Sube el calor en la sala cuando la 'guerra' por una obra está reñida entre dos pujadores. "Subimos a 3.000 euros, ¿quién da más?", pregunta el subastador. El silencio y la emoción contenida imperan entre las más de 250 personas cuyas miradas están fijas en el joven caballero de la pala 133, al que cada vez le cuesta más levantar el brazo conforme se va alejando del precio de salida, que fueron 1.500 euros, una de las obras más caras de toda la subasta.
En este caso, la batalla se libra entre el hombre de la pala número 133 y un pujador ausente, que desde Nueva York ha dejado un precio máximo desconocido por el resto de postores, para comprar el cuadro de un paisaje surrealista del pintor Eduardo Lalanne.
"Si no subimos de 3.000, el cuadro se va a Estados Unidos", anuncia el subastador mientras empieza a levantar el mazo para dar el golpe final que romperá con la tensión entre el público.
El caballero de la pala 133 se lo piensa, pero termina por levantarla. "¡Vendido! El cuadro se queda en España", sentencia a golpe de martillo entre los vítores y exclamaciones del público.
Maza.Art, la casa de subastas de arte contemporáneo enfocada a una nueva generación de coleccionistas, es el proyecto que empezó hace justo un año en Madrid y cada vez cuenta con más adeptos que no se quieren perder esta divertida y enriquecedora cita mensual.
Antonio Yera, de 32 años, decidió romper ciertas barreras culturales que se han creado en torno al arte contemporáneo y el concepto de subasta para que los jóvenes se enamoren de esta disciplina como él lo hizo. Tanto fue así que Yera acabó dejando su trabajo en el bufete de abogados especialistas en Propiedad Intelectual para el Museo Thyssen-Bornemisza, para acabar como especialista de arte en la casa de subastas Christie's de Londres.
Al volver a Madrid, lo vio todo claro: "Las galerías de arte son caras e inaccesibles, especialmente para los jóvenes, así que decidí crear Maza.Art", cuenta a Madrid Total.
Lejos de la típica imagen de ricachones avejentados que pujan por reliquias millonarias (tópico muy llevado al extremo), esta es una subasta a la que acude un público joven con un presupuesto que no supera los 3.000 euros. "Hay gente que sólo viene por el ambiente y el gusto de estar rodeado de artistas", dice Yera, y así es, muchos de los asistentes, por no decir la mayoría, no tienen pala, sólo quieren vivir en directo la emoción de una subasta.
El precio del evento es de 10 euros, algo asequible y simbólico para que la gente no vaya sólo por el buen ambiente, el DJ que ameniza la velada y el cóctel de bienvenida, barra libre de cerveza y vino blanco.
Tras el éxito de su cuarta subasta, la primera de arte en España dedicada a un solo artista en activo, Gorka Chillida, Maza.Art ha celebrado su quinta edición el pasado 20 de abril en el Espacio Muelle 36, en Argüelles. Frankie Thorp, Laxmi Hussain, Alejandra Varela, Inés Salinas, Tyler Watson, Eduardo Lalanne, Ana Leovy, Monique Rodríguez y David Horgan han sido algunos de los artistas que han sacado a subasta sus cuadros.
Antes de empezar, las obras se exponen los días previos en el mismo espacio que se realizará el acto. De esta forma, los interesados y posibles compradores pueden ver de cerca las piezas a subastar y planificar su participación, la cual requiere un previo registro a través de la web de Maza.Art y la elección entre puja presencial, telefónica o ausente.
Los asistentes al evento son de lo más variado. "Hay un porcentaje muy grande de gente que repite, pero muchos son nuevos que vienen por el boca a boca", analiza Yera mientras recorre su mirada entre el público de esta última edición.
Son unos 250 que van desde los propios artistas de las obras, aficionados al arte contemporáneo de Madrid y otras ciudades hasta caras conocidas procedentes de museos como el Thyssen, galerías de arte, otras casas de subastas e incluso políticos como Juan García-Gallardo, que asistió a esta última edición. También están los pujadores telefónicos y los ausentes que han llegado a hacerlo desde otros continentes.
La próxima cita es el 25 de mayo y vuelve a ser de un solo artista, en este caso del británico Joshua Perkin. Para darle mayor dinamismo a la subasta, los espacios son cambiantes. La de mayo será en el número 39 de la calle Montesa, en Manuel Becerra.
Después de un año, el éxito y la fama ganada en la capital ha sido tal que Antonio Yera confirma sus dos primeras subastas fuera de Madrid: una en Barcelona, a finales de junio, y la otra en Sotogrande, a mediados de agosto. Además de estar planeando cruzar el charco para que Maza.Art llegue a México con este concepto de subasta dinámico y divertido.