Santiago, el hombre de 25 años detenido por agredir sexualmente de su bebé de pocos meses, ha ingresado este jueves en la cárcel de Valdemoro con un protocolo antirrepresalias, según han indicado a Europa Press fuentes penitenciarias.
Ya en prisión, a Santiago se le ha aplicado el artículo 75.2 del Reglamento Penitenciario, que prevé la posibilidad de que el director del establecimiento, en determinadas circunstancias y con objetivos concretos, a solicitud del interno o por propia iniciativa, acuerde medidas que impliquen limitaciones regimentales para los internos.
Este protocolo es común aplicarlo a supuestos pederastas, como el recientemente detenido en Madrid, para evitar que pueda ser objeto de algún tipo de represalia. Además, como en este caso, irían acompañados de un 'preso sombra' que vigilase e informase de sus movimientos.
La ofrecía a terceros
El hombre fue detenido en septiembre después de que los investigadores de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional encontraran en su móvil dos vídeos en los que agredía sexualmente a su hija recién nacida.
Asimismo, los investigadores pudieron constatar que el hombre había ofrecido a su hija a otros pedófilos para que también tuvieran sexo con ella.
La niña nació a mediados del año pasado y las violaciones -hubo más de una- se produjeron en diciembre. Las fuentes de la investigación consultadas por este periódico afirman que "nunca" habían visto un caso de agresión sexual con una víctima de tan corta edad. A los investigadores no les consta que llegara a consumarse ninguna violación por parte de un tercero, pese a las ofertas del padre.
Todo indica que la madre de la menor, de 22 años, no conocía las agresiones cometidas por el hombre hacia su hija. Sin embargo, la mujer sí que había ayudado al hombre en su labor de difusión de contenido pedófilo, siempre de terceros. Con todas estas pruebas recopiladas, los agentes procedieron a detenerlos a ambos en Pinto, donde habían trasladado su residencia.
Además de los vídeos de la menor, los investigadores hallaron en el móvil y el ordenador del detenido cientos de vídeos de pornografía infantil que compartían en chats privados de Discord, X (antigua Twitter), Facebook e Instagram. Se encuentra en prisión desde entonces.