El penúltimo caso es en la popular barriada marinera de El Palo. Como ha adelantado este periódico, la mítica cafetería Florido ha desaparecido para dejar paso en su ubicación a un salón de juegos de azar. Para la Asociación de Vecinos del barrio, el cambio es más doloroso aún por tratarse de un lugar emblemático; no obstante, refleja la tendencia a la proliferación de estos establecimientos.
La plataforma ciudadana Málaga contra las Casas de Apuestas denuncia que hay relación directa entre los casos de ludopatía —especialmente preocupante entre los jóvenes, señalan— y la presencia de este tipo de locales en barrios populares especialmente castigados por el desempleo o la falta de oportunidades.
Esa misma entidad ha mapeado la ubicación de casi 70 casas de apuestas situadas en la capital provincial, a través de un mapa que EL ESPAÑOL de Málaga ha revisado a través de las herramientas de geolocalización de Google para su publicación. El resultado es este plano, en el que se puede comprobar que la densidad es mucho mayor en zonas populares como la avenida de Velázquez o el entorno de la Estación de Autobuses.
En apenas unos centenares de metros, se sitúan más de una decena de casas de apuestas en el eje de la avenida de Velázquez, que recorre la línea 2 del Metro desde Puerta Blanca hasta Princesa-Huelin. Esta zona se enmarca dentro del distrito Carretera de Cádiz y pasa por ser una de las más densamente pobladas del país... hecho que no pasa desapercibido para las empresas del juego.
También destaca la proliferación de estos salones en la zona de la Estación de Autobuses, con hasta seis establecimientos en pocos metros cuadrados y otros cinco más en el entorno. El Centro histórico, pese a su transformación desde el uso más residencial al turístico, también mantiene una densidad considerable de este tipo de negocios.
Hay, en cambio, dos zonas que destacan por todo lo contrario: hay pocas o incluso ninguna casa de apuestas. Se trata del entorno de la Universidad y el barrio de Teatinos, cada vez más familiar y con mayores precios por metro cuadrado, y los clásicos barrios más pudiente del Distrito Este: El Limonar, Cerrado de Calderón o Pedregalejo, entre ellos.
De hecho, el camino oriental desde el Centro supone un desierto en lo que a presencia de salones de juego se refiere, que finaliza al entrar en el barrio más humilde —repitiéndose así el patrón de este tipo de empresas— de El Palo.
La presión ciudadana y las evidencias que muestran los perjuicios sanitarios de estos establecimientos han hecho que el Ayuntamiento de Málaga plantee que no puedan abrir a menos de 500 metros de distancia de un centro educativo. Ante la amenaza de la Junta de Andalucía, que en 2021 decretó esa misma prohibición pero a menos de 150 metros, el Consistorio dio marcha atrás.