Ana Moreno llevaba años viviendo en el nuevo barrio de Las Tablas cuando se dio cuenta de que le faltaba algo. Le faltaba alma. Ella misma echaba mucho de menos un lugar en el que pudiera comprar pan. Pero pan, pan. De esas barras que llamamos de pueblo cuando en realidad queremos decir de calidad y naturales. Un lugar que hace comunidad, vecindario, un barrio de verdad.
"Cuando yo me vine a vivir aquí sólo había bancos y farmacias. No había nada más... Y poco a poco empezaron a abrir algún supermercado por aquí y por allá", explica la mujer, que ha convertido esta zona de Las Tablas en un auténtico barrio con su Home Bakery, situada en la calle de Viloria de La Rioja, que cumple ahora 10 años.
"Somos un punto de encuentro en el barrio, los vecinos vienen para disfrutar de un rato tranquilo solos, con amigos y también con su familia, formamos parte del paisaje sentimental de Las Tablas", añade por si alguien tiene dudas de su labor comunitaria.
Fueron muchos los factores personales que hicieron a esta diseñadora de moda crear Home Bakery, pero el principal es que en su familia siempre ha habido mucho amor por la harina, la levadura y el pan, un alimento tan básico como difícil de conseguir en su máxima calidad.
"Mis abuelos eran panaderos en Lagartera y yo los he visto desde niña los veranos. Tenía ganas de que hubiera en las Tablas un sitio como Home Bakery, porque luego ha habido un boom y han surgido muchas panaderías de este estilo, pero hace 10 años no había tantas", aclara a Madrid Total.
No todo en esta panadería de pueblo, más que de barrio, son panes de chía, maíz, cerveza, espelta, miel... Lo que Ana Moreno quiere es que la gente coma pan del bueno y tenga lo que pide. "Hemos ido combinando los productos que hacemos porque detectamos que, entre semana, la demanda es diferente y la gente pide la barra más sencilla. Y el fin de semana, suben las ventas de cosas más especiales".
Ana Moreno reconoce que su panadería es como el salón de casa donde los clientes van y piden lo que les apetece, dan su opinión, se sienten acogidos. De hecho, sus ventas han ido evolucionando y diversificándose según le han ido demandando productos que, eso sí, mantienen la calidad de las materias primas y de los procesos.
"Hace poco que hemos introducido un pan integral 100%, que es complicado de encontrar, y lo hemos hecho porque nos lo pidieron", aclara. No es el único que asoma por las estanterías donde a los de masa madre, en las que mediante la fermentación espontánea nos beneficiamos de los ácidos generados por las levaduras propias del cereal y sus bacterias, se unen el de maíz con semillas de chía, centeno y semillas, espelta y miel, quinoa, integral, cerveza y nueces, payés...
Y en Home Bakery no sólo hay pan, que atrae a clientas hasta desde Majadahonda, también triunfa una tarta por encima de todo y de todas las cosas, "Muerte por chocolate", que, entre otras razones, se hace como en casa, es decir, con los huevos cascados en un bol, con levadura, harina... "Nada de emulsionante o gelificante".
"Es un bizcocho fuerte con topping también de chocolate que es de lo más demandado, además de la tarta de zanahoria", aclara.
Diez años después de levantar la persiana, Ana cuenta con el trabajo de siete personas más entre atención al público y el obrador. Además, ha aprendido que una cosa es la idea romántica del pan y otra hacer un pan de calidad, pero respetando también la vida de sus trabajadores.
"Yo quiero dar un pan bueno y no necesariamente de masa madre siempre, porque se puede hacer con levadura algo bueno y evitar así que los empleados tengan turno de noche. No quería que estuvieran de noche aquí. Así que algunos panes los fermentamos 24 horas y lo programamos para que salgan más tarde, no pasa nada. Así el pan se adapta a nosotros y no nosotros al pan", asegura Ana Moreno.
Si le preguntamos por su pan favorito, no tiene dudas: "El 100% masa madre, un pelín acidito y alveolado". Si le preguntamos por su deseo favorito en Home Bakery tampoco: "Hacer feliz a la gente que viene y muchas veces te dicen que se sienten felices, como en casa". De hecho, en estos 10 años, Ana sabe que lo que le ha salvado en los momentos más difíciles, es una clientela fiel que la sigue desde hace mucho y que confían en lo que hace.