso al que el gobierno de España quería llegar era el 2% en 2029. La novedad es que Trump aspira a un 3 e incluso un 5%, lo cual exigiría un esfuerzo presupuestario muy importante.
¿Y si España no quiere?
Las consecuencias de no hacerlo pueden ser extraordinariamente graves. Yo recuerdo en una cumbre de la OTAN, creo que fue en 2018, en que Trump explicó que aquellos países que no contribuyesen en la proporción debida no podían aspirar a la defensa por los Estados Unidos. Y citando incluso a la amenaza rusa, que es la gran obsesión de bálticos, polacos, etcétera. Eso estando donde estamos, en el Estrecho y con Marruecos enfrente, hay que tomárselo muy en serio.
Para que nos protejan hay que meter dinero.
Hay que meter dinero. Como experiencia personal te cuento que fui nombrado ministro de Exteriores un mes de diciembre y en mi primera entrevista en febrero estaba con Hillary Clinton en Munich. Me explicó que no apreciaban demasiado los gestos que había tenido Rodríguez Zapatero con la retirada unilateral de tropas en Irak o la invitación en Túnez a los demás miembros a hacer lo mismo. Y que habían pensado llevarse Morón y Rota a Marruecos, lo cual nos hubiese colocado en una situación muy complicada. Yo creo que esto hay que tomárselo muy en serio.
¿Qué otras cosas le preocupan del nuevo gobierno de Trump?
Hay una novedad absoluta en Trump. Hasta ahora los aranceles se utilizaban para gravar las importaciones en el caso de que hubiese un desequilibrio en el comercio entre las partes. Trump ya concibe el arancel casi como un arma bélica. Es decir, si usted no colabora en el fentanilo o en la repatriación yo le casco un arancel. Eso revoluciona la teoría del comercio mundial. Y nosotros podemos tener ahí problemas. Aunque la gente lo toma a broma, me preocupó enormemente que Trump creyese que éramos un país BRIC, porque los BRIC es una de sus obsesiones. ¿Por qué? Porque una de las cosas que le preocupan es que los países del BRIC, que son el 38% del Producto Interior Bruto mundial, empiecen a hacer transacciones como están haciendo ya en moneda local. China paga a Rusia en yuanes, no paga en dólares. Putin en Kiev propuso hacer lo mismo con el grano, el trigo, etcétera.
Trump ha dicho que como hagan una cosa de estas los cruje a aranceles. Que creyese que nosotros estábamos en ese grupo no deja de ser preocupante. A ver cómo nos afecta.
¿Y en qué posición queda la Unión Europea?
Aquí hay dos dos escuelas de pensamiento en Europa. Los que creemos que Europa tiene que avanzar si no quiere caer en la irrelevancia. Y los llamados soberanistas que creen que hemos avanzado demasiado rápido y que hay que meter el freno de mano e incluso retroceder. Todos los datos indican que eso es un disparate. En población vamos a representar el 5% de la población mundial como mucho y dentro de unos años el 9% del Producto Interior Bruto. Estamos perdiendo productividad respecto a Estados Unidos y también respecto a China.
![García-Margallo en un momento de su intervención en Málaga.](https://s1.elespanol.com/2025/01/28/actualidad/919918996_252678077_1024x576.jpg)
García-Margallo en un momento de su intervención en Málaga.
Hay un dato del informe de Draghi que me llamó enormemente la atención. En los últimos 50 años no se ha creado en Europa ninguna mega empresa nueva, entendiendo por empresas con una capitalización mayor de 200.000 millones de euros. Las seis grandes están todas en Estados Unidos. Y luego, de los famosos unicornios con una capitalización de más 1.000 millones de euros, en los cinco últimos años se han creado 130 y el 40% se han ido a Estados Unidos porque el mercado es más amplio.
Nosotros seguimos con un mercado fragmentado. Seguimos sin hacer la unión bancaria y completar el mercado de capitales. Y si perdemos esa carrera, Europa cae en la irrelevancia. Hay que dar el gran salto adelante.
¿Cómo está viendo la situación en España?
Es un país que no tiene presupuestos, que es incapaz de sacar un decreto ley como el del escudo social, y eso nos puede provocar una parálisis en un momento en que hay que moverse rápido. Y el problema de todo eso es que el único cemento que une al gobierno internamente y con sus socios es permanecer en el poder y para sus socios avanzar hacia ese modelo, que la verdad es que lo patentó Pablo Iglesias, pero lo ha comprado Sánchez, que es esta España plurinacional de rasgos nada definidos. La conclusión de eso es el pacto fiscal catalán. Estamos en un momento tremendo y eso, desde el punto de vista económico, es mortal, porque nosotros necesitaríamos unos pactos de la Moncloa.
¿Hay que adelantar elecciones?
Los datos que está contando el Gobierno no son verdad. Es verdad que estamos teniendo unas cifras de crecimiento del Producto Interior Bruto superiores a nuestros socios y superiores a la media, pero eso es porque veníamos de más abajo. Y en segundo lugar, hay que ver cómo estamos creciendo. No estamos creciendo por músculo. Estamos creciendo por grasa. O sea, está aumentando la población y el empleo.
El 40% de los ocupados entre julio del 22 y julio del 23 es inmigración. Creo que la inmigración la necesitamos, pero creo que tenemos que seleccionar la inmigración porque este país está haciendo algo que es muy peligroso, que es exportar talento e importar trabajadores de muy baja cualificación y de muy bajos salarios. Hasta tal punto que cuando se dice que cooperan a mantener el Estado de bienestar solo es parcialmente cierto, porque muchos están por debajo del nivel de salarios y luego con la reagrupación familiar hay algunos que no trabajan. Es decir, yo creo que tenemos que reinventar nuestro modelo social.
El tema de la inmigración está candente. Trump dice que va a deportar a 11 millones de personas en Estados Unidos. ¿Le ve capaz?
El lenguaje de Trump no lo comparto. He estudiado mucho a Trump. De hecho coincidí cuando era ministro en su primera etapa. Él habla de una diplomacia transaccional. Él es un mercader. Él negocia con una postura de máximos y de ahí va bajando para conseguir lo que quiere. No va a invadir Groenlandia, por poner un ejemplo. Lo que sí obligará a los daneses es a que le den más bases militares, preferencia en los materiales raros que hay en Groenlandia y cooperación para que chinos y rusos no accedan al Ártico. Pero no va a invadir Groenlandia. Lo mismo va a pasar con Panamá. Pedirá una reducción para las tarifas de los barcos americanos. Pero ya está. Y con Canadá exactamente lo mismo.
Y en inmigración no va a deportar a 11 millones de personas porque la base que le apoya sabe que eso restringe la mano de obra, aumenta los costes salariales y repercute en precios. Tampoco va a poner esos aranceles que dice que va a poner porque le pasa lo mismo. El arancel eleva el coste de los bienes importados y se repercute en precio. Y claro, uno de los dragones que él ha querido combatir es la inflación.
"Los límites a Trump van a ser la realidad porque otros no tiene. Domina el Partido Republicano, la Cámara y el Senado, el Tribunal Supremo, tiene todo el Silicon Valley detrás, que antes era demócrata, y una influencia en los medios impresionante. Este no es el Trump uno, es el Trump 2.0."
Trump tiene un pensamiento de fondo que tienen todas las derechas alternativas. Es gestionar frustraciones y, sobre todo, gestionar el miedo a las consecuencias de la globalización. El discurso es muy sencillo. Por eso ha mejorado en el cinturón industrial y en las minorías, incluso la afroamericana y la hispana. Él sostiene "Mire usted, usted ha perdido su empleo porque la empresa que le da usted trabajo se ha deslocalizado y se ha ido a fabricar a México. Y los pocos empleos que quedan aquí usted se los tiene que disputar con emigrantes que vienen irregulares y que están obligados a aceptar condiciones laborales o salarios más bajos".
Y a partir de ese miedo construye. Poner aranceles para que a las empresas les sea más barato fabricar en Estados Unidos y poner freno a la inmigración para que usted no le dispute los salarios, pero eso en muchos puntos compite con el interés de la comunidad empresarial.
Los límites a Trump van a ser la realidad porque otros no tiene. Domina el Partido Republicano, la Cámara y el Senado, el Tribunal Supremo, tiene todo el Silicon Valley detrás, que antes era demócrata, y una influencia en los medios impresionante. Este no es el Trump uno, es el Trump 2.0. Mucho más Trump.