Buen Gusto 1999 —o para los madrileños, el 'chino del Rey'— era uno de los restaurantes de comida china de referencia en Madrid hasta que se vio obligado a cerrar el pasado mes de junio después de que el céntrico edificio donde se encontraban fuera adquirido por una empresa que decidió desalojar a todos los inquilinos.
"Buen Gusto volverá", prometió su dueño Wu Zhenzhong tras su cierre. Ahora, el restaurante está de vuelta, pero lo hace en los alrededores del Polígono Industrial El Carralero de Majadahonda. A las afueras del municipio, en la zona sur, prácticamente junto a Boadilla del Monte, el nuevo local comparte calle con una clínica veterinaria, varios supermercados, restaurantes y una gasolinera.
"Afortunadamente, hemos abierto un nuevo restaurante en (...) la calle Manuel de Falla, 3. Los invitamos cordialmente a visitarnos para disfrutar de la auténtica cocina china que tanto nos caracteriza", anunciaban en sus redes sociales desde Buen Gusto.
El nuevo espacio es amplio y cuenta con dos terrazas. En su interior, la decoración es elegante y está repleto de simbología china, de la que destacan las esculturas de pavos reales dorados colgados del techo.
Conocidos por su auténtica gastronomía asiática, al restaurante han acudido todo tipo de caras conocidas como lo hizo en su día el rey Juan Carlos I, que "elogió" su comida, según presumen. Después de esa visita se empezó a conocer como el 'chino del Rey' y en su entrada instalaron una fotografía gigante del Emérito posando junto a los dueños del restaurante.
Después de 27 años ubicados en el número 60 del Paseo de Santa María de la Cabeza, en Palos de la Frontera, desde el restaurante anunciaron su mudanza el 1 de julio "debido a la adquisición del edificio que albergaba (...) Buen Gusto", explicaron desde el equipo.
Se despidieron con gran pesar del barrio, ya que el restaurante tenía una media de 200 clientes diarios. En parte, por el robot-camarero Cacahuete, que era uno de los atractivos, según informó Susi, la encargada de Buen Gusto, a EL ESPAÑOL. El robot era el encargado de acercar a las mesas en sus tres bandejas la comida recién preparada.
Wu Zhenzhong, su dueño, llegó a España en 1990. En su Wenzhou natal, una "pequeña" ciudad china de millón y medio de habitantes, se dedicaba a la decoración de locales y restaurantes. A ejercer ese mismo trabajo vino inicialmente a Madrid, pero casi una década después se dio cuenta de que tenía algo entre manos con el que ningún otro hostelero chino podía competir: las recetas secretas de su abuela, experta en cocina tradicional de su ciudad.
En su carta destacan los platos que pidió el Rey en su visita, que son los recomendados del restaurante: arroz con pato, bogavante y las bolas de pescado de Wenzhou. La encargada Susi recuerda que quedó muy contento, aunque por aquel entonces todavía no estaba el robot Cacahuete en plantilla.
Así, el restaurante apodado como el 'chino del Rey', el 'chino, chino' o 'el chino con un robot de camarero' regresa a lo grande para la alegría de los madrileños, pero a las afueras de la capital.