Aunque cada hora que pasa el punto conquistado en Huelva contra el Recreativo el pasado domingo en el Colombino tiene más valor, no fue el mejor partido del Málaga CF el que se vio el pasado domingo y que acabó con empate a uno gracias a un golazo de Dioni, que igualó el tanto del exmalaguista Caye Quintana. En ese encuentro, Pellicer fue más allá de lo que había sido habitual en los cambios en el once malaguista, tocó la espina dorsal, algo que sumado a la baja obligada de Víctor García, no terminó de funcionar.
El entrenador malaguista sorprendió en la alineación dejando en el banquillo a Genaro y Dioni, indiscutibles hasta ahora, unidos a la ausencia de Víctor García, máximo asistente del equipo y generador de los últimos goles del conjunto blanquiazul. El pivote y un delantero que además de ser el goleador histórico de la categoría genera siempre peligro en la portería contraria. Mucha madera fuera del once para una plaza complicada como la del Colombino. Con esos cambios, solo Alfonso Herrero, Gabilondo, Kevin y Roberto habían sido titulares en todos los partidos de Liga.
La apuesta, por diversos factores, especialmente por el despliegue del rival, no terminó de salirle bien al técnico de Nules, que en la segunda mitad tuvo que recurrir tanto a Genaro como a Dioni, clave el delantero, para enderezar el rumbo del partido.
El Málaga no tuvo el control de un encuentro que el Recre le complicó mucho. Notó la ausencia de Genaro en las transiciones ofensivas de los onubenses, especialistas en la materia tanto como del Gerena en neutralizarlas. De hecho, es su virtud más destacada, la de pasar la escoba por el centro del campo.
Y a Dioni lo echó en falta en el factor sorpresa que genera siempre con sus movimientos entre líneas, tan necesario en la primera mitad cuando el conjunto de Abel Gómez cerró filas por delante de su área y dejó al Málaga maniobrar con la pelota. Le faltó mordiente al conjunto blanquiazul, que no encontró el filtro definitivo para generar ocasiones de gol, algo que suele proporcionar Dioni. El primer balón que tocó acabó con un tirazo al palo de Sangalli. Más tarde, anotó el tanto del empate.
Al edificio, que iba a viento en popa, se le tocaron las estructuras, y se tambaleó. Nada que no se puede reparar.