Desde hace cuatro años, un grupo multidisciplinar de investigadores, encabezados por Pablo Sánchez Garrido, profesor de la Universidad CEU San Pablo, busca los restos de Calderón de la Barca. Este proyecto también tiene otro objetivo: la recuperación de la figura del escritor y dramaturgo a varios niveles. Un amplio proyecto de investigación con dos vertientes principales: una, histórico-humanística y arqueológica, y otra, tecnológica.
Tras una laboriosa investigación científica, en la que han participado cuatro profesores de la Universidad CEU San Pablo, y profesores de otras universidades, junto a un grupo de arqueólogos, liderados por Óscar Jiménez, y el técnico experto en georradar Luis Alvial, se ha concluido que una parte de los restos de Calderón permanecen en su enterramiento original, en la madrileña calle Mayor.
En concreto, se encuentran en la cripta de lo que entonces era la iglesia de El Salvador, actualmente, calle Mayor 70. Este lugar es hoy un solemne edificio que tiene una placa que conmemora la localización histórica de la citada iglesia. De hecho, el Ayuntamiento sustituirá esta placa por otra nueva en homenaje a Calderón.
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El Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Universitaria San Pablo CEU descubrirán el próximo jueves, 29 de junio, a las 18:00 horas, la placa conmemorativa, en un acto al que asistirá el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, el administrador apostólico de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y el presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza.
Esta placa incorpora un bajorrelieve del artista Juan Antonio Presas en el que se representa a un joven Calderón. Posteriormente, a las 18:30 horas, en el Patio de Cristales de la Casa de la Villa, los investigadores presentarán públicamente los resultados de esta ambiciosa investigación, que concluirá con una conferencia del dramaturgo Ignacio Amestoy.
Todo ello forma parte del ciclo de conmemoración del 400 aniversario del debut teatral de Calderón que ha promovido desde este proyecto, puesto que el mismo 29 de junio de 1623 se estrenó Amor, honor y poder, obra calderoniana que se disputa la primogenitura con La selva confusa.
Los restos de Calderón de la Barca viajaron desde su fallecimiento, el 25 de mayo de 1681, e inhumación en la Iglesia de San Salvador por un total de seis emplazamientos diferentes. En 1902, terminaron en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, perteneciente a la Congregación de San Pedro, de la que el escritor fue miembro y a la que nombró heredera universal en su testamento.
Al comienzo de la Guerra Civil, en julio de 1936, la iglesia fue incendiada y saqueada, desapareciendo la arqueta de mármol dedicada a Calderón de la Barca, donde siempre se pensó que estaba su cuerpo.
Pero un sacerdote de la Congregación reveló que la pequeña urna con una parte de los restos nunca estuvo en la arqueta de mármol.
Desafortunadamente, este sacerdote falleció antes de revelar su ubicación exacta "en una pared de la iglesia".
Una investigación histórica
Desde diciembre de 2020, el equipo de la Universidad CEU San Pablo ha realizado una investigación histórica unida a una prospección tecnológica por medio de georradar y con intervención de varios arqueólogos, y para despejar la duda de si los restos del autor de La vida es sueño siguen entre sus muros, una hipótesis que se planteó hace 60 años.
Este proyecto de recuperación de la figura de Calderón tiene varias vertientes, y los investigadores continúan con el proyecto, concretamente en dos líneas abiertas. En primer lugar, en la investigación sobre el primer sepulcro de Calderón, con la posibilidad de realizar excavación arqueológica en su ubicación para encontrar el punto exacto del primer sepulcro, con la posterior creación de un museo de la capilla y cripta originarias en la antigua iglesia del Salvador.
En segundo lugar, el proyecto de realizar la Casa Museo Calderón de la Barca en el inmueble de la calle Mayor donde el escritor pasó los últimos años de su vida y donde falleció. Ambos subproyectos se están realizando en comunicación constante con el Ayuntamiento de Madrid.
Los miembros del proyecto agradecen al Ayuntamiento de Madrid, así como a la Congregación de San Pedro, la ayuda que han prestado respectivamente en diversas fases del proyecto.