Vaya por delante que no hay competición sencilla ni rival accesible. Pero aun teniendo en cuenta esa premisa, Unicaja de Málaga no puede negar que es uno de los equipos potentes de la Basketball Champions League de la FIBA. Una competición en la que no se ha podido estrenar mejor el conjunto de Los Guindos, con una victoria solvente ante el Nizhny Novgorod en tierras rusas por 62-79.
Con Jaime en su continuo estado de gracia en este inicio de temporada (21 puntos, 6 asistencias y 24 de valoración) la vida es mucho más fácil. El base madrileño está de dulce y en la competición continental dejó su huella en su primer partido. Esta tarde le acompañó Abromaitis, que se subió al barco anotador y rebotado con 13 puntos y 22 de valoración. Y también apareció, por momentos, el Michael Eric que se espera en Málaga y que ya se dejó ver en pretemporada. E incluso destellos de Rubén Guerrero.
Es un comienzo, una primera piedra continental, pero es también la carta de presentación del Unicaja en la competición, donde se espera que sea uno de los aspirantes al título. El partido, controlado casi en todo momento por los de Fotis Katsikaris, sirve para dar un paso al frente en la clasificación en una liguilla corta donde los errores se pagan.
La peor noticia de la tarde fue la recaída de Darío Brizuela. Un mal movimiento solo le hizo marcharse al banquillo con dolores en el tobillo que lo dejó fuera del inicio de la Liga ACB. El contrapunto lo puso Carlos Suárez con su vuelta a las canchas. Una buena noticia aunque fuera una primera toma de contacto con casi cinco minutos de vuelo para el capi.
Enchufados
Lo cierto es que arrancó la competición continental Unicaja con mucha seriedad, con buena predisposición a hacer su trabajo en defensa y a dar rienda suelta a su calidad en el ataque. Por eso sorprendió de salida a los rusos con un 2-8. Buenos minutos de Cole y acierto de Abromaitis desde el triple. Y también el esperado regreso de Carlos Suárez, que tras mucho tiempo lesionado entraba en escena a 2.43 para el final del cuarto. El capi estaba de vuelta y el cuarto se cerraba con ventaja cajista 19-23.
Puso la maquinaria en marcha el equipo de Fotis Katsikaris y Jaime comenzó a brillar con puntos y asistencias. Barreiro de tres por vez primera esta temporada y el equipo, sobre ruedas. Tanto que llegó a ponerse con +13 (25-38 a falta de 4.09 para el descanso). Pero un parcial de 10-0 metió a los de Nizhny en partido y a vestuarios se marchó con una leve ventaja cajista de 37-40.
En la reanudación, Unicaja salió con la clara idea de por fin comenzar a mirar la zona y a Michael Eric, totalmente desaprovechado hasta el momento. Y el pívot nigeriano comenzó a sumar. Cinco puntos consecutivos y rebotes. Pero el conjunto local no se dejó ir y siguió peleando. Y en un cuarto marcado por la baja anotación, la falta de acierto y las imprecisiones, se dio por combate nulo porque las fuerzas llegarían igualadas al último asalto 49-52.
El último cuarto arrancó con una mala noticia, la lesión de Darío Brizuela, que venía de estar de baja y reapareció en Murcia. Habrá que ver su evolución. El partido, sin embargo, no terminaba de romper. Pero dos triples consecutivos, uno de Alberto y otro de Jaime, conseguir abrir una pequeña distancia (52-60 a falta de 6.18). Y una consecución de buenas acciones en defensa y con acierto en ataque, los malagueños encarrilaron el triunfo con un +11 (55-66 a casi 4 minutos para el final). Y Jaime sumó números a su estadística para acabar el partido como máximo anotador (21 puntos) y certificar el triunfo cajista por 62-79.