La revolución urbanística en la que estás instalada Málaga tiene dimensión histórica. La operación de transformación del denominado eje litoral, en la que viene trabajando el Ayuntamiento desde 2018, permitirá a la capital de la Costa del Sol disponer de casi 65.000 metros cuadrados de uso peatonal, acercando definitivamente la ciudad al puerto y al mar.
Y ello tras ejecutar un túnel de 2,3 kilómetros de longitud, tasado en unos 162 millones de euros, mediante el que soterrar el tráfico que a diario transitan por parte del Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso, Paseo de los Curas y Muelle Heredia. El eje tendrá capacidad para recibir unos 65.000 vehículos diarios.
La intervención es mayúscula. Hasta el punto de que tal y como ha destacado este lunes el alcalde, Francisco de la Torre, se necesitará no sólo de actores privados dispuestos a invertir en su desarrollo, sino también del acuerdo con instituciones como la Junta de Andalucía y el Gobierno central para hacerla realidad.
Una de las opciones que cobra fuerza para hacer posible una obra que en su globalidad se estima en 365 millones de euros pasa por la recepción de fondos europeos y, de manera más precisa, de los denominados Next Generation.
"Este proyecto encaja muy bien dentro de este esquema de financiación", ha defendido De la Torre, quien ha convertido este plan en proyecto estrella de su actual mandato. Necesitará, no obstante, más tiempo al frente del gobierno local para verla hecha realidad.
De acuerdo con las estimaciones dadas a conocer por el coordinador general de Infraestructuras, Pablo Otaola, restarían aún al menos tres años antes de poder activar las obras sobre el terreno. A partir de ahí, "se trata de un proyecto que debería hacerse en tres años, aunque nosotros preferimos ser prudentes y hablamos de cuatro o cinco años".
El veterano regidor malagueño apunta la existencia de conversaciones ya con la Administración regional en la que sus responsables han transmitido su disposición a colaborar. En este sentido, ha confiado en que la respuesta del Gobierno central sea semejante.
Para allanar el camino de la financiación también se prevé la subasta de los terrenos de la actual estación de autobuses, cuyo uso será suplido, en el marco de este esquema, por un intercambiador de transportes en la Explanada de la Estación, junto a la estación de trenes. A este equipamiento se suma otro más en la Plaza de la Marina.
Pero tal y como ha expuesto Otaola, lo que acerca de manera más evidente esta operación a la ciudadanía es la ampliación de los espacios peatonales que traerá consigo, abriendo la puerta a renovar por completo la Plaza de la Marina. Entre los efectos directos de esta fase estará la creación de una conexión directa entre la calle Larios y el puerto. La futura Marina tendrá 23.000 metros cuadrados, 10.200 más que en la actualidad.
A esto se sumará la ampliación del Parque en dirección al Palmeral de las Sorpresas, constituyendo con conjunto verde de unos 85.000 metros cuadrados. Muestra de la trascendencia que el Ayuntamiento da a esta parte de la actuación es que tiene la intención de convocar un concurso internacional de ideas para el diseño final.
Otros efectos en materia de reurbanización se dejarán notar sobre Muelle Heredia, donde el tráfico quedará sensiblemente limitado, y que pasará a contar con unos cuarenta y cinco metros de ancho; así como en el Paseo Marítimo Ciudad de Melilla, y el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso, que en su tramo inicial, será ampliado, con una franja peatonal de 15 metros de ancho.
Pese a la dimensión de la obra programada, los estudios manejados apuntan a que su materialización provocará unos beneficios superiores a los 1.300 millones de euros en un periodo de 25 años, incluyendo en este valor los ahorros para los usuarios de transporte privado y público y los ahorros externos.
"Es un plan que enamora, el que lo ve se ve abducido, interesado y convencido de que es una gran operación de la región y de España, que necesita que los espacios urbanos tengan componentes de calidad", ha insistido De la Torre, quien ha subrayado la necesidad de que la ciudad desempeñe un papel de liderazgo como "ciudad-región" de la zona metropolitana.