Los servicios de emergencias de Madrid recibieron, hacia las doce de la noche de este lunes, el aviso de un atropello frente a la estación de Santa Eugenia.
Cuando los vehículos del Samur- Protección Civil llegaron al lugar, se encontraron con un chico de 26 años tirado en el suelo, en parada cardiorrespiratoria, y durante 40 minutos estuvieron realizando maniobras para revertir su situación y salvarle la vida. Pero no pudieron hacer nada más que certificar su fallecimiento.
El conductor del vehículo que lo había atropellado se dio a la fuga en el momento e incluso los bomberos tuvieron que participar para apuntalar una farola que también se había visto afectada por el golpe para evitar más daños
Pero algo no encajaba en la escena que vieron los agentes de la Policía Nacional que se personaron en el lugar y que abrieron una investigación no sólo para encontrar el conductor fugado sino porque el suceso no parecía un atropello accidental.
Mientras los policías seguían sus pesquisas, un joven de 22 años se presentó en una comisaría de la Policía Nacional cercana a la zona de Santa Eugenia para declarar que había sufrido un accidente esa misma noche, que había atropellado a una persona y que huyó del lugar. Ninguna confesión más y sin especificar los motivos.
Sin embargo, los policías ya habían averiguado que la víctima era un joven venezolano que había quedado frente a la estación de Santa Eugenia simplemente para comprar un móvil.
También que el autor del atropello era un joven español de 22 años que supuestamente, era la persona que iba a vender el móvil y que algo debió de salir mal en la transacción porque ambos discutieron y luego el vendedor se subió al coche y atropelló a la víctima hasta matarla.
El presunto asesino permanece arrestado en una comisaría mientras que los agentes cierran los últimos flecos de la investigación criminal de lo que todo apunta ha sido un atropello intencionado.