El turismo de alta gama avanza en España aumentando sus ingresos entre un 5% y un 8% anual en los últimos 6 años, duplicando la tasa de crecimiento del turismo tradicional, en buena medida por tendencias en auge como el llamado lujo silencioso, el residente intermitente y el turismo sostenible.
Así lo pone de manifiesto el análisis Perspectivas sobre turismo de alta gama en España elaborado por McKinsey para Círculo Fortuny y dado a conocer este viernes en Málaga. Muestra del peso que tiene este turismo es que el año pasado tuvo un impacto directo económico de más de 20.000 millones de euros, una contribución del alrededor del 1,9% del PIB total de nuestro país.
A los factores antes apuntados hay que sumar el aumento de los hoteles de lujo, que han aumentado un 27% entre 2015 y 2022. "El despegue del ocio high-end tras la pandemia y el incremento de flujos de turismo de alta gama son otros de los factores que apuntalan la fortaleza del sector", exponen.
El análisis de McKinsey destaca el efecto multiplicador del viajero de alta gama sobre el turista clásico generando más valor. En España, el impacto del primero sobre la cultura, las compras y el ocio multiplica por 5 el peso del viajero tradicional. El efecto en el gasto sobre la gastronomía multiplica a su vez por 4 el desembolso del turismo de masas, por el gasto en alojamientos y transporte, y por 2 la inversión en el sector inmobiliario.
Entre las palancas de crecimiento que permitirían a España equipararse a otros mercados europeos, Círculo Fortuny destaca el residente intermitente, particularmente el del norte de Europa, de alto poder adquisitivo y que genera un círculo virtuoso de gasto en otros subsectores como la gastronomía, la cultura o el ocio.
Otro detalle ciertamente relevante es que concluidas las restricciones por la pandemia, un 74% de los viajeros de lujo declara estar dispuesto a pagar más por experiencias turísticas más sostenibles. 6 de cada 10 turistas aseguran querer viajar de manera más sostenible en el futuro y un 78% dice tener más probabilidades de elegir un alojamiento si este cuenta con prácticas sostenibles.
Asimismo, el estudio destaca cómo el bautizado como lujo silencioso se abre paso como un turismo de alta gama no ostentoso, observándose un aumento del 614% en las búsquedas de esta oferta en Google.
En este sentido, las reservas en alojamientos independientes sin marca de valor cuyo coste supera los 1.000 euros por noche crecieron en España un 60%, según Airbnb. Esta alternativa contribuye a generar riqueza en destinos únicos, al estar deslocalizados de los centros urbanos y, de hecho, están muy vinculados a la naturaleza y a buscar experiencias singulares que conecten con la autenticidad.
Otras tendencias crecientes son el Wellness y Bienestar, volcado en el cuidado físico y mental: el 40% de los viajeros de lujo han reservado en los últimos cinco años destinos con esta finalidad. Las experiencias personalizadas también se disparan, con un 51% de los clientes de largo recorrido que declaran perseguir experiencias "auténticas" en sus viajes.
Cobra significancia el denominado Bleisure o Bluxury, que consiste en dedicar una parte al disfrute personal durante el viaje de negocios. El cada vez mayor peso de los turistas millenials y de los nómadas digitales influye en esta nueva modalidad.
Xandra Falcó, presidenta de Círculo Fortuny, ha destacado que Málaga es "un ejemplo de éxito, de cómo una buena gestión por parte de la Administración puede transformar una ciudad". "Es hoy un icono de la cultura con grandes museos internacionales donde han aterrizado importantes cadenas hoteleras internacionales y como consecuencia están dinamizando el turismo de alto impacto", ha afirmado, destacando que España está en el "buen camino", estando previsto que el turista de alta gama se doble en los próximos años.
Para Carlos Sánchez Altable, Partner en McKinsey, España cuenta con un "gran potencial para el desarrollo del turismo de alta gama, incrementando hasta por 5 los ingresos económicos frente al turismo tradicional".