¿Es posible un fútbol sin pillería, sin insultos y sin agresividad? Puede parecer una quimera, pero el colegiado malagueño Ángel Andrés Jiménez tiene una cruzada y la está llevando a su máxima expresión cada fin de semana en los campos de juego y a través de las redes sociales, donde su mensaje se está viralizando con una respuesta gratamente positiva.
Este benalmadense de 43 años, profesor de secundaria de Lengua y conocido como el 'árbitro de la paz' desde hace años ha dado un giro más de tuerca a su batalla y promueve el VAR de la honestidad para los jugadores y el VAR de la afición para los padres. Consiste en ofrecer una charla a todos los componentes que rodean un partido antes de que arranque el mismo y que está teniendo unos resultados notables. "Este tema del VAR de la afición y el VAR de la honestidad ha impactado muchísimo. Y la acogida está siendo estupenda. Hay muchísima resonancia y mucha gente interactuando. Y eso es buenísimo", explica para EL ESPAÑOL de Málaga Ángel.
Y es que el 'árbitro de la paz' está encontrando su camino y su altavoz. Personajes públicos como el extenista Alex Corretja o Víctor Sánchez del Amo, exentrenador del Málaga CF entre otros, han mostrado su apoyo incondicional a esta iniciativa, que se ha hecho viral en redes con miles de reproducciones de sus vídeos y de interacciones a sus tuits. "Ningún cambio viene si no hay una reflexión personal y social. Es lo que queremos, que haya un replanteamiento comunitario para darnos cuenta de que el camino que se lleva no es el correcto", dice.
"Por muy normalizado que esté no es normal. Yo soy colaborador de la plataforma090, que es del Ayuntamiento de Málaga, y los valores que ellos defienden también los defiendo yo. Y no hay nada como volver al fútbol federado para mostrar esta iniciativa", continúa.
Catarsis
Ángel comenzó su carrera en el difícil mundo del arbitraje con sólo 16 años. Tras dejarlo y retomarlo, ahora focaliza su acción en el deporte base, donde su mensaje puede tener más calado. "La respuesta es positiva, es lo que esperaba y deseaba. Cuando me pusieron lo del ‘árbitro de la paz’ paraba los partidos cuando había insultos. Esto hace pensar a la gente. E invita a generar un buen ambiente. Y la respuesta ha sido magnífica. Tres partidos y tres ambientes ejemplares", dice.
"Son niños alevines. Es más difícil mientras mayores sean los jugadores. Es más fácil educar a un niño que a un adulto. Soy profesor y doy clases en el instituto y organizo una liga desde hace años. Y allí vivimos el VAR de la honestidad y el VAR de la afición. Y para ellos ya es todo un impacto. Y aunque en un principio les choca, luego lo aprecian. Mi idea es que educar es enseñar a otro que una cosa tiene valor, a que lo vea por sí mismo", asegura mientras explica su método. "Lo que no se sabe, pues seguimos. La vida es imperfecta. Pero no puede haber un código para la vida y otra para el fútbol. Es maleducar a los chavales. Y lo que queremos es que se diviertan".
Y es que este colegiado malagueño vivió en sus propias carnes la violencia en el fútbol. "Con 16 años arbitre federado. Me gustó. Lo probé y dije, esto está ‘chulo’. Eran valores muy interesantes en esa labor que desconocía. Pero todo cambió un día que me insultó un espectador. Me acerqué a él y le dije que no me insultara más. En el descanso hablé con entrenadores y delegados y les dije que si había más insultos se pararía el partido. Y a partir de ahí, la lucha. Lo hago con el corazón", finaliza Ángel Andrés Jiménez, que quiere que el mundo del fútbol sea más honesto, mas justo y más sano.