Hoy, 19 de octubre, se celebra el Día Internacional de las Catedrales. Una jornada señalada en el calendario con el objetivo de rendir tributo a los grandes templos del mundo. Su trascendencia artística, cultural y religiosa dentro de la sociedad se presenta como el principal argumento. El caso de la provincia de Málaga resulta especialmente reseñable: la basílica de la Encarnación vive esta efeméride mientras afronta uno de los momentos más importantes de su historia reciente.
El primer templo de la Diócesis está a las puertas de iniciar una transformación capital: la construcción del tejado a dos aguas. Una intervención con la que se busca acabar, de una vez por todas, con los problemas de goteras y humedades que arrastra desde el siglo XVIII.
¿En qué estado se encuentra la situación? El pasado mes de mayo, la Comisión provincial de Patrimonio Histórico de Málaga aprobaba el proyecto de intervención en la cubierta del edificio. Una propuesta presentada por el Obispado ante la Delegación territorial de Cultura.
La estructura será mixta, de madera laminada de alta densidad y acero, "la opción más ligera y respetuosa con el proyecto de cubierta original", de Ventura Rodríguez. Se empleará la última tecnología desarrollada por la industria en este tipo de materiales, la cual asegurará "su durabilidad, fácil mantenimiento y resistencia frente a todo tipo de acciones".
La cobertura de esta estructura se hará con teja vidriada, material de probada eficacia y que protege los edificios históricos y de mayor importancia de la ciudad.
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La implementación de esta actuación no solo tendrá consecuencias directas sobre la conservación del templo. Entre las ventajas previstas destaca una mayor facilidad en las labores de mantenimiento y una mejora en la visita turística, ya que los usuarios podrán ver las bóvedas bajo la cubierta y contemplar la ciudad a través de un recorrido perimetral.
¿Qué hay del dinero?
Los números manejados en un primer momento hablaban de 10 millones de euros y 24 meses de ejecución. Sin embargo, la inflación y el consiguiente encarecimiento de los precios han obligado a recalcular la inversión. En total, según los últimos datos ofrecidos, estos trabajos supondrán un desembolso de 16 millones de euros.
[La Diputación de Málaga aportará 3.250.000 euros para la construcción del tejado de la Catedral]
Actualmente, la Diputación de Málaga ya ha destinado 3.250.000 euros, a los que hay que sumar otro millón por parte del Ayuntamiento de la capital. Además, el Cabildo ya ha alcanzado un acuerdo con una entidad financiera para disponer de unos 3 millones de euros a sufragar mediante el pago de las entradas al templo.
¿Qué pasa con el resto? La apuesta del alcalde, Francisco de la Torre, pasa por un acuerdo a tres bandas entre el Consistorio, Junta y Diputación para dividir a partes iguales esos fondos, aunque no se descarta contar con fondos Next Generation.
Visto bueno de urbanismo
El pasado 23 de agosto, la Gerencia Municipal de Urbanismo concedió la licencia para la ejecución de este proyecto. La notificación llegaba veinte días naturales después de la solicitud por parte del Cabildo Catedralicio. Ya entonces, De la Torre expresó que esta autorización sería emitida "con rapidez". De esta manera, el regidor felicitó a la Gerencia por "darle máxima agilidad" a la expedición de este documento para "intervenir con urgencia" con la cubierta de inmueble.
¿Cuáles han sido los siguientes pasos dados? Principalmente han ido enfocados al inicio de trámites de licitación de empresas constructoras y búsqueda de financiación. Sobre este campo, la Diócesis explicaba que se pretenden cubrir los gastos con la aportación de la propia Catedral, más la aportación de instituciones públicas (fondos europeos, 1,5% cultural del Gobierno español, Junta de Andalucía, Diputación, Ayuntamiento…) y de instituciones privadas (fundaciones y organismos benefactores). Asimismo, se prevé la puesta en marcha de una campaña de financiación por suscripción popular.
Más de cinco siglos de historia
La toma de Málaga por parte de los Reyes Católicos en 1487 puso en marcha un proceso de cristianización de la ciudad que encontró su máximo exponente en la edificación de templos sobre los que se erige la religiosidad del pueblo.
La iglesia Santiago, situada en un lugar estratégico como la antigua vía por la que se accedía al casco antiguo desde Granada, encabeza una lista a la que se suma la primitiva parroquia de los Mártires (en homenaje a Ciriaco y Paula, martirizados en el siglo IV) y San Juan. Esta última referencia, en homenaje a la devoción que los monarcas tenían por los santos juanes. Pero la joya de la corona de todo este proceso de transformación cultural y social sigue recayendo en la Catedral de Málaga.
Hablar del primer templo de la Diócesis obliga, indiscutiblemente, a remontarse a aquel 1487 y la conquista de las tropas castellanas. Tomada la ciudad, la Mezquita Aljama pasa a convertirse en Catedral y pronto se pone en marcha un proceso para cristianizar decorativamente el inmueble. Así, se incluyeron elementos del gótico tardío y se consagró bajo la advocación de Santa María de la Encarnación.
Aquellos primeros años de la ahora basílica están ligados al nombre del burgalés Diego de Siloé. Este arquitecto cuenta en su haber con proyectos como San Jerónimo de Granada, La Sacra Capilla del Salvador de Úbeda o las catedrales de Granada y Guadix.
En una primera fase se construyó sólo la cabecera mediante pilares con semicolumnas de capiteles corintios. Sin embargo, los trabajos se atascan en el siglo XVII; el único apartado que vería una fase de crecimiento sería el coro. De esta forma, la historia del templo llega al XVIII con el reto de culminar unos trabajos definidos y planteados sobre el papel. ¿El gran objetivo? Abordar el "proceso final": "Las obras se reanudan para terminar el cuerpo de la iglesia a base de grandes pilares con columnas de los que emergen nuevos pilares con pilastras adosadas, que soportan a su vez un entramado de cúpulas semiesféricas", detallan.
Un templo sin terminar
En 1768, la iglesia de la Encarnación se abre al culto con el aspecto que ha llegado hasta nuestros días. Esto quiere decir, sin la culminación de las torres ni el exorno de las capillas de la zona nueva. Los acontecimientos históricos vertebraron las décadas venideras (invasión napoleónica, desamortizaciones...). La visita de la reina Isabel II en 1862 despertó las esperanzas de que las labores de construcción se pusieran en marcha.
150 años después, la historia mira al futuro. En este caso, con un objetivo claro: salvar al templo de las humedades mediante la construcción de un nuevo tejado. ¿Qué ocurre con el resto? Segunda torre, programa iconográfico, sacristía... El tiempo dirá. Mientras tanto, Málaga seguirá teniendo una Catedral sin terminar.