Todavía era noche cerrada cuando ha empezado a arder la casa de Aarón, en el distrito de San Blas-Canillejas. "Ha debido entrar viento por la ventana y una vela que tenía mi madre encendida ha llegado a la cortina. De la cortina ha pasado al colchón y de ahí a toda la casa", explica este joven a las puertas de su casa, ahora carbonizada.
El fuego se ha desatado con violencia en torno a las 7 de la madrugada de este lunes. El foco principal era el dormitorio de la madre de Aarón, en el número 18 de la calle Telémaco. Rápidamente el humo se ha propagado por todo el edificio. "Encima la casa es de madera", apunta.
Su vivienda de toda la vida ahora es una gran mancha negra. "La casa está calcinada. Se han salvado dos habitaciones creo". Por suerte, tanto su madre como él están perfectamente. "Escupiendo negro un poco y ya está". No hay que lamentar muertos en este suceso, aunque sí heridos.
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El Samur ha atendido a tres personas que saltaron por la ventana de su vivienda para huir del humo. "Las vecinas que han saltado son una madre y una hija, desde el segundo piso", explica Beatriz Martín, portavoz de Emergencias Madrid.
"No hay mucha altura. La madre tiene 60 años. Presentaba un traumatismo en la pierna y dolor abdominal. La hija, de 35 años, tenía un trauma lumbar. Las dos han sido trasladadas por Samur al hospital como potencialmente graves". Al cierre de esta edición, su vida no corría ningún peligro. "Del primer piso también ha saltado una mujer de 50 años. Tras la caída ha sufrido una lesión en el tobillo".
La alarma de Julia
"Yo estaba acostada y me ha despertado mi alarma antiincendios", explica Julia, una anciana vecina del tercer piso, todavía ataviada con un camisón y una bata. "Ha empezado a pitar y me he levantado de la cama y cuando he salido al salón estaba todo lleno de humo. He abierto una ventana para poder respirar, y cuando me he asomado es cuando he visto todo el follón de aquí".
El fuego ha roto por las dos fachadas de este edificio. "Estaba muy desarrollado cuando han llegado los bomberos. La primera escena que se han encontrado es a todos los vecinos asomados pidiendo ayuda", prosigue Martín. A todos, menos a Aarón y su madre, que han salido por su propio pie antes de la llegada de los efectivos del Parque 9 de Bomberos.
"Les han pedido que cerraran las ventanas y permanecieran en sus viviendas hasta que sofocaran el incendio. Son momentos de mucho nerviosismo porque el humo tira para arriba y es difícil permanecer en la vivienda, pero es lo que hay que hacer".
Los bomberos han extinguido el incendio desde dentro llevando una manguera hasta el foco. No ha habido rescates por fachada. Todos los vecinos han salido por la escalera con asistencia de los bomberos.
En torno a las 10 de la mañana, los desalojados han podido ir accediendo a sus viviendas para recoger enseres. "Todas las viviendas menos dos parecen habitables", afirma un bombero que ha accedido al inmueble.
"No sé cómo estará mi casa, se supone que no le ha pasado nada. Si no llega a sonar mi alarma, yo sigo durmiendo", afirma Julia, a quien el incendio no le ha apagado la simpatía.