Isabel Díaz Ayuso ya ha jurado su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid. Y lo ha hecho apostando por un Madrid "en libertad y sin rencores" para el que va a trabajar durante los próximos cuatro años.
Tras un largo aplauso de más de dos minutos y con toda la Real Casa de Correos en pie, a excepción de la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Ayuso ha querido dejar de lado esa actitud frontista contra el Gobierno central que ha protagonizado durante la pasada legislatura para hablar de "dejar atrás el resentimiento".
Un mensaje que no ha sido correspondido, por lo menos en los gestos, con la representante del Gobierno de Pedro Sánchez. Ayuso sí ha sido la primera en nombrarla en su saludo a las autoridades.
Ante más de 400 invitados, entre los que también estaba el delegado del Gobierno en Madrid cuya dimisión ha pedido Ayuso por sus palabras sobre Bildu, la presidenta regional ha llamado a dejar atrás el "resentimiento".
"Ese rencor contra todo lo hermoso y bueno que hay en la vida, en nosotros mismos y en los demás, y que se apoderó de nosotros en el peor momento de nuestra Historia, en la Guerra fratricida que se quiere desenterrar, para llevarnos a destruirnos en agravios, división y rencores", ha añadido.
Hijos de la Transición
Con todo y con ello, la ya presidenta de la Comunidad de Madrid ha protagonizado un acto serio con un discurso muy protocolario en el que no ha dejado pie a la doble lectura. Alabando su renovación en el Ejecutivo, que anunció este mismo jueves, la presidenta ha querido presentar a su nuevo equipo como los "hijos de la transición".
Así, ha asegurado que su nuevo Gobierno representa una España "respetuosa y fiel", que "trabaja mucho", y "se ha formado a conciencia". "Es también una generación que pide paso porque le ha llegado la hora. Esta es mi generación: somos los nacidos en torno a 1977, hijos de la Transición, a la que tanto debemos", ha concretado.
Ayuso asegura que, conjuntamente con su equipo, va a trabajar para llevar a cabo retos muy "ambiciosos" como lograr el pleno empleo a través de la digitalización, "combatir el invierno demográfico", paliar la soledad no deseada, facilitar el acceso a la vivienda o seguir bajando los impuestos.
"Queremos atraer la inversión, el talento, y construir la convivencia, porque Madrid no se conforma con ser la locomotora económica de España. También quiere ser una región humana y amable, en la que la prosperidad llegue a todos los hogares y se respire alegría e ilusión; una región que atraiga la mirada del mundo y que inspire a los artistas", ha añadido.
La palabra "ganas" ha sido una de las más escuchadas en la campaña electoral gracias a su eslogan y, este viernes de celebración, ha vuelto a resonar en el Real Palacio de Correos.
"Cada vez asumo la presidencia de la Comunidad con mayor humildad, y responsabilidad, pero también con más vitalidad, más ganas y más confianza en el futuro", explicaba la presidenta.
Así, ha destacado que Madrid viven un momento "único", "tiene más ganas e ilusión que nunca". Una ilusión que Ayuso ha derrochado este mismo viernes mirando a la parte alta de la Puerta del Sol donde, fuera de los focos, se encontraban sus amigos y familiares. Aquellos que le ha dado Madrid.
Ella misma lo ha reconocido en su discurso. "Llevo más de 20 años trabajando por esta región que me ha dado todo: mi familia, mis amigos, mi forma de ser, de pensar y de creer; mi vocación".