El Unicaja de Málaga intentará asaltar por cuarta vez en su historia la Supercopa de España, el único título nacional que falta en las vitrinas de Los Guindos, tras ganar en la semifinal a UCAM Murcia en su pabellón por 78-84 y ahora se medirá al Real Madrid, repitiendo la final de 2023.
Entre Dylan Osetkowski (19 puntos y 26 de valoración) y Kendrick Perry tiraron del carro cajista al que varias píldoras de Ejim ayudaron a decidir el partido en el momento clave, a falta de dos minutos de un duelo muy igualado.
De esta forma, el equipo de Ibon Navarro 'venga' al UCAM por la eliminación en las semifinales de la ACB de la temporada pasada, aunque si hay una pista que se le da bien al cuadro de Ibon Navarro es la del pabellón murciano, donde le tiene tomada la medida a los locales.
Fue un partido con muchas impresiciones, en el que Unicaja tuvo sobre la pista a algunos jugadores más minutos de lo que acostumbran según las rotaciones de Ibon Navarro, en el que el rebote fue decisivo a favor del equipo malagueño.
Unicaja empezó defendiendo con intensidad en toda la pista. Un triple de Perry puso el 7-12 como máxima. Sito Alonso estaba excitado en la banda. Acertaba Unicaja desde la línea con Carter, el de Florida y Osetkowski.
Los de Ibon Navarro mandaban en el duelo pero Murcia no los dejaba escapar. Pero el trabajo de campo se veía en la pista con algunos movimientos de Kalinoski, que se entendía bien con Barcelowski cuando Murcia se puso de uno (17-18).
Pero Hakanson corría y metía de tres para ajustar de nuevo con Tyson Pérez fallando debajo del aro. El último cuarto acabó con un rejonazo moral de Murcia. Robo, contraataque y canasta para de Radebaugh para el 21-20. Se habían hecho muchas cosas bien, pero empezaba otro partido con Murcia por primera vez por delante.
Un parcial de 4-0 le bastó a Ibon Navarro para parar el partido en la segunda manga. Unicaja había salido acogotado. Había que darle una vuelta a la pizarra. Pero no fluía el Unicaja.
No sabía cómo atacar el aro. Ni siquiera acertaba corriendo, como un fallo clarísimo de Ejim debajo del aro. Pero resistió el conjunto malagueño hasta que fue capaz de darle la vuelta con un 30-31 tras dos puntos de Taylor.
Fue con un quinteto con piernas en pista -Perry, Carter, Taylor, Pérez y Osetkowski-. Evitó la reacción completa del UCAM, subió la intensidad y el choque se fue al descanso con un empate a 37.
El toma y daca continuó tras el descanso con dos equipos ahora muy enchufados de cara al aro y con alternativas en el tanteo. Aunque amagó Unicaja con irse con una mini brecha de seis puntos (48-52), volvió Murcia.
Pero subió la intensidad defensiva en el partido. A falta de 1:40 UCAM se puso por delante por primera vez en el cuarto con un 59-56 tras dos tiros libres y posesión. Un 7-0 de parcial que tiraba por tierra lo hecho tras el descanso por los de Ibon Navarro.
Había que replantear de nuevo el partido. Emergió Perry para mandar el duelo al último cuarto con un 61-60 tras cuatro puntos consecutivos que sostenían al Unicaja.
Los dos últimos minutos, decisivos
Ejim con un triple devolvió la ventaja al cuadro cajista (63-64), pero no había continuidad en el ataque para abrir una renta que permitiese maniobrar. Un palmeo de Balcerowski cayéndose puso al Unicaja cuatro arriba (67-71).
Eran minutos con Perry ordenando el juego cajista y con Osetkowski sumando y sumando. Pero el duelo entró en una sucesión de desaciertos debajo de la canasta que impedía a Unicaja abrocharlo, ponérselo de cara.
Hasta que una carrera de campo a campo de Perry elevó a renta a ocho, 67-75, a falta de 2:22. Eso permitía al cuadro cajista marcar el tiempo del partido, llevarlo a lo que quería en ese momento. Era la máxima del partido que luego fue un +10 tras el tiempo muerto de Sito Alonso.
Hakanson respondió con un triple al que dio réplica Ejim, dos de dos desde la línea. Y un robo y canasata del canadiense sentenció el choque a falta de 49 segundos poniendo un +12.
Maquilló rápido Murcia con Sant-Ros con un 5-0 de parcial pero no tembló el Unicaja hasta el 78-84 definitivo, que vuelve a la final de la Supercopa de España para medirse al Real Madrid, que se impuso en el clásico de la otra semifinal. Es el único título nacional que le falta a Unicaja, la máquina está engrasada y el hambre intacta.