A tres minutos andando de la estación de metro Barbarela, en Cruz de Humilladero, se encuentra una pastelería llena de dulces coreanos. Damda pone nombre a este local que ha llegado para sorprender a los paladares malagueños. Aunque ya no es novedad que la cultura coreana se extienda cada vez más por la ciudad.
Bini es el nombre de la propietaria del negocio que, con la ayuda de su pareja, abrió esta pastelería el año pasado. Ella es de origen coreano, pero el idioma no es un impedimento para comunicarse, entiende a la perfección todas las comandas de sus clientes, respondiendo siempre con una sonrisa y acento asiático.
Uno de los productos más tradicionales que ofrece Damda es la bebida con galleta Dalgona, esta es la torta de caramelo que aparece en una de las pruebas de El Juego del Calamar de Netflix. Este dulce se puede tomar sobre el café o el té; se disuelve al removerlo todo junto, dejando un sabor caramelizado riquísimo. Para los fans de la serie coreana, masticad tranquilos, vuestra vida no dependerá de ello.
La cultura coreana se integra progresivamente en la Costa del Sol. Son muchos los fans malagueños de los grupos musicales BTS y ATTEZ, ambos procedentes de Corea del Sur. Por ese motivo, esta pastelería organiza eventos que reúne a los admiradores de las más grandes estrellas del k-pop. Con las quedadas que diseñan pueden conocerse, charlar y disfrutar de una buena merienda; todo mientras escuchan sus canciones favoritas.
El último encuentro que organizaron fue el pasado 10 de febrero, cuando celebraron el cumpleaños de J-Hope, componente del grupo musical BTS. El local se empapeló con fotografías del cantante (al puro estilo adolescente que compraba la revista Bravo), para así sentirlo presente, a pesar de que no fue a soplar las velas y pedir un deseo.
Esta pastelería se ha convertido en la perfecta ubicación para los amantes del azúcar y de la cultura coreana. Todos sus productos son 100% caseros. Además, el diseño de cada dulce está cuidado al milímetro. Da pena devorar una tarta con el dibujo de Shin Shan.
El llamativo escaparate de Damda no pasa desapercibido para los transeúntes. La decoración está dominada por los colores neutros, para así acentuar a los protagonistas, los coloridos dulces, que son casi obras maestras. Va a ser complicado que esté igual de bueno y de bonito a la vez.