"Madrid", "tapas", "fiesta" suelen ser las primeras palabras que vienen a la cabeza de muchos turistas cuando piensan en España. Y no van desencaminados. Sin embargo, la primera que viene a la cabeza de un español cuando piensa en bar es "barra".
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Las barras de bar son los principales testigos de los aperitivos, comidas y cenas llenas de risas, largas charlas y grandes experiencias de los madrileños. En la capital hay infinidad de bares en los que la barra es la protagonista. Hay de todo tipo, desde el ambiente de taberna, castizo o desenfadado hasta los más sofisticados y de alta cocina.
Para poder elegir entre tanta variedad, aquí van las cinco mejores barras y las que están de moda en este momento con sus platos imprescindibles en Madrid. Una selección de los más destacados restaurantes en los que reinan las tapas y raciones desde 1867 hasta las aperturas más recientes.
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1. Restaurante de fuego
El nuevo restaurante de brasas y fuego en el barrio de Salamanca no podría tener mejor nombre: Cícero, en referencia al buen anfitrión y a las sensación de hogar que uno tiene nada más entrar. Además, cuenta con una barra muy especial o 'Mesa Cícero', como ellos la llaman, que está atendida por un cocinero in situ.
Este lugar está diseñado para dieciocho personas pero no tiene que reservarse de manera privada sino que cualquiera, mientras haya sitio, puede compartir esta barra especial con otros comensales. Si lo que queremos es algo más tradicional, la barra que da la bienvenida a quienes llegan a Cícero está abierta de una de la tarde a once de la noche, siempre dispuesta a servir unos platos que se basan en dos reglas de oro: producto de calidad con el toque de la brasa o el horno y muchos cócteles.
Carnes selectas, pescados diferentes y hortalizas cocinadas para sacar su máxima expresión se combinan con una bodega muy buena y tragos que sí tienen el toque mexicano del grupo propietario de este nuevo local. Su carta de mezcales y tequilas es increíble .
No te puedes perder los dátiles con sobrasada y panceta o la ensaladilla con atún rojo y huevo frito en puntilla, bocados muy especiales en cualquier momento del día. Tanto si te quedas en la barra como si te sientas junto a los grandes ventanales interiores, hay que llegar hasta el fondo para ver cómo trabajan la brasa, la plancha y el horno. Es un espectáculo de fuego en sí mismo.
Cícero
Dirección: Lagasca, 48.
Precio medio: 60 euros.
2. Callos y vermú
Su barra, desde que abrieron hace dos siglos, no han dejado de estar llena. El ambiente más castizo y desenfadado de Madrid lo recogen las alargadas mesas y taburetes altos de Bodegas Ricla, el pequeño bar ubicado en la emblemática calle Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor, desde 1867.
Esta pequeña tasca de toda la vida lleva el nombre del pueblo aragonés de la familia fundadora. Es un local de azulejos, pilares de hierro forjado, barras altas con las paredes decoradas de barriles de vino, botellas y fotografías antiguas de la ciudad.
Sus parroquianos lo alaban por su vermú de grifo, sus vinos y tapas de lo más madrileñas como los callos y las piparras. Tampoco faltan los pinchos de cecina, lomo, jamón y chorizo, la fabada o las conservas de berberechos y mejillones.
Otro detalle por el que Ricla conserva su esencia es por el servicio, rápido y atento, y porque seguramente esté lleno cuando vayas, pero podrás disfrutar igual de tu aperitivo, aunque sea de pie.
Bodegas Ricla
Dirección: Cuchilleros, 6
Precio medio: 15 euros.
3. Abrazo al cantábrico
La modernidad y el art decó neoyorquinos se entremezclan con el encanto y la pureza del Cantábrico en Virrey. La barra del restaurante de la calle Zurbarán preside la sala central y divide el espacio, tiene dos alturas y es de mármol blanco.
Los colores escogidos, granates, verdes, mostazas y azules contrastan con el veteado de la madera, evocan los paisajes cántabros y dan pistas de que la experiencia va a ser un recorrido gastronómico con mucho sabor a mar. Desde su expositor en la barra ya saludan los más frescos pescados salvajes del día, como el virrey, que da nombre al restaurante, o los bígaros asturianos frescos, difíciles de encontrar en la capital.
Para poder disfrutar de este elemento que es pieza clave del restaurante, se ha ideado una carta exclusiva de barra disponible de cinco de la tarde a ocho de la noche. En ella, destaca la gilda XXL, ideada por el chef Carlos Fernández Miranda, de boquerón, anchoa, atún en sashimi y bacalao.
Entre la selección de entre panes de Virrey está el pepito de merluza gallega rebozada, el bocadito de sardina con piparras y el pepito de solomillo de ternera gallega. Si lo que buscas es un bocado diferente y sabroso, prueba el pepito de mejillón con su mayonesa de escabeche.
A cualquier hora del día, la barra de Virrey es el escenario perfecto para disfrutar de una suave ensaladilla rusa con lubina en aceite, la media ración de cecina de Wagyu con almendras fritas o una ostra francesa 'Nathalie et Sébastien' procedentes de la isla de Oléron.
Virrey
Dirección: Zurbarán, 8.
Precio medio: 50 euros.
4. Tapas de neón
El bar Terzio es el hermano pequeño de Treze, el restaurante del chef Saúl Sanz, pero con un toque más canalla e informal.
El local es un reflejo de la carta ecléctica de Terzio. Los neones, con platos icónicos de la cocina madrileña, combinan con las fotos más castizas del Madrid de antaño. Tradición y modernidad se fusionan en tapas como la ensaladilla de gambas huevo y piparras, el ceviche de ají amarillo y batata o el saam de oreja crujiente con salsa barbacoa coreana y mahonesa japo. Los entrepanes ofrecen opciones como el pepito de ciervo con pimiento verde frito, el bocadillo de albóndigas ibérico tikka masala, cebolla y cilantro o el perrito de salchicha ahumada, portobellos salteados, cebolla dulce y salsa tartufata.
La sala está orientada al disfrute informal en barra que está abierta de martes a sábado desde la una y media de la tarde hasta las once y media de la noche sin interrupción.
Terzio
Dirección: General Pardiñas, 34.
Precio medio: 25 euros.
5. Barra clásica
Los hermanos Ismael y Fernando Hevia, artífices del mítico restaurante Hevia han abierto en el barrio de Salamanca el pasado mes de enero el Bar H Emblemático, un luminoso local que gira en torno a la barra, con horario ininterrumpido del desayuno a la cena y una oferta basada en la tradición con producto de calidad: raciones y pinchos clásicos de bar.
Entre los más demandandos están los tigres, los torreznos, las gildas, las gambas al ajillo, los boquerones en vinagre, la ensaladilla rusa –premiada en Hevia como una de las mejores de España– y las bravas. Los molletes más deliciosos son los de calamares en tempura con alioli suave o el de solomillo. Como opciones más ligeras, el aguacate aliñado ligeramente picante, los espárragos verdes con mayonesa de mojo rojo, la ensalada de bonito escabechado en casa o las alcachofas confitadas.
Bar H Emblemático
Dirección: Castelló, 83.
Precio medio: 35 euros.