El Ayuntamiento de Majadahonda ha hecho público su plan para crear una Zona de Bajas Emisiones (ZBE), uniéndose así a otros municipios como Boadilla, cuyos consistorios decidieron aplicar esta medida para regular el tráfico en las calles más céntricas.
Sin embargo, la calidad del aire nunca ha sido un problema en Majadahonda, pues tal y como afirmó su alcaldesa Lola Moreno en una entrevista con Madrid Total: "Majadahonda es un lugar maravilloso para vivir, seguro, con unas zonas verdes y una vida social envidiable", por tanto, la creación de la ZBE en este municipio viene dada por la aplicación del artículo 14.3 de la Ley 7/2021 que establece en su
que los municipios de más de 50.000 habitantes pueden crear estas zonas.
La ZBE de Majadahonda sigue los pasos de Boadilla y aplica una normativa laxa para los vecinos del municipio: cualquier empadronado en Majadahonda podrá pasar, independientemente de la etiqueta del vehículo, por el municipio. Incluidos los coches que no tienen etiqueta.
Además, siempre se permitirá el paso a vehículos de emergencia, transporte público, vehículos de movilidad personal, motocicletas, transportistas profesionales, carga y descarga, talleres mecánicos, así como vehículos dedicados al transporte de personas con movilidad reducida. Todas ellas, posibles excepciones a título enumerativo, pero susceptibles de ser ampliadas.
Diversas fases
En una primera fase inicial, desde la publicación de la nueva ordenanza y hasta la instalación de los sistemas de control de la ZBE, no habrá restricciones al tráfico. En la segunda fase, a partir de la instalación de los sistemas de control, y siempre a partir de 2026, sólo se restringiría el tráfico en la ZBE a aquellos vehículos sin etiqueta medioambiental que abonen el citado impuesto en otro municipio que no sea Majadahonda.
En la tercera fase, prevista inicialmente a partir de 2028, esta restricción se ampliaría también a los vehículos con etiqueta B que paguen el I.V.T.M. Es importante reseñar que todos los vehículos censados en el I.V.T.M. del Ayuntamiento de Majadahonda, tengan o no etiqueta medioambiental, podrán circular libremente por todo el municipio, sin excepción, hasta 2030.
Además, el acceso al parking de la zona centro quedaría siempre exento, así como el paso subterráneo de Gran Vía que conecta la calle Santa Bárbara con la Avenida de Reyes Católicos.
Buena calidad del aire
La ZBE propuesta para Majadahonda no impone ningún requisito económico adicional ni conlleva nuevas obligaciones fiscales a los contribuyentes, lo cual facilita la armonización y el equilibrio en el desarrollo de la actividad económica en la localidad.
Afortunadamente, es reseñable destacar que el municipio de Majadahonda está perimetrado por grandes zonas arbóreas que facilitan el buen nivel general de calidad del aire histórico de la ciudad. Concretamente, la localidad está rodeada por el Monte del Pardo en su zona norte, el Monte del Pilar en el este, el Monte de las Encinas por el sur, y la Dehesa de Majadahonda en el oeste. Probablemente por ello, los medidores actuales no arrojan un problema de contaminación real en la ciudad.
Además, cabe recordar que la suma de los coches de sin etiqueta y con etiqueta B no llega al 11% de vehículos del parque automovilístico actual del municipio. El resto de los vehículos son etiqueta Cero, Eco o C.
Para monitorizar la aplicación de la futura zona de bajas emisiones, se prevé implementar un sistema integral compuesto por cámaras de control de accesos, una estación meteorológica, varias pantallas interactivas informativas, así como sensores de detección de ruidos y gases.
La zona quedaría delimitada en el entorno de la Gran Vía majariega, concretamente, en las calles comprendidas en el polígono que forman Doctor Calero, Avenida de España, Calle Santa Bárbara/Plaza de Colón, Calle Santa Catalina, calle Real Alta y la calle de la Iglesia. En total, ocuparía más de 220.000 metros cuadrados de superficie, donde predomina un urbanismo denominado como "más cerrado" según criterios técnicos.
Una vez concluida la fase de consulta pública actual, que durará 30 días naturales, y tras estudiar las alegaciones presentadas, se llevará a Pleno la aprobación de una ordenanza municipal que concretará las medidas exactas a aplicar. En cualquier caso, todas las medidas aprobadas podrán ajustarse en el futuro para adaptarse mejor a las cambiantes necesidades de la ciudad, si las hubiera.