Al Málaga CF se le ha olvidado ganar. Es incapaz de hincarle el diente a los partidos. No aprovecha el viento a favor cuando este le sopla, y cada vez concede más. Esta vez no fue la película del domingo pasado cuando el Linares fue superior. El Ceuta tuvo unos minutos en los que pudo hacerle daño, se lo hizo, pero el Málaga reaccionó bien con el tanto del empate, obra de Juande. Luego, se quedó a medias y no firmó la remontada y acumula ya tres jornada sin ganar cuando tenía que pelear el ascenso directo. Lo peor es que se le ve incapaz en estos momentos de sumar de tres en tres. Con el Ceuta no pasó del empate a uno y acabo el partido sin inquietar, con una Rosaleda de nuevo entregada el día de la celebración artificial que se ha inventado el Málaga, la del 120 aniversario del primer partido de fútbol en la ciudad, que acabó con los jugadores del Málaga tumbados en el césped de Martiricos, con el preparador ceutí, José Juan Romero, desatado celebrando el empate y la afición caballa cantando "¡Que bote Murube!".
Con esas, el Málaga ahora lo que tenía que mirar era hacia abajo. Frenó la escalada del Ceuta y deja al Recreativo de Huelva a la misma distancia, que también empató. Vuelve a ser cuarto tras la victoria del Ibiza y va a acabar a muchos puntos del Castellón, al que debía disputarle el ascenso directo.
Pellicer no tuvo contemplaciones a la hora de intervenir en el once e introdujo varias novedades. Esperadas y muchos menos esperadas. Juande suplió a Einar y Genaro regresó a su sitio en detrimiento de Juanpe, que fue titular y dejó dudas contra el Linares. Hasta ahí lo esperado. También se podía prever el regreso de Gabilondo por Puga al laterla derecho. Pero también sentó a Víctor García para darle el lateral izquierdo a Murillo y le dio carrete en el once al joven Aarón Ochoa en la media punta por delante de varios pesos pesados. Así, Herrero estuvo en la portería con Gabilondo, Nelson, Juande y Murillo en la zaga. El doble pivote fue para Genaro y Manu Molina. Ferreiro, Ochoa y Kevin formaron una línea de tres por detrás de Roberto.
Tras diez minutos de empuje del Málaga, con acercamientos peligrosos, con los blanquiazules anticipándose a todas, el duelo se fue asentando y empezaron las alternativas. Ochoa dudó en una situación muy clara para disparar fuera del área. Y el Ceuta fue ganando metros gracias a su mayor presencia en el centro del campo, donde Manu Molina estaba muy sólo con Genaro descolgándose arriba. Además, el Ceuta se había plantado en La Rosaleda a minar la moral del Málaga, con pérdidas de tiempo en cada saque de banda, a que el choque no tuviera ritmo cuando ellos no tenían la pelota, el que sí imprimía el exmalaguista Cristian cuando le llegaba el balón.
En el 25' la pelota se paseó por el área delante de Roberto, Kevin y Ochoa en la que fue la primera llegada de Gabilondo a posiciones donde puede centrar. La respuesta, una defensa horrible del Málaga para que Fran la pusiese al segunbdo palo. Allí llegó como una exhalación Cedric ganándole la partida a Gabilondo para rematarla fuerte abajo entre las piernas de Alfonso Herrero. El peor escenario posible para un Málaga incapaz de meter goles en las últimas jornadas. El desajuste en la izquierda de la defensa malaguista fue escandaloso.
Castigo de Cedrick y reacción blanquiazul
Tres minutos después Cedric tuvo el segundo. La Rosaleda estaba desquiciada y el Málaga perdido en el campo. Más tarde Genaro tuvo el empate llegando desde atrás a un centro que puso Kevin. Se fue por poco arriba. En el 35 se intercambiaron los papeles y Roberto recogió por la derecha un balón largo, la paró, esperó y la puso al segundo palo, donde Ochoa llegó muy forzado. Había reaccionado con coraje el Málaga la varapalo. Volvió a tenerla Genaro en un córner, pero el remate se fue alto.
La aventura llegó en el minuto 38. Juande cortó un centro raso al área malaguista y se la dio a Murillo que estaba en la línea de fondo. Este se la dio a Kevin que se recorrió todo el campo y casi llega a La Palmilla. Al borde del área le hicieron falta. Ferreiro la puso con muchísimo veneno y en el segundo palo estaba Juande que la mandó para dentro de cabeza. "Una gitana loca me echó las cartas..." cantaba La Rosaleda. Había salvado el Málaga un momento muy complicado de la mejor manera. Con coraje y corazón, como se canta en el himno. El descanso llegó con una de las imágenes de la mañana, un vuelo de Alfonso Herreo a un disparo muy lejano de Redru.
El mismo escenario que al principio del partido se dibujó en el arranque de la primera mitad. El Málaga aprentándole las tuercas al Ceuta pero esta vez con ocasiones claras, las que mandaron al limbo Ochoa, muy generoso al dársela a Ferreiro cuando tenía claro el remate, y Kevin, individualista en este caso.
Y con el mismo guion, al cuarto de hora empezó a estirarse el Ceuta. Aisar la tuvo muy clara pero remató con la izquierda desviado. Para entonces Ochoa y Ferreiro le habían dejado su sitio Dioni y Dani Lorenzo. Pero ahí se quedó el Ceuta, no inquietó a un Málaga que intentaba volcar el juego por las dos bandas. Más por la izquierda con el ingreso de Víctor García. Roberto tenía que fajarse con los centrales para intentar coger alguno de los centros al área. Le faltó colmillo al Málaga, arrebato. No se fue a por el partido de forma descarada.
Gabilondo tuvo un cabezazo justo antes del pitido final que habría cambiado el arranque de esta crónica. La del tercer empate consecutivo del Málaga, un equipo que hoy en día no sabe ganar.