La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años de cárcel y a su expulsión de España durante 10 años al joven colombiano que agredió a un enfermero en el Metro de Madrid que le pidió en repetidas ocasiones que se pusiera la mascarilla correctamente.
Los hechos se produjeron en junio de 2021, cuando estaba en vigor la normativa de su uso obligatorio en el transporte público por la pandemia.
En la sentencia, los magistrados condenan al acusado por un delito de lesiones dolosas en concurso ideal con un delito de lesiones de pérdida de miembro principal por imprudencia grave. La víctima, entonces enfermero del Hospital 12 de Octubre, perdió la visión de un ojo por la gravedad de la lesión.
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El juicio arrancó a finales del pasado mes de febrero. La Fiscalía pedía para el acusado ocho años y medio de prisión por un delito de lesiones. Las cámaras de Metro captaron como el agresor era el único viajero que no llevaba puesta la mascarilla.
El joven manifestó en los tribunales que golpeó a la víctima con el brazo, sin intención de hacerle daño, al sentir pánico tras haber sido golpeado por el sanitario. Negó, además, haber utilizado un objeto contundente, como denunciaba la víctima.
Trifulca en el Metro
El episodio se produjo el 13 de julio de 2021, sobre las 22.30 horas, en el interior de un vagón de la Línea 1 de Metro, en un tramo comprendido entre las estaciones de Cuatro Caminos y Alto del Arenal.
Según el relato del Ministerio Fiscal, la trifulca se produjo cuando el convoy se encontraba a la altura de la última estación de esta línea, en Puente de Vallecas. Un enfermero que viajaba en el tren, identificado como G. M. C. y entonces sanitario del Hospital 12 de Octubre, le pidió a este joven que se pusiera la mascarilla correctamente.
El chico, identificado bajo las siglas de J. C. L. C. y de 20 años de edad, llevaba la mascarilla a la altura de la barbilla, sin cubrir la nariz ni la boca. Pese a la insistencia del sanitario y las peticiones de otros viajeros, el acusado se negó a colocársela debidamente.
La tensión se elevó cuando el enfermero le colocó la mascarilla a J. C. L. C. Tras esta acción, ambos empezaron a discutir y a lanzarse patadas y puñetazos. Esta primera pelea no fue a más: los otros usuarios del convoy les separaron y los implicados no sufrieron daño alguno.
Sin embargo, cuando el vagón se detuvo en la estación de Alto del Arenal, el acusado, con "ánimo de menoscabar la integridad física" del enfermero, le dio un puñetazo en el ojo derecho con el borde del teléfono móvil, al tiempo que le gritó "gilipollas, ojalá te mueras". Después, huyó del lugar.
Como consecuencia de esta agresión, el sanitario perdió el ojo derecho de manera "funcional, completa e irreversible".