Otro año más, el Gobierno vuelve a confirmar su desapego por el tren litoral de Málaga, también conocido como el corredor ferroviario de la Costa del Sol y, más recientemente, acotado a la prolongación del Cercanías hasta Marbella. Y ya son once años los que se abren y se cierran con el mismo olvido a una de las grandes infraestructuras pendientes en Málaga.
Los números que negro sobre blanco se plasman sobre el anexo de inversiones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para la provincia ponen en evidencia las afirmaciones de los subdelegados del Gobierno de cada momento, a los que toca exponer las buenas intenciones del Ejecutivo de turno.
Es justo eso lo que ha ocurrido con el subdelegado del Gobierno actual, Javier Salas, quien en rueda de prensa, aseguró que la Administración central "no se ha olvidado" del tren a Marbella y que los trabajos a acometer "se centran en materia de planificación". Una labor para la que, según los datos objetivos, se reservan 202.000 euros para el año que viene.
El discurso de Salas, a quien corresponde ahora verbalizar las buenas intenciones del Ejecutivo, se parece mucho al que antaño emplearon todos sus antecesores, ya fuesen del PSOE, como ahora, o del PP. Porque lo que evidencian las cifras es que nunca ha existido un compromiso real para afrontar el reto de conectar toda la costa occidental de Málaga por tren.
Una asignatura pendiente que mantiene a Marbella como la única ciudad española de más de 100.000 habitantes sin conexión ferroviaria. Y ello pese a tratarse de una de las joyas turísticas a nivel nacional y de estar emplazada en uno de los territorios considerado desde hace años como uno de los grandes motores económicos de Andalucía y España.
Lo ocurrido en las cuentas ahora desveladas para la provincia, que se desinflan de manera notoria respecto a 2022 (de unos 400 millones se pasa a unos 222 millones) da continuidad al distanciamiento que se mantiene respecto a una obra ciertamente cara, pero que, según todos los parámetros técnicos, permitiría dar una respuesta eficaz en materia de movilidad sostenible a varios millones de personas.
Para constatar el modo con el que el Gobierno central ha afrontado esta operación, sirvan todas y cada una de las partidas que ha llegado a presupuestar desde el momento en que se hizo con las riendas del proyecto. Las mismas las recibió a finales de 2011 de manos de la Junta de Andalucía, que hasta ese momento había asumido el reto de hacer posible el anuncio que en el año 2000 verbalizó el que fuera su presidente, Manuel Chaves.
Un proyecto enterrado
En su etapa, el Gobierno regional fue capaz al menos de desarrollar los proyectos constructivos e incluso de licitar un pequeño tramo de obra de 3 kilómetros. Sin embargo, no pasó de ahí. La crisis económica, los problemas de financiación y los casi 5.000 millones de euros en los que se tasó la construcción de un trazado que discurría principalmente soterrado, obligaron a la Junta a desistir de su apuesta.
¿Mejoró la cosa cuando la iniciativa pasó al Gobierno? Es evidente que no. La suma de las partidas asignadas en las cuentas estatales desde 2012 hasta las más recientes, de 2023, suman del orden de 9,2 millones de euros.
Una cuantía insignificante para una infraestructura que, incluso tras ser revisada y plantearse a modo de ampliación del Cercanías a Marbella, necesita de unos 2.000 millones de euros. A esto se suma el hecho de que no hay garantías de que tales sumas hayan sido, ciertamente, ejecutadas.
El año en el que la asignación fue superior fue 2018, con el Partido Popular al frente del Ejecutivo. En el documento económico de ese año se recogía una partida específica de 6 millones bajo el título Estudios y Proyectos del Tren de la Costa del Sol, a los que se sumaban otros 420.000 del Corredor de la Costa del Sol.
Incluso, a principios de ese ejercicio el entonces ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, presentó en sociedad los primeros documentos sobre las alternativas de trazado. Después de aquello no se ha conocido ningún nuevo hito ni movimiento que permita confirmar que el proyecto sigue vivo.
Tras 2018, apenas 140.000 euros en 2019; 82.900 euros en 2021, 82.900 euros en 2022 y 202.000 euros en 2023. Todas estas partidas se corresponden con el periodo en el que Pedro Sánchez está al frente del Gobierno. A finales de 2018, el entonces delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, habló de la necesidad de reflexionar en torno a esta infraestructura y de coordinar "la necesidad evidente y los recursos escasos".
La reflexión, por lo que parece, se extiende en el tiempo, sin que haya previsión alguna de ir más allá de las palabras. Una de las últimas respuestas por escrito que puede encontrarse en la base de datos del Congreso de los Diputados sobre el tren a Marbella confirma que el estado de la cuestión se mantiene invariable.
La contestación data de noviembre de 2020. Y en la misma se afirma: "En la actualidad el Gobierno, a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, está redactando el Estudio Informativo del nuevo acceso ferroviario a Marbella y Estepona, en el que se están analizando en detalle las distintas alternativas de trazado posibles".