Eva Gallego, la alcaldesa del pueblo más pequeño de Madrid: "Mi objetivo es tener una tienda en Madarcos"
La alcaldesa cree que una de las bases para asentar población es la movilidad porque la "independencia" da libertad a sus vecinos.
5 mayo, 2024 02:21Madarcos no fue el pueblo que vio nacer a Eva Gallego, pero sí el que le vio crecer. Todos los fines de semana, su familia se metía en su Seat 600 el viernes por la tarde para ir al pueblo. Los domingos, con el pijama puesto y tras comerse unas patatas asadas en la lumbre, se marchaban. Una tradición que, ahora, ni ella ni sus tres hijas adolescentes repiten, puesto que han cumplido el sueño de vivir allí.
Era el anhelo de Eva que ha conseguido transmitir a su familia y a otras tantas que, tras la pandemia de la Covid-19, han decidido apostar por vivir en el pueblo más pequeño de la Comunidad de Madrid. Una localidad con servicios adaptados a la comunidad y en el que esta profesora trabaja incansablemente.
Conoce el nombre de todos sus vecinos, cuándo son sus cumpleaños, si les han mejorado ya la rampa de acceso a su casa o si les han cambiado la caldera. Sabe quiénes son los que comen en compañía gracias al proyecto Cuídame y los que, hace unas semanas, se fueron de "excursión" a sacarse el certificado digital.
Aunque a Eva Gallego no le gusta hablar de España despoblada o vaciada, sus políticas han conseguido cambiar la dinámica de unas poblaciones cada vez más abandonadas. "Sin el trabajo de la Comunidad de Madrid no lo habríamos conseguido", repite una y otra vez. Y es que precisamente con una de esas partidas de ayudas regionales, las del comercio local, planea cumplir su próximo sueño: tener una tiendita con "lo imprescindible" en Madarcos.
"Siempre tuve claro que mi desarrollo como persona, mi vida familiar y vida laboral, iba a estar en Madarcos"
PREGUNTA: ¿Qué significa ser la alcaldesa del pueblo más pequeño de la Comunidad de Madrid?
RESPUESTA: El mayor de los orgullos. Siempre tuve claro que mi desarrollo personal, mi vida familiar y vida laboral, iba a estar aquí. Estuve 15 años viviendo en Murcia y no hice amigos, no quería que nadie me quitara de la cabeza la posibilidad de quedarme en un sitio que no fuera Madarcos. El amor me ayudó, porque me casé con el pastor, como digo yo. Lo mejor que les he podido ofrecer a mis tres hijas es criarse en Marcos.
P: ¿Cómo es vivir en Madarcos? ¿Cada cuánto pasa, por ejemplo, el médico?
R: Se vive muy bien, pero hay muchos servicios que hay que mejorar y los Ayuntamientos tenemos que estar para eso. Sobre todo cuando afecta a determinadas poblaciones, como los mayores, que se sienten más vulnerables.
Te pongo el ejemplo con este tema del médico. A nuestro municipio viene un día el médico, otro día viene la enfermera y otro día viene la trabajadora social. Pero, luego, tenemos un proyecto complementario que es Cuídame, que lo que hace es crear una red de seguridad. Y así, aunque el médico sólo venga un día, tenemos un sistema que te asegura que en un momento dado se pueda hacer un desplazamiento si se necesita. A mí me gustaría pasar de los 72 habitantes, porque si, por ejemplo, tengo más de 100, ya vendría dos días el médico y eso sería perfecto.
P: El proyecto Cuídame está ahí en un modelo piloto y a la Comunidad le ha gustado tanto que le ha 'copiado' la idea.
R: La presidenta de la Comunidad de Madrid apuesta por las zonas rurales y nos escucha. Yo voy a hablar con ellos y les digo: tenemos estas características, estamos viviendo aquí todos los días, estamos gobernando todos los días y creemos que esto funcionaría. Y nos escuchan.
Desde la Comunidad de Madrid se defiende la libertad de cada uno viva donde quiera y Cuídame lo facilita. El objetivo principal es cuidar a nuestros mayores y poder atenderles el mayor tiempo posible en sus casas. Además, esto genera puestos de empleo y economía circular. Cuando yo llegué aquí había unos cuarenta vecinos, hemos crecido, y los que vienen ya lo hacen pensando en envejecer aquí.
P: ¿Qué ayudas reciben por parte del Gobierno de España y del de la Comunidad de Madrid para sacar adelante estos proyectos en red que lidera?
R: Por parte del Gobierno de España no tenemos una partida concreta de ayudas ya estipuladas, pero sí otras cosas como el plan de rehabilitación, que tiene fondos nacionales y regionales y los Ayuntamientos gestionamos. En el caso, por ejemplo, del proyecto Cuídame, si hay una subvención concreta a través de la Mancomunidad de Servicios Sociales. Con esos fondos nosotros trabajamos en lo que yo llamo proyectos de luces cortas y de luces largas.
P: ¿Cuáles son sus grandes proyectos con esas luces largas?
R: Me he propuesto para esta legislatura tener una pequeña tienda. Ahora mismo, el pan nos llega en furgoneta, el de los congelados viene los viernes, que es un acontecimiento, y el frutero… Bueno, ahí tuvimos un problema y fue caótico porque dejó de venir y hemos estado buscando alguien que venga. Lo hemos conseguido y nos trae fruta desde Burgos una vez a la semana.
Pero a mí me gustaría tener una tienda como la que solía haber antes ligada a la taberna del pueblo. Que tenía un rinconcito para tomate frito, unos macarrones, lo que sea…
"Las administraciones tenemos que estar para ayudar al sector privado y, después, soltar"
P: Para eso hace falta alguien que quiera montarla…
R: Claro, claro. Y ahí nos ayuda la Comunidad de Madrid que tiene una partida presupuestaria para ello. Nosotros somos un Ayuntamiento con muy pocos fondos. Con el único impuesto que podemos recaudar, el IBI, conseguimos 34.000 euros. Entonces está claro que si no vamos de la mano de las administraciones es imposible.
También soy partidaria de ir de la mano de lo privado. Las Administraciones tenemos que dar ese empujón, ayudar con esa cuantía de la Comunidad de Madrid durante un tiempo, y luego soltar y que alguien pueda vivir de ello.
P: Ha pasado de 47 a 72 habitantes. ¿Qué ha cambiado en este tiempo? Imagino que a Madarcos irán vecinos a veranear, ¿cómo hace para que se quieran quedar todo el año?
R: Ha habido varias situaciones que han creado esas sinergias para poder hablar de que en Madarcos se puede emprender y desarrollar una vida profesional. Influye, por ejemplo, que haya llegado la fibra. Aquí se levantó un ahumadero que ahora puede vender sus productos en cualquier lugar de España, o del mundo; antes no teníamos conexión ni para crear la página web.
También está la pandemia. Que trajo muchas cosas malas, pero también aceleró las decisiones de aquellos que tenía en su cabeza poder cambiar su forma de vida. Esos meses de encierro nos removieron por dentro. El mundo se paró, pero Madarcos no. El proyecto Arraigo nos ha ayudado mucho a asentar a esa gente.
De otro lado, tenemos un proyecto de rehabilitación de viviendas, para hacerlas más accesibles y eso nos ayuda a que muchos se sientan mejor en las casas y se queden más días.
P: Tiene tres hijas adolescentes que han estudiado en Madarcos. ¿Cuántos niños hay en el municipio? ¿Cómo van a la escuela o el instituto?
R: Ha habido momentos en los que el 50% de los menores que había en Madarcos vivían en mi casa. Para mí una asignatura pendiente en estos municipios es la juventud. Tenemos que abordar ya la puesta en marcha de políticas pensadas para la juventud. A mí me gustaría que, por ejemplo, en las casas de vivienda municipal pudieran venir a vivir familias con niños.
P: ¿Qué vivienda municipal tiene su localidad? ¿Hay problemas de vivienda?
R: Tres viviendas municipales, que son algunas de emergencia social, con las que damos cobertura a situaciones especiales. Pero debo de reconocer que en Madarcos nos falta vivienda. Yo siempre digo que para hablar de rehabitar los pueblos, porque no me gusta hablar de despoblación, hay que mirar diferentes ejes: el empleo, la vivienda y la conectividad.
Respecto a la vivienda, yo estoy segura de que si en nuestro municipio tuviéramos más vivienda pública, superaríamos los 100 habitantes perfectamente.
P: ¿A qué se refiere cuando dice que es importante una buena red de conectividad? ¿Se puede vivir en su municipio sin coche propio?
R: Hace años te diría que complicadísimo, pero ahora no. El transporte siempre se deja en un segundo plano cuando hablamos de nuestros municipios, pero, cuando mis hijas tenían ocho o diez años, me di cuenta de que dependían de mí para poder relacionarse. En mi casa fue un motivo de conflicto, pero según fueron creciendo mis hijas ya no vieron vivir en Madarcos como una losa.
Todo fue gracias al transporte a demanda y la iniciativa del SierraCar, que nos permite interconectar municipios y personas. Nos da libertad y autonomía. Si tú eres libre para moverte sin depender de nadie, todo cambia. Cuando trabajaba en la escuela infantil, me daba cuenta de que era imposible ir hasta allí si no tuviera coche, pero, por el contrario, ahora mi hija, que hace un graduado superior de Educación Infantil, sí podría.
"Mis hijas quieren quedarse aquí, ninguna está planteando dejar de vivir en Madarcos"
P: Habla de sus hijas con asiduidad. Si le dijeran que no quieren vivir su vida adulta en Madarcos, ¿le decepcionaría más como madre o como alcaldesa?
R: Mi actitud en la vida es que siempre hay que sacar lo positivo. Si mis hijas me hubieran visto llegar a casa y quejarme, su punto de vista sería diferente. Pero ahora mismo, que son más mayores, autónomas e independientes, quieren quedarse aquí. Ninguna se está planteando dejar de vivir en Madarcos.
Por ejemplo, mi hija Sandra, de 16 años, juega al fútbol y puede seguir haciéndolo porque entre los pueblos hemos trabajado para que haya un club de fútbol femenino. Alicia, cuando termine su grado superior de Educación Infantil, podrá trabajar en la zona. Y Silvia, la mayor, quiere seguir con la ganadería, que es la empresa familiar.
P: Nos decía que uno de los problemas de la España rural es la gente joven. ¿Qué hacen en su municipio para que se queden y el ejemplo de sus hijas sea más habitual?
R: Bueno, quiero reiterar que estamos a 50 minutos de Madrid; y somos unos privilegiados. Pero cuando, hablamos de los jóvenes, creo que hay que ir más allá del trabajo o la vivienda, y hablar de ocio. Que puedan ir a la Cabrera a ver una película, que puedan quedar con amigos en un municipio cercano y sentirse libres.
El cuestionario de la alcaldesa
Pausada y con una actitud didáctica, característica de una profesora de infantil, Eva Gallego tiene claro su objetivo esta legislatura. Seguro que para muchos será una aspiración pequeña pero, en su localidad, es todo un reto. Persigue que sus vecinos puedan comprar en una tienda que tenga lo "básico": legumbres, pasta, algo de tomate frito. Un ultramarinos de barrio de los de toda la vida.