Arranca el año con el anuncio de diversas mejoras en la red de Cercanías de Madrid. Renfe invertirá más de 2,8 millones de euros entre 2024 y 2026 en la mejora de 15 estaciones de Cercanías de Madrid, en las que desarrollará actuaciones y obras auxiliares para la accesibilidad, la imagen externa, la seguridad o la propia operativa del servicio ferroviario.

Las estaciones en las que se desarrollarán dichas actuaciones, en función de las necesidades que requiera cada una, serán Coslada, Entrevías, Alcalá Universidad, Pinar de las Rozas, Delicias, Príncipe Pío, Cercedilla, El Escorial, Las Matas, Torrelodones, Parque Polvoranca, Leganés, Zarzaquemada, Doce de Octubre y Méndez Álvaro.

Con este plan de inversión, que se llevará a cabo entre 2024 y 2026, se acometerán mejoras en vestíbulo, edificios de viajeros y accesos exteriores, sustitución de suelo en la zona de andenes, elevación de vallados, reparación de marquesinas y muros de las fachadas, o la prolongación de la iluminación en andenes, entre otras actuaciones.

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Incidencias en Renfe

La inversión en la red de cercanías de Madrid supone una buena noticia para los pasajeros, pues se trata de un tema que ha acaparado titulares y ha generado polémica, especialmente durante los dos últimos meses de 2023, cuando se produjeron varias incidencias en la red madrileña que enfrentaron al Gobierno de Sánchez y al ejecutivo madrileño de Ayuso, que se dirigieron diversos reproches. 

El primer incidente grave se produjo domingo el 26 de noviembre, cuando un tren descarriló en la vía 4 de la estación de Atocha. Cercanías Madrid interrumpió el servicio de siete líneas de tren en el trayecto entre Atocha y Recoletos, deteniendo así el paso de trenes en la estación que recibe buena parte del tráfico de media y larga distancia de la capital.

A este incidente le siguió una avería en la infraestructura de la estación de Chamartín el 1 de diciembre, que afectó a la circulación de trenes de alta velocidad que enlazan este punto con la Comunidad Valenciana y Murcia. El servicio se fue recuperando de forma progresiva, pero los fuertes retrasos y las aglomeraciones de pasajeros esperando no se pudieron evitar.

Y el martes 5 de diciembre, hacia las 14:20 horas y en pleno arranque del puente de la Constitución, la circulación de 5 líneas entre Atocha y Recoletos se interrumpió por el descarrilamiento de otro tren. Pues un convoy de Cercanías de la línea Aeropuerto T4-Villalba, se salió de varios ejes de la vía, un incidente que provocó al menos 3 heridos con contusiones leves e hizo que los 180 pasajeros del tren tuvieran que ser encaminados hacia el túnel de Sol para continuar su trayecto.

Tan solo 3 días después a este incidente, otro tren volvió a descarrilar en Atocha. El servicio fue interrumpido a las 00:50 horas de ese viernes, cuando un tren cercanías de Renfe que realizaba el recorrido entre las estaciones Aeropuerto-Príncipe Pío, en Madrid, sufrió la salida de vía de un eje a la entrada de la estación de Atocha, lo que obligó a circular en vía única en el tramo Atocha- Recoletos. 

Tensión entre maquinistas y Renfe

A estas incidencias, hay que sumar los problemas que han surgido entre la compañía y sus maquinistas. Pues estos últimos acusan de no decir la verdad a Adif ni Renfe, ya que la empresa de transportes no suspendía la circulación de trenes entre Atocha y Recoletos "para acelerar los trabajos previstos", como anunció; sino porque fueron los trabajadores los que les obligaron "por riesgo grave" tanto para ellos como para los pasajeros después de haber sufrido tres descarrilamientos en menos de 13 días, según informaron fuentes del sindicato Semaf (Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios) a Madrid Total.

Ante los peligrosos y ya recurrentes descarrilamientos de trenes en el túnel entre estas estaciones, Renfe y Adif comunicaron que suspendían el servicio porque "adelantaban la realización de pruebas que se habían previsto" sin hacer ninguna alusión a los descarrilamientos.

Al parecer, los sindicatos del Comité General de Empresa del Grupo Renfe fueron realmente los que coordinaron "la activación del procedimiento para decretar, por la vía de urgencia, el cese de la actividad por riesgo grave e inminente para las personas trabajadoras y los pasajeros, entre las estaciones de Atocha y Recoletos, tras los múltiples accidentes ocurridos", anunció Semaf en un comunicado.

De esta manera, los trabajadores obligaron a Renfe a aplicar el procedimiento establecido en uno de los artículos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales para estos casos de accidentes para suspender la circulación por la vía donde se ocasionaron los descarrilamientos. "Ante la frecuencia de los accidentes no podemos esperar a que el desenlace del próximo tenga peores consecuencias", transmitieron desde el sindicato.

Además, creen que los numerosos accidentes ferroviarios pueden derivar directamente de un deficiente mantenimiento de la infraestructura y de la falta de inversión en la red destinada a las circulaciones en vía convencional (la que no está destinada a la alta velocidad).