"Ya estamos todos en Barcelona. Cansados, pero bien", dice Alejandro Romero, el padre de Oliver, a EL ESPAÑOL de Málaga este martes por la tarde. Su pequeño ya se encuentra ingresado en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona a la espera de ser operado del tumor cerebral que padece.
Lena y Oliver han aterrizado sobre las 11.30 horas en el El Prat, antes incluso de lo previsto. Una ambulancia esperaba al pequeño y a su madre a pie de pista y de allí ha salido directo hacia el hospital.
Ya conocen a su neurocirujano y están haciéndose a esta "nueva etapa" que les toca vivir a partir de ahora mientras que le hacen las primeras pruebas y evalúan el estado de salud del pequeño Oliver. Como el diagnóstico del pequeño proviene de un hospital de fuera de España, el Sant Joan de Déu va a llevar a cabo las pruebas preceptivas para "corroborar toda la información" sobre el tumor, por lo que la operación no será inmediata, según ha detallado el padre a los medios de comunicación, deseoso de que su hijo "se recupere y se ponga bien".
Fuentes del centro hospitalario han explicado que "una vez tengan los resultados, podrán concretar los detalles de la operación". Lena y Alejandro se muestran muy agradecidos con el apoyo de la sociedad y los medios de comunicación y, sobre todo, con el empresario anónimo que pagó el vuelo en avión medicalizado que ha traído a Oliver a España.
En la rueda de prensa, el padre del pequeño, visiblemente emocionado, ha agradecido a su "ángel" de la guarda el gesto que tuvo donándoles los 196.400 euros para el vuelo de Oliver. "Desde el sábado ha estado minuto a minuto con nosotros, ya es como si lo conociera desde hace treinta años", ha dicho al respecto. En cada problema que se les ha presentado en los últimos días, este empresario ha estado dispuesto a ayudarles llegando a pasar incluso noches sin dormir. "No sé si vendrá a ver a Oliver por lo mediático que está siendo todo. No nos conocemos aún en persona, pero hemos hablado", ha explicado.
Últimas horas
Las últimas horas para Alejandro y Lena han sido muy intensas. Desde el domingo que iba a salir en principio, acabaron retrasándoles el vuelo medicalizado de la compañía EMS al martes. Cuando intentaron coger un vuelo comercial, se lo negaron por el estado de salud del pequeño. Todo les obstaculizaba en esta carrera contrarreloj que corren de la mano de su hijo Oliver, al que en México le dieron entre quince días y un mes de vida.
Alejandro, sin embargo, mira el lado positivo a todo. Oliver está feliz y estable y cree que todo el mundo comete errores, por lo que ahora solo mira a lo que viene: la operación del pequeño, su "enano".
La historia de Oliver
Oliver es un pequeño malagueño de apenas 2 años y cinco meses. Sus padres, también malagueños, Alejandro y Lena, son unos trotamundos y desde hace unos meses, por motivos laborales, residen en México, concretamente en Playa del Carmen, donde Alejandro se dedica profesionalmente al sector del buceo. La vida de Oliver cambió hace apenas unas semanas, cuando los médicos le diagnosticaron un potente tumor cerebral de grado 3, concretamente una tumoración de la fosa posterior PB (Ependimoma) a la par que una hidrocefalia, que es la acumulación de líquido cefalorraquídeo.
Desde aquel día, Alejandro y Lena estaban desesperados por ayudarle, pero estar a 9.000 kilómetros de su país no lo facilitaba demasiado. Alejandro, con angustia, recuerda en conversación con este periódico cómo en el país donde residen desde hace meses le dieron un plan de cuidados paliativos para su bebé explicándoles que "no estaban capacitados" para acabar con su tumor cerebral. Intentaron ir por lo privado, pero les pedían entre 100.000 y 120.000 euros. Gracias al ofrecimiento del héroe anónimo que le pagó el vuelo medicalizado, el pequeño Oliver está un poco más cerca de salvar su vida.