Final de la tregua. Hace poco más de un mes, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Transportes se reunieron para abordar las afecciones que causarán las obras del soterramiento de la A-5. Aquella toma de contacto terminó bien y calmó tensiones. Ambas administraciones se entendieron y se emplazaron a futuros encuentros para definir un plan conjunto de movilidad. Este martes, el resultado ha sido distinto.
La reunión se ha celebrado por la tarde en la sede del Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM). Era la primera vez que se sentaban en la mesa todas las administraciones afectadas por la 'megaactuación' del alcalde José Luis Martínez-Almeida, que enterrará cerca de 3 kilómetros de la carretera de Extremadura para crear un "gran bulevar verde" en el distrito de Latina.
El delegado municipal de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha acudido por parte del Ayuntamiento de la capital. De lado del Ministerio, ha participado el secretario general de Movilidad Sostenible. También han asistido alcaldes y representantes de los ayuntamientos de Boadilla del Monte, Móstoles, Alcorcón, Villaviciosa de Odón, Brunete, Arroyomolinos y Navalcarnero, además de representantes del Gobierno regional, del CRTM, Metro, EMT y demás operadores.
'No' a retrasar las obras
Una vez terminada la reunión, Carabante ha acusado al Ministerio que dirige Óscar Puente de "deslealtad institucional" por las "filtraciones" aparecidas en medios de comunicación antes de celebrarse por la tarde la nueva reunión. Horas antes del encuentro, el propio Fernández Heredia había reclamado al Consistorio retrasar algo más de un mes las obras en la A-5 para terminar unos trabajos en Atocha que -según el secretario- supondrían un refuerzo adicional en Cercanías.
En concreto, tal y como ha explicado, estos trabajos permitirían disponer una "capacidad extra" y un carril más en el tramo Móstoles-Atocha, "el eje que va a ser más solicitado".
En cualquier caso, ha asegurado que, desde el momento que comiencen las obras a finales de año, Cercanías tiene capacidad de elevar su servicio entre un 25 y un 40%. Esto supondrá entre "3.000 y 4.500" plazas más en hora punta. O dicho de otra forma: entre "50.000 y 100.000" más al día. "Ahora mismo la línea C-5 va a cinco minutos de frecuencia, podemos disponerla a cuatro minutos y si contáramos con esa tercera vía podíamos bajar a los tres minutos y medio", ha indicado.
Al tratarse de una obra "urgente", el concejal se ha negado a explorar un retraso de las obras, que está previsto que empiecen a causar afecciones al tráfico el próximo mes. "Los datos que nos han aportado dicen que tienen capacidad para 47.700 plazas adicionales sin ejecutar la obra. Hay capacidad suficiente para poder empezar ya la obra del soterramiento de la A-5 con los desvíos de tráfico", ha expresado Carabante.
"Lo sorprendente es que, a unas semanas de comenzar, el Ministerio de Transportes se descuelgue con que ahora hay que hacer una obra. Genera mucha desconfianza", ha añadido.
La gratuidad de la R-5, en el aire
Tampoco se ha llegado a un acuerdo sobre la gran exigencia de Cibeles: la gratuidad de la Radial 5. Desde el Consistorio llevan semanas reclamando que esta autovía de peaje sea gratuita en las horas punta de los días laborables, algo que no convence en el Ejecutivo central.
"Nosotros queremos que a Madrid se le trate igual que al resto, igual que a los municipios de Alicante, donde la AP-7 es gratuita y la paga íntegramente el Ministerio", ha argumentado el delegado.
El Ministerio, sin embargo, ha ofrecido un convenio entre todas las administraciones implicadas para cofinanciar la gratuidad. Además, Fernández Heredia, ha dicho que, en el caso de la AP-7, se trata de una medida piloto y temporal que el Gobierno asume al ser el promotor de la obra, algo que no ocurre en caso del soterramiento de la A-5. Por este motivo, considera que es Cibeles quien debe responsabilizarse de parte de ese coste.
Además, el representante gubernamental ha afeado que los autobuses regionales interurbanos, "lejos de reforzarse", no van a entrar a Madrid por el carril bus "como venían haciendo hasta ahora".
Por lo tanto, el plan conjunto de movilidad sigue en el aire. Las administraciones se volverán a reunir más adelante, con la posibilidad de la gratuidad de la R-5 aún sin resolver y los ánimos menos calmados. La tregua apenas ha durado 33 días.