Marta y Francisco (nombre ficticio) tenían pensado casarse en agosto de 2020. La pandemia arruinó sus planes y también sus bolsillos. La odisea de su enlace ha sido de tal dimensión que antes de poder darse el sí quiero la próxima semana han tenido que sortear la pandemia y una demanda judicial contra la empresa a la que contrataron para el reportaje fotográfico.
Estos prometidos iban a celebrar su boda el 29 de agosto de 2020, pero ese año llegó el virus y sus planes tuvieron que ser aplazados al año siguiente. En 2021, la llegada de restricciones de movilidad y el cierre de fronteras aplazó de nuevo la celebración. Ambos tienen familiares viviendo fuera de España o en ciudades lejanas y necesitaban desplazarse.
Tras los numerosos retrasos y sufrimientos, los novios ya pueden vivir el día más feliz de sus vidas. El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Estepona les ha dado la razón y recuperarán la señal que abonaron al estudio fotográfico. EL ESPAÑOL De Málaga ha hablado con su abogado Damián Vázquez y con los afectados.
Una pandemia de por medio
La llegada del coronavirus echó por tierra todos los planes de esta pareja de enamorados. Ante la situación de incertidumbre y después de valorar las circunstancias, ambos decidieron posponer la boda un año con el objetivo de que se celebrara un sábado de verano "cuando les viniera bien a toda la familia", aseguraba Francisco. Aquí empezaron los problemas.
La empresa de fotografía de bodas contratada (abreviada T. L. H.). que en un inicio les indicó que no habría problemas, a la semana les escribió un correo electrónico donde les explicaba que tendrían que abonar un sobrecoste del 25%. Según indica su abogado, Damián Vázquez, "dijeron que tenían más de tres bodas y había decidido que le añadían un 25% más del coste original".
Los prometidos querían seguir realizando su celebración y contar con el servicio de esta empresa, cuenta el prometido. "No habíamos tenido inconveniente de cambiarlo incluso donde íbamos a hacer la boda. Queríamos seguir con ellos, pero veíamos abusivo que cobrarán un 25% más", reconoce.
La alternativa de la empresa para no rescindir el contrato o cobrar este sobrecoste era realizar su trabajo de lunes a viernes, a lo que los novios se opusieron ya que "no pedimos nada diferente" y querían celebrarlo en sábado para reunir a toda su familia de fuera.
Ante la falta de comunicación con la empresa, cuenta la pareja, "nos dijeron que tenían esos días cogidos, contestaron el último email indicando que no habíamos avisado con antelación y que tenían todo el cupo cubierto". "Por ende, teníamos que abonar el sobrecoste del 25% de más sobre lo acordado", explican.
Un final feliz
La pareja decidió ponerse en contacto con el abogado malagueño Damián Vázquez con el fin de encontrar una solución satisfactoria. Así, demandaron a la empresa de fotografía y vídeo atendiendo a una causa de fuerza mayor. Finalmente, la jueza ha resuelto a favor de la pareja por esta misma causa que demandaban y les serán devuelto sus 1.300 euros más IVA, que asciende a 1.573 euros más intereses.
El novio ha contado a EL ESPAÑOL De Málaga que ya tienen fecha para su boda y finalmente podrán darse el sí quiero el próximo 30 de julio. Para esta ocasión los prometidos han contratado a una nueva empresa para que le realice su reportaje fotográfico y de vídeo en el cual si ocurre una causa de fuerza mayor se les devolverá la fianza.
"Reportaje y momentos bonitos; característicos del día y reseñable, para que cuando pase los años nos podamos acordar de estos momentos y no otros que hubiéramos tenido con otros fotógrafos". Así espera los enamorados que sea su boda, y sin duda, después de todo lo sucedido, la pareja podrá disfrutar de un día inolvidable.