Unos vestuarios deportivos junto a una cancha de fútbol se han convertido en uno de los puntos más conflictivos del distrito de San Blas-Canillejas. Los vecinos denuncian que hace seis meses fueron okupados por personas de origen magrebí y funcionan con punto de venta de drogas. No son narcopisos, son narcovestuarios.
El lugar está en la calle Tejedores, paradójicamente, muy cerca de la comisaría de Policía Nacional. Tiene una superficie aproximada de 200 metros cuadrados y está dividido en varias estancias. Estos narcovestuarios funcionan las 24 horas del día y a veces acumulan hasta 100 personas haciendo cola, según han narrado los vecinos a Telemadrid.
Los vecinos aseguran tener miedo porque se han multiplicado los robos, las peleas, la inseguridad y las amenazas. A un vecino incluso le llegaron a intimidar con un cuchillo de grandes dimensiones y tuvo que salir corriendo.
"Esto es continuo, sobre todo de noche y por la mañana. Es un ir y venir de gente constante y les da igual que hay niños jugando en las canchas", ha narrado una vecina de la zona al programa Buenos Días Madrid, del citado canal, desde el anonimato por miedo a ser reconocida.
La instalación es municipal y los vecinos lamentan que el Ayuntamiento de Madrid no tome medidas para solucionar este problema. "A un vecino le han sacado un machete. Si te acercas allí, malo. Tienen controlado todo e incluso pagan a gente para que les avisen si llega la policía", comenta esta vecina.
La mujer asegura que ha aumentado la inseguridad en la zona "porque abren los coches aunque sea para conseguir cinco euros", dice. "Hay miedo a pasar por allí a ciertas horas", resume.
El Ayuntamiento de Madrid aseguró a El Mundo que "son conocedores de lo que pasa y que están intentando buscar soluciones al problema". Sien embargo, asegura que no les consta ninguna denuncia formal por parte de los vecinos.
Estos, en cambio, lo desmienten y aseguran que llaman constantemente a la Policía y que han mandado a un portal de quejas del Ayuntamiento numerosas reclamaciones por la situación que provoca la okupación de los vestuarios.