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Al pensar en Málaga lo primero con lo que la asocian es con el buen tiempo, la gastronomía y también con el trato de sus gentes, pero Málaga esconde mucho más. Los suelos de la provincia son todo un lujo que los agricultores han sabido aprovechar para hacerse un hueco dentro del mundo de la viticultura, donde Málaga ya se ha hecho un nombre. 

Vino tinto, moscatel, blanco, chardonnay o rosado son alguno de los que se producen desde la comarca de la Costa del Sol Occidental hasta la Axarquía, sin olvidar Antequera o la Serranía de Ronda. La calidad aumenta año tras año y su demanda también.

No hay que adentrarse mucho en la provincia para encontrar uno de los mejores vinos de Málaga. Tan solo hay que recorrer el centro de Málaga hasta llegar a la vinoteca Los Patios de Beatas y dejarse llevar por el Pago de Arenas Moscatel elaborado por Julián Sanjuán, gerente y sumiller del establecimiento.

¿De dónde sale? 

El Pago de Arenas Moscatel no es un moscatel seco al uso. En él predomina el frescor y flores, junto a suelo y roca, haciéndolo seco, con un amargo final y acidez. 

Se presenta en una botella con una etiqueta que llama la atención de todo aquel que la vea y cuesta 18 euros. Cabe señalar que en cada cosecha suelen elaborarse unas 3.000 botellas. 

Este vino nació en 2019 en la localidad de Arenas, en la Axarquía, donde abunda la orografía dura y obliga a que el trabajo sea manual. Pago de Arenas recibe el fruto de vides que se plantaron hace alrededor de 50 años.