Una cocina ensuciada de grasa, alimentos sin control sanitario, un local con las puertas de emergencia selladas... Esta son sólo algunas de las sorpresas que se encontró la Policía Municipal en un restaurante chino del distrito madrileño de Usera. Los agentes que acudieron en un principio para realizar una inspección rutinaria acabaron dando cuenta de una larga lista de posibles infracciones que podrían suponer el cierre del local y una multa a sus dueños de 60.000 euros.
La inspección, según informa El Mundo, se realizó el pasado 30 de mayo en un restaurante de la calle Dolores Barranco, en un distrito, Usera, conocido popularmente como el 'Chinatown' madrileño por la gran presencia de locales y ciudadanos procedentes del país asiático. Los agentes de la Oficina de Atención Ciudadana de Usera realizaron la intervención a las 13.30 horas.
El local no sólo almacenaba alimentos sin control sanitario, sino que los propios empleados trabajaban en condiciones pésimas. Los cocineros no utilizaban gorro ni redecilla a la hora de preparar los platos. Entre las sorpresas que se encontraron los agentes, destacan, por ejemplo, las 782 porciones de pepino de mar que podrían contener tóxicos al proceder de aguas contaminadas. El local no guardaba facturas sobre la procedencia del alimento. Por este motivo, se sospecha que podría ser un producto de contrabando.
Algo parecido ocurre con los más de 380 ejemplares de bivalvos o berberechos que los dueños del restaurante almacenaban en un expositor de cristal y que se sospecha que podrían proceder de la compraventa clandestina. También se hallaron huevos en mal estado y cascarones secos.
Todos los alimentos requisados durante la inspección se destruirán en un centro municipal del Selur (Servicio de Limpieza Urgente).
Por otro lado, la Policía dio parte de las malas condiciones en las que se encontraban algunas zonas del restaurante, que utilizaba cubos de basura sin tapa, tenía pilas del fregadero completamente sucias y guardaba baldas metálicas oxidadas. En la zona de cocina, la grasa de las tuberías chorreaba hacia los alimentos, según informa el citado digital.
Respecto a la salida de emergencia, el informe de los agentes detalla que estaba obstaculizada. Ya en la segunda planta hallaron otra puerta de salida que estaba cerrada con llave y candados y sin su correspondiente barra antipánico. El segundo nivel del local también albergaba salones privados y otra cocina sin usar.
Todas estas pruebas acumuladas fueron motivo suficiente para que el Cuerpo municipal expedientase al restaurante y le informase de un posible delito contra la flora y la fauna por los alimentos requisados.