El barrio de la Palmilla ha vuelto a ser testigo de un nuevo tiroteo este domingo 27 de agosto. El incidente con disparos, precedido de una agresión física por unas desavenencias entre vecinos, se ha saldado con tres personas detenidas por la Policía Nacional, aunque no hay que lamentar heridos por arma de fuego.
Los hechos se produjeron sobre las 9.30 horas, cuando el Centro Inteligente de Mando, Comunicación y Control Cimacc 091 recibió un aviso que alertaba de unos disparos en calle Doctor Jiménez Moll.
Varias patrullas adscritas a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana se dirigieron al lugar y, tras una serie de indagaciones, los agentes identificaron a un hombre, que resultó ser víctima de un ataque con un objeto contundente a consecuencia del cual presentaba una herida leve en una pierna.
Tras esa agresión previa, un hijo de la víctima bajó de una vivienda con una catana y amenazó a los agresores de su padre, dos hermanos que llegaron a sembrar el pánico en la zona tras abrir fuego con una escopeta.
Según los testigos, uno de los hermanos extrajo una escopeta del interior de un coche y efectuó un par de disparos que impactaron en la fachada de un edificio. No hubo heridos por arma de fuego.
Finalmente, los agentes detuvieron a los responsables del incidente con arma de fuego, dos hombres de 30 y 35 años, por su presunta responsabilidad en un delito de tentativa de homicidio.
Además, la Policía Nacional practicó una tercera detención, la del hijo de la víctima, por un delito de amenazas. Los agentes intervinieron un arma larga, una catana, un palo con clavos en uno de sus extremos y una barra de hierro. De momento, la investigación continúa abierta.
Esta es la enésima tarde de tensión que se vive en uno de los barrios principales del distrito 5 de la capital de la Costa del Sol. Los tiroteos y persecuciones policiales se han convertido en una preocupación que enfrenta a distintas administraciones.
El ejemplo más evidentemente fue el se vivió el pasado mes de mayo, cuando fueron reconocidos 60 casquillos de bala después de un tiroteo. Entonces, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, pidió a la Subdelegación del gobierno que cumpliera con sus obligaciones en materia de seguridad y que “ordene” el decomiso de las armas que ilegalmente se encuentra en el barrio malagueño "para que no se usen como quien usa un caramelo para endulzarse la vida”.
El subdelegado provincial, Javier Salas, saltó a la palestra entonces para defender la labor de la Policía Nacional, señalando que el problema en esta barriada no es punitivo sino social y, por ende, achacando toda la responsabilidad al Ayuntamiento de la capital.