Abrió sus puertas un martes 13, tentando a la mala suerte, pero todo apunta a que pronto será el nuevo lugar de moda de la jet set madrileña. 2.000 metros cuadrados de restaurante con un céntrico escenario que se ve desde sus dos grandes plantas ubicadas en la Torre Picasso.
Así es Pabblo, el recién inaugurado restaurante del Grupo Larrumba Holding —la unión en 2018 de los restaurantes del Grupo Carbón, al que pertenece el nuevo establecimiento, y Grupo Larrumba— donde ir a cenar y disfrutar de buena música y cócteles hasta la madrugada.
Después del éxito de Fanático (Grupo Larrumba), llega su "hermano mayor" con un aforo de hasta 250 personas en su interior, una azotea de 500 metros cuadrados con vistas a la Castellana y a la avenida del General Perón —que abrirá la próxima primavera—, más dos terrazas en la plaza de Pablo Ruiz Picasso.
"Es nuestro proyecto más importante porque representa el equilibrio perfecto entre los valores del Grupo Carbón, una propuesta gastronómica de altura y servicio premium, y el Grupo Larrumba, entretenimiento y espectáculo", afirma Ignacio Blanco, CEO del Grupo Larrumba Holding.
Su epicentro es una gran abertura en forma de óvalo que conecta ambos niveles, donde se llevan a cabo los espectáculos acompañados de una banda de siete componentes junto con artistas multidisciplinares que, con un hilo conductor, interpretarán cada noche grandes temas del jazz, swimg, soul... La sorpresa llega a medianoche, cuando el centro del restaurante se transforma en pista de baile para terminar por todo lo alto con vibrantes sesiones de DJ.
La oferta de Pabblo es tan amplia y versátil que permite abarcar desde comidas corporativas (tiene un menú ejecutivo de 24 euros), pasando por un tardeo o afterwork, hasta cenas festivas.
Por ello, abren cada día de una del mediodía a dos de la madrugada (viernes y sábado, 2:30 horas). Además, cuenta con servicio de aparcacoches.
Clásicos mediterráneos
Por un precio medio de 55 euros por comensal, Pabblo propone una vuelta a la nostalgia gastronómica con una carta que hace honor a los grandes clásicos mediterráneos. Su chef Óscar Horcajo ha creado junto con Mariano Barrero, director gastronómico del grupo, esta propuesta que combina con coctelería y postres artesanales.
Abren la carta una cuidada selección de entradas como su actualización del clásico cóctel de gambas, en forma de ensaladilla de langosta (19,50 euros), la terrina de foie gras entier casera (22) o los buñuelos de carabinero (15).
Además, sorprenden sus entrepanes y bocados para comer con las manos: un brioche tostado de anchoa de la escala y mantequilla artesana montada (4,50) o un delicioso croque-monsieur de prosciutto cotto gratinado (4), sin olvidarse de los mariscos como sus ostras francesas con diferentes salsas (5,50).
El menú continúa dándole protagonismo a su horno de leña con la elaboración de arroces, "el de langosta es uno de los platos estrella", remarca el CEO Blanco, además de una selección de pescados y carnes a la parrilla. El broche final lo ponen sus postres clásicos, tartas artesanales y helados recién mantecados.
La propuesta se completa con una coctelería en la que el director de la barra del grupo, Carlos Moreno, versiona los clásicos. El precio medio de los cócteles es de 13 euros.
Un lugar cuyo nombre es en honor a "Pabblo" Picasso y en el que buscan ser tan creativo como él, combinando la perfección de su cocina premium y la diversión de sus espectáculos.