Escribía Rafael Alberti aquello de que al sol le brotan ramas de alegría. La luz avanza desbordante por una ciudad que vive y siente el domingo en sus calles. El puerto de Málaga, centro di gravità de la milenaria cultura mediterránea, es la puerta de entrada a todas las influencias que consolidan este lugar como una tierra cosmopolita. Por sus aguas se edifica una identidad construida sobre los pilares imposibles del mar. La comida, la música y la compañía. Tres ingredientes que, combinados en una misma coctelera, han sido mezclados (nunca agitados) hasta lograr el resultado deseado: Acústicos magníficos.
Se trata de un encuentro gastronómico que busca fusionar la alta cocina con la música en directo, para ofrecer a los asistentes “una experiencia única”, con el patrocinio de Cervezas San Miguel. Después de Kiko Veneno y Marlango, esta última edición ha contado con la participación de La Bien Querida, siendo José Carlos García el anfitrión en todos ellos.
Este año, el restaurante del chef malagueño cumple una década en el Muelle 1 y esta iniciativa está sirviendo como celebración. En declaraciones a EL ESPAÑOL de Málaga, JCG señala que este tipo de eventos permite salirse de los cánones a los que están acostumbrados: “Teníamos ganas de vivir algo distinto a lo que normalmente hacemos nosotros o el público malagueño”.
El argumento nace de un brunch (desayuno, comida y merienda) preparado desde “nuestra cocina y nuestro producto”, pero adaptado al medio: “La idea es disfrutar al máximo del domingo. Levantarte a una hora normal, venir con mucho apetito y culminar con un gran postre, que es la actuación de La Bien Querida. La música es felicidad 100%”.
El chef destaca que este tipo de actividades permite romper esquemas: “La gente piensa que José Carlos García, que viene del Café de París, es un restaurante en el que hay que estar casi sin respirar. Y es todo lo contrario. Demostrar que somos también un poco canallitas, que nos gusta la música, la fiesta y la combinación de todo esto con la gastronomía”.
Para ello, es necesario partir de un menú simple, sin complejidades. El mismo que JCG podría preparar un domingo cualquiera cuando reúne en su casa a ocho o diez amigos: “Siempre me llevo unos macarons de chocolate o hago una ensalada con muslitos de pato confitados. Nosotros usamos productos diarios muy frescos, así que esa parte que nos sobra, pero que sigue estando rica, me la llevo y la transformo en platos como estos. Una ensalada, unas costillas a baja temperatura… Algo informal para disfrutar de la tarde del domingo después de haber comido y haber vivido un buen espectáculo".
Una década en el Muelle 1
La firma de José Carlos García se ha convertido en una marca consolidada, no solo dentro del Muelle 1, sino también de Málaga, siendo la única estrella Michelín de la capital hasta el momento. El cocinero señala que haber mantenido ese reconocimiento no ha sido tarea fácil: “El lugar es un paraíso, pero hemos tenido que aguantar una montaña rusa. Cuando llegamos comenzó la crisis del ladrillo, Éramos puerto base y nos dejaron como puerto de venida e ida. Luego llegó la pandemia…".
La superación de los retos es lo que le hace sentirse "doblemente orgulloso": "Cuando uso la primera persona, hablo en nombre de mi equipo: yo solo no soy capaz de hacer nada. Hemos sido capaces de mantener nuestra estrella, dos soles Repsol y la ilusión, que es lo más difícil porque lo económico al final se puede prestar. Tenemos ganas de seguir haciendo cosas”.
Planes diferentes
Laura Insausti, de Dry Martina, ha sido maestra de ceremonias de estos tres Acústicos magníficos. Destaca que este tipo de espectáculos ofrece una propuesta distinta a lo que tradicionalmente se había venido haciendo en Málaga: “Creo que la ciudad necesitaba esto, planes diferentes a los que conocíamos hasta ahora. Prueba de ello es que la demanda que hay. Málaga no está agotada, lo que hay que hacer es darle al coco e inventarse cosas pensando como usuario. Tenemos que preguntarnos qué es lo que nos gustaría vivir”.
Lo interesante es poder tener planes variados, que no se reduzcan solo a pasear: “Antes se iba todo el mundo a la playa, no había mucho más que hacer. La agenda ahora es más amplia y existen más opciones”.