El 30 de junio de 2022 un hombre que gestionaba alquileres en la urbanización Golden Beach de Marbella descubrió el cadáver de un inquilino que no respondía a sus mensajes desde hacía días.
Se trataba del serbio Aleksandar Kolundzic. Era un narcotraficante que fue torturado y ejecutado de un tiro en la cabeza en esa vivienda que tenía la víctima alquilada.
La escena era propia de la saga SAW. Se encontraba maniatado, amordazado, con papel film cubriéndole la cabeza, y atado a la silla.
Tras su asesinato, una investigación de los medios alemanes WDR y NDR, y ahora ampliada por el OCCRP (Organized crimen and corruption Reporting Project) logró descubrir que Kolundzic, en el momento de su ejecución, era un informante de la policía alemana en Frankfurt, donde se labró un buen papel en el crimen organizado ya que tenía antecedentes por delitos similares.
Era el chivato del módulo, pero seguía traficando. Esto ha provocado un debate político interno en el estado de Hesse, ya que en la doctrina jurídica en Alemania se limita muchísimo la actividad delictiva de los informantes pero, por otra parte, sería bastante improbable que alguien pudiera dar información fiable de cualquier tipo de organización criminal si no participara activamente cometiendo ciertos delitos.
Se abrió un debate jurídico y moral porque el resultado fue nefasto. Una persona que ha colaborado con la autoridad y acabe asesinada cuestiona los protocolos de seguridad que tienen en Alemania para que no haya filtraciones que pongan en peligro la vida de informadores, y de los propios policías en un futuro.
Por el asesinato de Aleksandar Kolundzic, tras una ardua investigación de la Policía Española se terminó deteniendo en Turquía en abril de 2024 a Tolga S, un ciudadano turco-alemán miembro de la banda Hell Angels que había estado residiendo en Benahavís.
Semanas después se le extraditó a España y desde hace algunos meses se encuentra en prisión provisional por orden del Juzgado de Instrucción nº 3 de Marbella. Es uno de los acusados, pero hay otras dos personas con requisitorias internacionales que siguen en busca y captura.
Hace ver la estructura que tienen aquí los Hell Angels y los contactos policiales que manejan en Alemania para que acaben asesinando a un informante.
En su reportaje, el OCCPR reveló un detalle importantísimo de la investigación. El agente que mantenía contacto directo con Aleksandar Kolundzic borró toda la información de su móvil y en él se encontraban conversaciones con la víctima.
Alegó ante los fiscales alemanes que han investigado este asunto que el borrado masivo lo hacía regularmente por cuestiones de seguridad. Se supone que la Policía Alemana no conocía que Aleksandar seguía traficando, aunque podían suponerlo porque sus movimientos así lo indicaban.
Los agentes alemanes conocían que había sido citado en la Costa del Sol por Tolga S y otros informantes declararon que el serbio mantenía deudas importantes por drogas con otras organizaciones criminales.
Fue torturado durante horas y luego ejecutado. Los asesinos se llevaron el teléfono móvil de la víctima. Por eso es más que probable que los Hell Angels alemanes tuvieran sospechas que luego les fueron confirmadas de que era un colaborador de la Policía alemana. El daño físico que le fueron inflingiendo a Kolundzic muestra que no tuvieron piedad con él.