La afición del Málaga CF no está acostumbrada a celebrar victorias ni mucho menos remontadas. El equipo blanquiazul no conseguía dar la vuelta a un marcador como visitantes desde agosto de 2018 y este domingo contra el Atlético Baleares lo ha hecho de nuevo, firmando el segundo triunfo consecutivo de los tres partidos que lleva en Primera RFEF.
El entrenador, Sergio Pellicer, ha hablado de una victoria "de equipo" que para ellos y para la afición supone "más de tres puntos". Y así lo han demostrado tras el gol de Roberto, que se ha lanzado hacia los aficionados literalmente para celebrarlo, lo que le ha valido a juicio del árbitro una tarjeta amarilla.
Pero, sobre todo, lo han demostrado nada más escucharse el pitido del final del partido que daba por sentenciado el resultado. "Ale, ale, Ale, oh... Forza Málaga", han coreado el casi centenar de aficionados que se han desplazado hasta las Islas Baleares para ver jugar al equipo. El cántico ha sido replicado por los jugadores, que se han acercado a la grada visitante para celebrar con ellos la victoria.
Entre aplausos y abrazos, el equipo ha compartido unos minutos con los aficionados y ha mostrado, como sucedió ya la pasada semana, que el ambiente y los sentimientos también son un factor determinante en el terreno de juego.