"Cuando unos padres escogen / un nombre para su hijo / y santifican su nombre / con un peazo bautizo / van y le ponen Cristian / pongamos por ejemplo / celebran la eucaristía / para que le digan Cristian / cuando salga del templo / es un nombre sagrao / es Christian pa cualquiera / así lo han bautizao...". Si el domingo había algún carnavalero en La Rosaleda o frente a la televisión, de los veteranos, quizás se le vino este pasodoble de la chirigota gaditana 'Los Tintos de Verano', de 1995, obra de Juan Carlos Aragón, que en gloria esté.
Porque Cristian es el nuevo nombre de moda en el Málaga CF. El marbellí ya debutó en Leganés en los últimos minutos del partido. Mel lo empleó como solución para ampliar el campo por la banda izquierda y lo colocó de extremo. Cada balón que tocó lo mandó al área.
Pero este domingo en La Rosaleda frente al Lugo entró sin llamar. El técnico malaguista le dio la titularidad al '39', una vez más apostando por lo "más natural", para colocarlos en la banda izquierda. Cuando no se habían cumplido ni cinco minutos, ya tenía a todo el malaguismo en el bolsillo. Un error de Whalley permitió a Rubén Castro dejarle el balón a Cristian al borde del área. El control y disparo todo fue uno. La pelota salió lanzada al palo izquierdo del portero, donde rebotó antes de pasearse por toda la línea de gol y besar la red. Se abría el camino para la ansiada victoria que pusiera fin al maleficio del Málaga como local, que se extendía desde noviembre de 2021.
Cristian, de 21 años, ha llegado este verano a la disciplina blanquiazul después de formarse en el Marbella FC, con el que llegó a debutar en Tercera División, una categoría en la que también jugó con el Huétor Vega. La temporada pasada subió un escalón jugando en la Segunda RFEF con el Recreativo Granada.
Es una de las caras nuevas del Atlético Malagueño este curso y no fue uno de los elegidos por Pablo Guede para hacer la pretemporada con el primer equipo ni para ser uno de los fijos en los entrenamientos en el Anexo. Su primera convocatoria fue contra el Andorra en empate a cero de los de Pepe Mel.
Ahora, parece que costará bajarlo de un autobús al que se ha subido en marcha. Álex Gallar, cuando se recupere, tendrá que pelearle el puesto a este extremo con descaro que contra el Lugo incluso se la jugó desde el centro de campo en una contra que prometía mucho. Se mostró, en palabras de Mel, como "un caradura".
La Rosaleda ya se sabe su nombre: Cristian, "un nombre sagrado".