Cuando piensas en lo esotérico, las cartas del tarot, las piedras de diversas formas y colores o los videntes del futuro a través de las manos son lo primero que pasa por la cabeza. Cabañas apartadas o pequeñas tiendas ambientadas con el olor del incienso y la luz de las velas son los lugares donde uno esperaría encontrarse este tipo de controvertidos conocimientos. No obstante, estas realidades están más cerca de lo que se piensa. En concreto, en los pabellones de exposición en lo alto de Chamartín, donde la Feria Esotérica de Madrid celebra su 30 aniversario.
Este curioso evento reúne hasta 64 puestos distintos donde las terapias alternativas, las rarezas y las prácticas esotéricas de todo tipo tienen su lugar para quien decida acercarse a echar un vistazo o a consultar su sino. Los pequeños stands no son el único reclamo de la feria; peculiares charlas acerca de diversos temas como la comunicación con animales, el chamanismo o la sabiduría cósmica se suceden a lo largo de los 10 días que dura.
Cuando Madrid Total entra en el recinto, el fuerte olor a incienso y los cánticos de una sesión de angelología (la materia que investiga los ángeles) que se celebraba son lo aspectos que más llaman la atención. Dentro de la feria, uno de los primeros puestos que capta la curiosidad es el de Rosa Vidal, tarotista evolutiva y numeróloga, que atiende a las muchas preguntas que el evento genera.
"Nadie sabe el origen concreto del Tarot, algunos dicen que viene de los egipcios. Es un tipo de conocimiento donde existen muchas barajas distintas y cada una de ellas me aporta una información o contexto ligeramente diferente", explica la tarotista. "Cada maestro tiene su baraja de preferencia, nos especializamos", añade.
En cuanto al cobro por sus habilidades, Vidal se sincera y afirma que "al principio me daba mucho corte, pero con el tiempo ves que es tu medio de vida y que si no le pones un precio, la gente no valora tu esfuerzo".
La tarotista también vende en su puesto velas de diferentes colores cubiertas de sales de Ibiza u otras especias. Según asegura, "todas han sido preparadas en el momento exacto y para favorecer propósitos concretos como los lazos personales, el trabajo, la economía o la limpieza energética".
Una vez averiguado el destino de este periodista a través de las cartas, la visita por la feria y sus curiosidades prosigue. Mientras avanzas por el recinto, otro curioso lugar es el stand de Norbert Marcelle, un peculiar hombre que lleva 25 años dedicándose a la quiromancia, una práctica que trata de adivinar el futuro, el destino o la personalidad basándose en las marcas, forma y rayas de las manos.
"La quiromancia surgió en la India hace 5.000 años y de ahí se ha ido expandiendo hacia Europa", comenta el quiromante. "Para ser un buen lector no basta con saber interpretar las marcas, necesitas tener tu intuición cósmica bastante desarrollada", añade Marcelle.
Entre las curiosidades del puesto de quiromancia, destaca un escáner con la silueta de una mano que, según Marcelle, le trasmite datos e información detallada sobre las manos. Cuando se le pregunta al adivinador acerca de cómo hace su trabajo, este revela que "con la experiencia desarrollas tus propios trucos para leer las manos, de hecho, todos los adivinadores de aquí quieren saber el mío, pero yo no puedo revelarlo".
La Feria Esotérica de Madrid no es solo un cúmulo de adivinadores de distintas ramas tratando de ofrecer sus servicios, también hay exposiciones un tanto tétricas, como la de "espíritus captados por la cámara".
Este conjunto de imágenes acompañadas de un texto descriptivo se encuentra en un extremo de la feria, rodeado de unas cortinas negras, y capta la atención de varios de los asistentes que se acercan a leer sobre las extrañas fotografías.
También puedes encontrar una pequeña librería, donde los tomos sobre angelología, reiki o tarot predominan en sus estanterías. Además, aquí hay ciertas ofertas de hasta tres libros por 10 euros.
Treinta años después
La Feria Esotérica de Madrid surgió hace tres décadas con apenas 20 puestos en el Mercado de Puerta de Toledo; hoy en día, triplica esa cifra en la estación de Chamartín.
Rosa María Fernández, antigua reikista y organizadora del evento, asegura que "cada año el número de visitantes y puestos aumenta, solemos tener unos 25.000 visitantes a lo largo de los 10 días de feria". "Viene más gente de la que se cree, y bastante más conocida de lo que se piensa", insinúa.
Pese creciente número de puestos que se suman a cada organización, existen muchas otras personas u organizaciones que se quedan fuera. La razón que esgrime Rosa, es que "solo trabajamos con gente con recorrido y alejada de cosas raras, no me gustan las logias negras ni nada similar".
A la salida de la feria, destaca a los ojos un extraño elefante metálico de unos 30 centímetros de altura. La figura, venida de algún lugar de la India que Madrid Total no ha podido averiguar, tiene tallada en su relieve las caras de numerosos dioses de la religión hindú.
Resulta que la estatua metálica forma parte del sorteo anual de la feria, donde cada asistente puede dejar un papel con su nombre en un gran frasco del que, en el último día, el 2 de octubre, se sacará al ganador de la extraña figura.