Noviembre de 2022. Una joven de 16 años entabla conversación con varias personas en una discoteca del centro de Madrid. La conversación fluye y estas personas le ofrecen a la joven un trabajo de modelaje y ser imagen de discotecas. Ella acepta. Esa misma madrugada, llega con estas personas a un piso de Madrid y se da cuenta de lo que está pasando. La están intentando captar para una red de prostitución.
“No llegó a estar retenida porque la captaron esa misma noche y cuando llegó al piso de madrugada y se dio cuenta de lo que había, llamó al 091 y la sacaron de allí los compañeros”, explica Tomás Santamaría, inspector jefe de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF), en conversación con Madrid Total.
Este episodio llegó rápidamente a la mesa de la UCRIF, especializada en trata de seres humanos y prostitución. “Tres días después se produjo una denuncia en el distrito de Retiro, de una mujer que relata hechos muy similares”, prosigue Santamaría. Y una semana después, un correo electrónico a la dirección habilitada por la Policía Nacional para víctimas de trata muestra a una tercera víctima de hechos muy similares.
“Con todos los datos recabados nos pusimos a trabajar y a identificar a los malos”. Esta investigación ha culminado con la detención de 16 personas (tres hombres y 13 mujeres) y la liberación de 12 mujeres en dos operaciones contra sendas organizaciones criminales.
Todas las mujeres eran obligadas a prostituirse en condiciones precarias, de manera permanente las 24 horas del día, bajo un control permanente de sus entradas y salidas y vigiladas a través de cámaras repartidas por las distintas habitaciones del inmueble.
“Lo que solían hacer en discotecas era salir y si veían a alguna chica mona y jovencita, entablaban conversación. Si veían posibilidad de que la chica estuviese predispuesta a trabajar, le ofrecían un trabajo de modelaje o de chica imagen en fiestas privadas”, explica el inspector jefe al mando de la operación.
Los miembros de la organización criminal, bajo un estricto reparto de tareas, planificaban los servicios a realizar por sus víctimas, marcando los precios y tiempos con los clientes. Asimismo, también ofertaban a estas mujeres en internet.
Esta organización criminal se aprovechaba de la situación de vulnerabilidad de estas mujeres, algunas de las cuales se encontraban en situación irregular en España.
La organización estaba encabezada por un matrimonio. La mujer es venezolana y el hombre venezolano-portugués. Ambos rondan los 30 años y mantenían un alto nivel de vida, justificando sus ingresos a través de una empresa de compraventa de ropa online que era ficticia.
Además, tenían un coche de gran cilindrada en el que llevaban a las mujeres a las citas concertadas y que utilizaban para el transporte de drogas. Además de esta pareja, la banda la componían otros dos hombres y 12 mujeres.
Obligadas a consumir drogas
Además de obligar a sus víctimas a ejercer la prostitución, les imponían participar en el tráfico de sustancias estupefacientes, ya fuera consumiéndolas en compañía de sus clientes en el interior de la vivienda o realizando salidas a domicilio portando estas drogas.
Estas bandas, “ya te ofrecen el paquete completo”. “En la mayoría de pisos hay tráfico de drogas. Además, como hacían servicios a domicilio, si el cliente pedía drogas, las chicas se veían abocadas a llevarlas, con el riesgo de que las pille una patrulla”.
“También debían consumir con el cliente, con lo que se convertían en adictas”. Las sustancias incautadas son principalmente cocaína, tusi, MDMA, potenciadores sexuales y algo de marihuana.
La principal dificultad que se encuentra la Policía al investigar casos de trata es que “la mayoría de los casos de explotación sexual se está dando en pisos”.
“En la vía pública cada vez hay menos y los clubes están un poco de capa caída. Entonces, al ser en pisos, nos topamos con la legislación. Al no tener acceso a los pisos, la única vía factible es la autorización judicial. Para conseguirla hay que aportarle al juez una serie de elementos que vayan un poco más allá del testimonio de una víctima”.
Finalmente, los agentes realizaron registros en varios domicilios de la capital donde intervinieron gran variedad de sustancias estupefacientes, medicamentos, útiles para su distribución, dos vehículos y casi 30.000 euros en efectivo.
La segunda banda
Semanas después, la UCRIF desmanteló una segunda organización criminal que operaba en el Corredor del Henares. En este caso, sus prácticas delictivas iban más allá de la explotación sexual y el tráfico de drogas, ya que crearon una red de trata de seres humanos mediante la cual captaban a sus víctimas en países de Sudamérica ofreciéndoles ofertas falsas de empleo y las trasladaban a España.
Una vez aquí, se aprovechaban de su situación de vulnerabilidad para explotarlas sexualmente en tres inmuebles de la Comunidad de Madrid.
Los integrantes de la organización se concertaban con otras personas en los países de origen de sus víctimas para cerrar estos traslados, realizando todas las gestiones -obtención de billetes de avión y pasaporte, reservas de hotel, cesión de bolsas de viaje y dinero en efectivo- para facilitar que las mujeres llegaran a España.
Una vez en territorio nacional, les indicaban que habían contraído una deuda por su viaje superior a 4.000 euros que debían subsanar, obligándolas a realizar servicios sexuales y a consumir y traficar con sustancias estupefacientes en condiciones idénticas a las de la otra organización.
Las pesquisas policiales concluyeron con el registro de varios domicilios -tres en el Corredor del Henares y uno en Madrid- consiguiendo liberar a cuatro víctimas y detener a ocho personas que han pasado a disposición judicial como presuntas autoras de los delitos de trata de seres humanos, pertenencia a organización criminal, relativo a la prostitución, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y contra la salud pública.
Además, los agentes intervinieron diversa cantidad de sustancias estupefacientes y útiles para su preparación, dos vehículos y 25.000 euros en efectivo, entre otros efectos.