Grupos de Guardia Civiles o Policías Nacionales retirando algunas plantas de marihuana en un paraje recóndito de nuestra geografía, algo que se repite cada semana. Da igual sur o norte de España. Todo tipo de organizaciones criminales se han extendido hasta lo más remoto de ese paraje que te puedes imaginar.
Tras el tráfico de cocaína y hachís, mucho más mediáticos, el tráfico de marihuana a gran escala sigue en expansión. Generando problemas que hasta hace muy poco eran impensables. Hay tanta marihuana incautada en España que el Estado está subcontratando a empresas para que poden las plantaciones industriales que crean las mafias que se dedican a ese delito.
Se hace porque el tiempo y el personal de Policía Nacional o Guardia Civil que se debería utilizar para ese trabajo es inasumible para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El último contrato que ha ofrecido la administración lo ha estimado en 719.664€, y se ha dividido en varios lotes por distintas localizaciones:
Lote 1. Almería
Lote 2. Granada y Málaga.
Lote 3. Madrid
Lote 4. Comunidad Valencia.
Lote 5. Cataluña.
Serán necesarios licitar más contratos como este en otros territorios, porque en estos últimos años se han disparado las incautaciones de marihuana. En 2018 fueron las 29,9 toneladas las aprehendidas en España, en 2022 fueron 126 toneladas. Una diferencia sustancial de un 334.48 %. Los datos oficiales de 2023 no se han publicado, pero estarán más cerca de 2022 que de 2018.
Centrándonos en Málaga este último año se ha confirmado que la Mafia Albanesa se ha presentado aquí creando campamentos especialmente para producir marihuana a escala industrial.
Y en esta última semana hemos tenido un ejemplo de que el crimen organizado cambia el entorno en el que vivimos para su propio beneficio, y no tienen límites para conseguir el máximo provecho. Ha ocurrido concretamente en la Sierra de Almijara en la Axarquía en el término municipal de Nerja, donde un grupo criminal deforestó dos hectáreas de pinos para convertir la zona en un lugar idóneo en el que plantar marihuana.
Modificaron la zona para que fuese un campamento, y que puedan descansar los miembros del clan que están encargados de vigilar la droga. También esa instalación se usa para el secado de la marihuana. Incluso fabricaron una balsa de agua que daba facilidades para el riego de las plantas.
Es algo que se repite en cada una de estas plantaciones en parajes escondidos que la Mafia Albanesa ha implantado en España. Los miembros de estas organizaciones criminales pueden convivir en esas circunstancias durante meses mientras esperan que la cosecha llegue a buen puerto y aumente su patrimonio.
Alrededor de esto se ha generado más violencia estos últimos años porque grandes grupos internacionales de narcotráfico han presionado para conseguir más rendimiento, y se han producido bastantes casos de secuestros debido a robos de marihuana.
La lectura de cartilla y sus consecuencias
La memoria de la Fiscalía andaluza antidrogas del año 2022 publicada en septiembre de 2023 recogía unos datos muy preocupantes, y en ella también una crítica por la desaparición del OCON SUR. Fue la unidad de élite de la Guardia Civil que se creó para luchar contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
La Fiscalía criticó en el informe que no se le comunicó previamente nada y que ese cambio ha provocado menor presión policial aunque algunos agentes se fueron incorporando lentamente al EDOA (Equipo Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil). Como consecuencia se realizaron menos incautaciones de hachís en Cádiz. En estos últimos meses esta restructuración de medios policiales ha provocado que el río Guadalquivir vuelva a ser un bastión del crimen organizado.
Las organizaciones criminales están introduciendo hachís, y una pequeña cantidad de cocaína, sin mayores problemas. Igualmente logran realizar trayectos con inmigrantes que les está reportando mucho dinero. De hecho, ya ha ocurrido una tragedia cuando murieron ahogadas 4 personas que fueron arrojadas al mar por parte de narcos antes de llegar a la orilla en una playa de San Fernando (Cádiz).
En esta última semana, la actividad del narcotráfico ha llegado a unos límites inadmisibles, se han visto imágenes en el que hasta siete narcolanchas estaban siendo perseguidas por un helicóptero de la Guardia Civil en la desembocadura del río Guadalquivir.
Algo que durante estos últimos años era extraño de ver porque la presión policial provocó que los clanes de narcotráfico tomaran más precauciones, como por ejemplo alijar sólo de noche. Ahora a plena luz del día y en todo el litoral de Cádiz, y en el interior del Guadalquivir se pueden grabar todo tipo de embarcaciones semirrígidas de alta velocidad. Narcolanchas que desde 2018 son consideradas prohibidas, pero que no parece afectar en nada a los traficantes.