J. Soler | Agencias
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Agentes de la Policía Nacional está investigando un extraño caso ocurrido la semana pasada en el que unas personas retuvieron unos minutos a un hombre para supuestamente sustraerle sus pertenencias y dinero de su banco, pero a quien al final no robaron nada, han indicado a Europa Press fuentes policiales.

Los hechos tuvieron lugar el 9 de diciembre a las 23.15 horas en el madrileño barrio de Peñagrande, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Según la denuncia de la propia víctima en comisaría, entró a por coger su vehículo aparcado en su garaje, situado en la calle Buitrago de Lozoya. Entonces, le siguieron dos jóvenes que estaban en la puerta del aparcamiento, mientras que un tercero esperaba fuera.

Entonces, los individuos que le seguían pidieron al conductor sus pertenencias personales y se metieron en su coche. Luego los tres salieron del garaje y se aproximaron a un cajero cercano. Uno de los jóvenes se apeó del vehículo e intentó sacar dinero, aunque al parecer no lo logró, ya que no hay registro de ningún reintegro en la cuenta de la víctima.

A continuación, el coche continuó la marcha y acabó cerca de la casa del conductor, al que devolvieron las pertenencias personales previamente robadas. Luego, los autores huyeron a pie del lugar. La Policía Nacional no tiene constancia de que le intimidaran con ningún arma blanca, por lo que investiga los hechos por si hubiera producido algún tipo de delito.

De momento, los agentes están observando las imágenes de las cámaras de seguridad de la urbanización y del cajero automático para intentar localizar a los autores, que iban encapuchados, según ha detallado el diario El Mundo. En caso de comprobarse hechos delictivos, podrían ser acusados de detención ilegal y robo con violencia.

Los falsos mecánicos de Salamanca

La Policía Municipal ha detenido a cinco personas que se hacían pasar por mecánicos para cometer estafas de hasta 3.000 euros. La detección de estos timadores comenzó cuando agentes de la Policía Municipal que se encontraban patrullando de paisano observaron como varias personas deambulaban por la avenida de Bruselas vestidos de mecánicos. Al parecer, tal y como relata un portavoz del citado cuerpo policial, estos supuestos trabajadores andaban sin rumbo fijo y con una actitud sospechosa. 

Tras analizar su comportamiento, los agentes observaron que miraban con los coches con atención, especialmente las ruedas y la parte de abajo de la carrocería. Se coordinaron entre sí después de haber elegido a sus víctimas. A continaución, uno de ellos les informaba de que tenía una avería en la parte baja del coche. Muchas personas caían en la trampa a la primera al ver a un hombre vestido de mecánico con una caja de herramientas. 

En caso de que la víctima no cayera al primer aviso, un segundo estafador, también con la indumentaria de un mecánico, volvía a aparecer junto a la víctima y le informaba de nuevo de que su coche tenía una avería. 

Una vez tendida la trampa, en caso de que el conductor se parara, simulaban hacer una reparación en la parte baja de los coches. En sus cajas de herramientas tenían piezas de coches defectuosas y otras nuevas, por lo que, haciendo uso de ellas y con productos de limpieza, lograban que sus víctimas creyeran que habían llevado a cabo una complicada reparación y cambiado la pieza averiada.