Juan Fernández, un asturiano de 42 años, conducía durante la madrugada del sábado por la carretera M-50, en Madrid. Viajaba con su mujer y su hijo pequeño de cuatro años. Habían partido desde Asturias con rumbo a las playas de Roquetas de Mar, en Almería. Un kamikaze que circulaba en sentido contrario por la autovía de circunvalación provocó el accidente que acabó con la vida de Juan, dejando viuda a su mujer y huérfano de padre al menor.
Los hechos ocurrieron a la altura de Alcorcón. El 112 había recibido varias llamadas sobre las tres de la madrugada que alertaron de que un vehículo circulaba en dirección contraria por la M-50. Fue la última de estas llamadas la que avisó de que el automóvil había colisionado frontalmente contra otro en el kilómetro 62.
Al lugar del siniestro se desplazaron bomberos y personal de Protección Civil del Ayuntamiento de Alcorcón, efectivos de la Guardia Civil y del Summa 112, que encontraron a la familia en el interior del coche que circulaba correctamente. Trataron de reanimar sin éxito a Juan, y trasladaron a su mujer, de 39, y su hijo, "como potencialmente graves" al Hospital 12 de Octubre.
El conductor del otro vehículo, un colombiano de 35 años, estaba atrapado y fue rescatado por los bomberos de Alcorcón, antes de que el Summa 112 lo llevara al hospital Puerta de Hierro de Madrid. Ahora, la Guardia Civil investiga si el piloto del vehículo kamikaze se equivocó de carretera o lo hizo de forma intencionada, informa Europa Press. Durante la madrugada del siniestro, no se le pudo practicar una prueba de alcohol ni de drogas debido a su estado.
Como presentaba síntomas de embriaguez, la Guardia Civil solicitó al juez encargado del caso que se realizase al conductor kamikaze un análisis de orina para determinar si estaba bajo el efecto de alcohol o las drogas. El piloto está acusado de los delitos de homicidio imprudente y contra la seguridad vial. Además, dependiendo de las lesiones que sufran la mujer y el niño heridos, podría ser acusado de delito de lesiones.
Según La Nuvea España, Juan Fernández, natural de San Claudio (Oviedo), no tuvo tiempo para esquivar el turismo del kamikaze. El fallecido era un amante de las motos y una persona muy popular entre sus vecinos. El trágico suceso ha conmocionado a la localidad ovetense, que esperan que la pareja de Juan, Clara, y su hijo Martín no corran finalmente la misma suerte.
"Hablaba con todo el mundo, siempre de buen y humor y, tanto él, como su mujer, siempre tenían una amplia sonrisa en la cara", indican conocidos del matrimonio al citado diario asturiano.